En el tramo final de la campaña, Donald Trump intentó desligarse del Proyecto 2025, ideado por un grupo ultraconservador para remodelar radicalmente el rumbo del gobierno federal de Estados Unidos. Con el fin de combatir las políticas anti progresistas (woke, en inglés) que dominaron la narrativa pública en los últimos años, el programa se convirtió en uno de los temas más debatidos en la política estadounidense en el marco de la contienda electoral de este 2024.
Presentado por la Heritage Foundation, un tanque de ideas conservador anclado en la capital estadounidense, este extenso documento de 900 páginas propone una transición para un gobierno republicano -sea cual fuere el candidato- que se esperaba asumiera el poder el 20 de enero de 2025 en reemplazo de Joe Biden.
Si bien se compone de una amplia variedad de temas, algunos de los objetivos más controvertidos del Proyecto 2025 son, por un lado, la propuesta de prohibir el aborto a nivel federal; y la “finalización del muro” fronterizo entre Estados Unidos y México, junto con la deportación de todos los inmigrantes indocumentados, Este tema es uno de los puntos del programa ultraconservador que coincide con la agenda MAGA (Make America Great Again) del equipo de campaña de Donald Trump.
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Pero lo más preocupante no es el conjunto de propuestas en sí sino la retórica utilizada por sus autores para referirse a su misión de cambiar “el rumbo” del gobierno federal de los Estados Unidos, una cruzada que el titular de la Fundación Heritage comparó con la revolución que culminó con la independencia de Estados Unidos.
“Estamos en el proceso de la segunda Revolución Americana”, dijo Kevin Roberts, director de la Fundación Heritage, en declaraciones televisivas a principios de julio. El titular del grupo ultraconservador anticipó que Estados Unidos adoptaría una “era más conservadora”, y que esperaba que el partido Republicano asumiera la función de representarla. Este proceso, en tanto, lo considera “una revuelta” en la que “no habrá derramamiento de sangre si la izquierda no lo permite”.
El proyecto fue publicado en 2022, cuando las elecciones de medio término empezaron a reflejar aún más la polarización política en Estados Unidos, donde el mapa político está partido prácticamente a la mitad. Debido a su retórica belicista, dos años después generó preocupación por su vínculo con el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump.
Ante las acusaciones, el exmandatario intentó distanciarse del proyecto en varias oportunidades. Aseguró que “no había leído” las propuestas del proyecto y que “no conocía” a las personas involucradas. Sin embargo, un análisis realizado por The New York Times reveló que el Proyecto 2025 tiene diversos vínculos con Trump y su campaña. Tanto el presidente de la Fundación Heritage, Kevin D. Roberts, como uno de sus cofundadores, Edwin J. Feulner, se reunieron con Trump en persona. Además, el análisis del manual de estrategias del Proyecto 2025, que incluyó a sus 307 autores y contribuidores, reveló que más de la mitad había participado en el gobierno de Trump, en su campaña o en sus equipos de transición.
Desarrollado por más de 400 académicos y expertos políticos de diversas entidades conservadoras, el Proyecto 2025 estableció una serie de propuestas que abarcaron áreas clave como defensa, economía, atención médica y derechos civiles. El documento se basó en cuatro pilares fundamentales: agenda política, personal, entrenamiento y un plan de acción para los primeros 180 días de gestión.
Uno de los objetivos más controvertidos del Proyecto 2025 fue la “finalización del muro” fronterizo entre Estados Unidos y México, junto con la deportación de todos los inmigrantes sin documentos. En el ámbito económico, el proyecto propuso recortes significativos en el gasto público para combatir la inflación, así como una serie de recortes de impuestos que incluyeron la eliminación de la Reserva Federal. También se mencionó un regreso al patrón oro como respaldo del dólar, una idea que generó inquietud tanto entre economistas como entre votantes.
Los Estados superestresados y nada Unidos
Según el Comité Nacional Demócrata (CND), el Proyecto 2025 “prohibiría el aborto en todo el país, eliminaría el acceso a la atención médica y daría un poder prácticamente ilimitado a Donald Trump para ser un dictador el ‘primer día'”. Esta descripción resonó con las preocupaciones de muchos estadounidenses que vieron el proyecto como una amenaza a sus libertades.
A medida que se conocieron más detalles sobre el Proyecto 2025, las encuestas mostraron un aumento en la oposición entre los votantes. Según un estudio de Navigator Research, citado por el CND, “una mayoría de estadounidenses se opuso al Proyecto 2025 (52% en contra versus 13% a favor)”. La oposición, en tanto, fue particularmente marcada entre los demócratas (76% en contra) e independientes (40% en contra). Entre los republicanos, el apoyo se redujo significativamente a un neto de 6 puntos a favor entre los que se identificaron con el movimiento MAGA (pro Trump), mientras que solo el 10% de los republicanos “no MAGA” lo apoyó.
La conexión con Vance
A pesar de los intentos de Trump por distanciarse del Proyecto 2025, su conexión fue evidente. El liderazgo de la Heritage Foundation, incluido su presidente, Kevin Roberts, mantuvo estrechas relaciones con Trump y su administración. Roberts declaró que su misión era “institucionalizar el trumpismo”, enfatizando que el Proyecto 2025 busca consolidar el poder en la rama ejecutiva y desmantelar agencias federales que se perciben como “obstáculos” para la agenda conservadora.
“La lección del primer año de la administración Trump fue que no podíamos permitir que un gobierno se iniciara lentamente nuevamente”, dijo Roberts en otra oportunidad, cuando Trump ya había anunciado que competiría por la Casa Blanca en 2024.
Por su parte, J.D. Vance, el compañero de fórmula de Trump y senador por Ohio, también expresó su apoyo al Proyecto 2025, afirmando que encontró “algunas buenas ideas allí”. Este respaldo no solo reforzó la conexión entre el proyecto y la campaña de Trump, sino que también indicó que las políticas propuestas podrían ser implementadas rápidamente si el expresidente regresaba a la Casa Blanca.
Vance fue elogiado por sus vínculos con la Heritage Foundation, y se mencionó que su equipo estaba compuesto por personas con experiencia en el ecosistema de la nueva derecha en Washington, “cuyos currículos parecieron un directorio telefónico para el ecosistema de la nueva derecha”.
cd / ds