Han pasado más de dos años desde la última vez que Estados Unidos tuvo un embajador en propiedad en Bogotá. Desde 2022, la sede diplomática ha operado bajo el interinato de Francisco Palmieri debido a barreras en el Capitolio de Washington, pues es allí donde se debe dar el visto bueno a los diplomáticos. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump al poder y la mayoría republicana en el Senado se abre el interrogante sobre las decisiones que pueda tomar el presidente electo con la Embajada y los efectos que tendría para Colombia.
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El último embajador oficial del país norteamericano en Bogotá fue precisamente durante el primer mandato de Trump. En ese entonces escogió a Philip Goldberg como la cabeza de la misión.
En enero de 2023 Joe Biden nominó a Jean Elizabeth Manes como su nueva representante diplomática ante la Casa de Nariño, pero su designación se cayó en el Senado por vencimiento de términos y, en gran medida, por la oposición que hizo el senador de La Florida, Marco Rubio, hoy seleccionado como secretario de Estado.
Luego de este traspié, Biden optó por Francisco Palmieri, Encargado de Negocios, para llevar las riendas de la sede.
Para Manuel Camilo González, internacionalista y profesor de la Universidad Javeriana, el triunfo de Trump abre dos escenarios para la representación ante la Casa de Nariño.
“El primer escenario podría ser de statu quo dónde la Embajada seguiría en interinato, por tanto la relación podría seguir sin mucha relevancia, con una cooperación sin muchos avances en temas de agenda pero particularmente muy expuesta a recortes de fondos de cooperación”, comentó.
Un segundo escenario, dice, implicaría llenar la vacante de la Embajada, ampliando la comunicación directa entre ambos gobiernos y por tanto, mayor posibilidades de una agenda ampliada a temas de migración y Venezuela, pero también con más incidencia o respuestas frente a la toma de decisiones del gobierno colombiano.
Sin embargo, para el consultor y analista político Álvaro Benedetti, la designación de un embajador oficial en Colombia no será una prioridad en el corto plazo para la Casa Blanca, a pesar de que Colombia ha sido históricamente su mayor aliado en la región.
“Colombia hoy por hoy no está en el plano de mayor relevancia en la política exterior de Estados Unidos, ese lugar dentro de poco se lo quitará Argentina, no veo que sea urgente definir qué va a pasar con la Embajada en Bogotá (…) Estados Unidos al menos en lo que respecta al primer año de gobierno va a enfilar baterías frente a lo que pase en Europa del Este, en Medio Oriente y la relación comercial con China“, sostiene.
El pasado 12 de noviembre Trump nominó exgobernador de Arkansas Mike Huckabee como nuevo embajador ante Israel, en una muestra de lo importante que es para su gobierno acelerar soluciones para guerra en Gaza.
Si bien aún es temprano para proyectar que decisiones tomarán en Colombia, Benedetti asegura que la figura y el estilo del nuevo secretario de Estado, el cubano-americano Marco Rubio, marcará el devenir de la relación.
“Claramente en algún momento tienen que tomar una decisión, superar el interinato, y eso dependerá que lo que suceda cuando llegue Marco Rubio. Marco Rubio es el que va a definir la línea de la política exterior”, subraya.
Rubio ha sido crítico del presidente Petro y ha arremetido contra él en varias ocasiones. En octubre de 2023, tras el estallido de la guerra en Gaza, llamó al mandatario colombiano un “portavoz de asesinos y criminales” por no condenar los ataques de Hamás que dejaron cientos de civiles israelíes muertos.
De hecho, advirtió como senador que las políticas del actual gobierno implicaban un “retroceso de dos décadas” para Colombia.
En la Casa de Nariño y la Cancillería esperan con cautela el desarrollo de las próximas políticas en Washington. Si bien es claro que hay miradas diametralmente opuestas en puntos cruciales para la política exterior de esta administración como lo son el cambio climático, la lucha contra las drogas, la migración y la crisis en Venezuela, el mensaje ha sido el de agitar lo menos posible la relación.
“Aquí hay que hacer más énfasis en lo que nos une, que debe ser lo más importante, que realmente en lo que nos separa”, expresó el canciller Luis Gilberto Murillo. Mientras tanto, la Embajada norteamericana en Bogotá continuará su interinato al menos varios meses más.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Redacción Política