“Con mis acciones de hoy, pondremos fin al ‘Green New Deal’, y revocaremos el mandato del vehículo eléctrico, salvando nuestra industria automovilística”, dijo hoy el recién posesionado presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El republicano, que llega por segunda vez a la Casa Blanca, vuelve a poner a temblar a la lucha global contra la crisis climática, como hizo en 2016, pero ahora en un momento más crítico.
Trump ya dejó claro que sacará a su país del Acuerdo de París, el tratado global que busca disminuir las emisiones de gases contaminantes y evitar superar el límite de aumento de las temperaturas por encima de 1,5 °C. Ya lo había hecho en su anterior mandato, y ahora volverá hacerlo, intentando disminuir los recursos que Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases a nivel global, entrega para enfrentar el cambio climático.
Sumado a ello, como dejó claro en su discurso de hoy, el presidente de la mayor economía del mundo impulsará la extracción de petróleo y el gas, pese al consenso científico de que el mundo debería seguir una línea de disminución en la explotación de hidrocarburos.
Según señaló este lunes, su administración declarará una “emergencia energética nacional” para ampliar significativamente la perforación en el principal productor de petróleo y gas del mundo y desechar las próximas normas estrictas de contaminación para automóviles y camiones, que ha ridiculizado como un “mandato de vehículos eléctricos”.
“La crisis inflacionaria fue causada por el gasto excesivo masivo y la escalada de los precios de la energía, y por eso hoy también declararé una emergencia energética nacional. Vamos a ‘¡Perforar, cariño, perforar!”, dijo este viernes Trump.
Si bien estas acciones son esperables, y ya sucedieron cuando Trump fue presidente por primera vez, el clima geopolítico global podría llevar a impulsar a que otros países puedan sumarse y tomar medidas similares, algo que no pasó en 2017. Por ejemplo, otros negacionistas del cambio climático como el presidente de Argentina, Javier Milei, podrían también sacar a su país del Acuerdo de París, algo que están considerando desde la pasada COP29 de Clima.
“La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París es lamentable, pero la acción climática multilateral ha demostrado su capacidad de resistencia y es más fuerte que las políticas de un solo país”, declaró Laurence Tubiana, directora general de la Fundación Europea del Clima y artífice clave del Acuerdo de París.
Un análisis desarrollado por Carbon Brief señala que las políticas en contra del sector ambiental de Trump pueden llevar a que Estados Unidos emita un total de 4.000 millones de toneladas de CO2 extra de aquí a 2030. Básicamente habría un extra de todas las emisiones anuales combinadas de la Unión Europa y Japón. “Un segundo mandato de Trump anularía –dos veces– todos los ahorros obtenidos con la implementación de energía eólica, solar y otras tecnologías limpias en todo el mundo durante los últimos cinco años”, señala Carbon Brief.
El médico y ambientalista colombiano, Camilo Prieto, señaló que además de la salida del Acuerdo de París, otro de los golpes que podría tener la geopolítica ambiental es un recorte en los fondos que Estados Unidos destina a la Organización Mundial de la Salud, que trabaja asuntos como la lucha contra las pandemias zoonóticas.
“La relación que tiene Trump con Putin seguramente puede relajar las sanciones que hay hacia Rusia y esto seguramente va a incrementar el comercio de gas y petróleo ruso. Y lo otro es que ese incremento del aporte a la oferta por parte de Rusia puede llevar a que se disminuya el precio del barril de petróleo y eso puede inducir a que se incremente la demanda porque los combustibles fósiles nuevamente pueden volver a precios muy asequibles y altamente competitivos en el mercado mundial”, agregó Prieto.
Por su parte, el investigador y profesor del programa de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, señala que algo que se puede esperar de este nuevo mandato del republicano es un “regreso al aislacionismo” en temas clave como los derechos humanos, el medioambiente y el multilateralismo.
Mientras que la administración de Joe Biden había retomado el liderazgo en estos aspectos, el gobierno de Trump podría alejarse nuevamente de los consensos internacionales y optar por una agenda más centrada en las prioridades internas de los Estados Unidos, que en este caso son el fortalecimiento de su economía a través de la extracción petrolera.
“Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a conseguirlo”, aseguró Trump este lunes. Esa riqueza, en todo caso, será a costa de un empeoramiento en la crisis climática global y un recrudecimiento de los efectos que genera la misma.
No está de más recordar que hace tan solo unos meses, cuando el devastador huracán Helene golpeó Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia, dejando decenas de muertos, Trump calificó el cambio climático como “una de las mayores estafas de todos los tiempos”, pese a que científicos señalaron que fue dicho factor el que aumentó la voracidad de Helene.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
(*) Con información de AFP
@CaicedoUcros