Santoral
San Francisco de Paula fue un ermitaño del siglo XV, fundador de la Orden de los Mínimos y ejemplo de humildad, oración y servicio a los más necesitados
San Francisco de Paula nació en Calabria, Italia, en 1416. Desde joven sintió un profundo llamado a la vida de oración y penitencia. A los 14 años se retiró a una cueva para vivir como ermitaño, dedicándose a la contemplación y la austeridad. Su ejemplo atrajo a muchos seguidores, dando origen a la Orden de los Mínimos, caracterizada por la humildad y el servicio a los más necesitados.
Su fama de santidad y sus dones milagrosos lo llevaron hasta la corte de Francia, donde asistió espiritualmente al rey Luis XI. A lo largo de su vida, promovió la caridad y la fe, dejando un legado de amor a Dios y desprendimiento material.
Falleció el 2 de abril de 1507 y fue canonizado en 1519. Es recordado como patrono de los marineros y protector de quienes buscan una vida de humildad y entrega.
¿Qué santos se celebran hoy, miércoles 2 de abril?
- San Francisco de Paula: Ermitaño y fundador de la Orden de los Mínimos, modelo de humildad y penitencia.
- San Abundio de Como: Obispo del siglo V, defensor de la fe cristiana.
- San Domingo Tuan: Mártir vietnamita del siglo XIX, testigo de la fe en tiempos de persecución.
- Beato Leopoldo de Gaiche: Sacerdote franciscano, predicador y misionero en Italia.
- San Nicetas de Medikion: Monje bizantino, ferviente opositor de la iconoclasia.

San Francisco de Paula: Humildad y Milagros
San Francisco de Paula dedicó su vida a la oración, el ayuno y la caridad. Con su ejemplo, enseñó que la verdadera grandeza está en la humildad y el servicio a los demás. Su legado sigue vivo en la Orden de los Mínimos y en todos aquellos que buscan vivir con sencillez y fe.
¿Qué es el santoral?
El santoral católicoes una tradición de la Iglesia en la que se conmemora la vida y obra de los santos en fechas específicas del año. Cada día está dedicado a uno o varios santos, quienes, con su ejemplo de vida, inspiran a los fieles en su camino de fe.
Desde los primeros siglos del cristianismo, los mártires y santos han sido recordados por su testimonio y amor a Dios. A través de sus historias, los creyentes encuentran inspiración y guía para vivir con mayor devoción y entrega.