La firma de Donald Trump sobre el documento que acredita la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París ha puesto en alerta a una gran cantidad de países y a todos los agentes y organizaciones implicadas en la mitigación de la emergencia climática.
¿Pero qué cambia a partir de ahora, con el rechazo de la Administración de Donald Trump al consenso de París, pensado para evitar que las emisiones y la temperatura del planeta sigan creciendo? La decisión tiene implicaciones ambientales, pero también económicas y diplomáticas.
La retirada de EEUU del Acuerdo de París representa un retroceso significativo del rol de este país como líder global en la lucha contra el cambio climático. Al ser una de las mayores economías del mundo y uno de los principales emisores de carbono, esta acción envía una señal preocupante sobre cómo proceder acerca de los compromisos adquiridos durante las diferentes cumbres del clima. ¿En qué posición queda a partir de ahora la credibilidad de EEUU en futuros tratados o negociaciones internacionales relacionadas con la cuestión climática?
El portazo de Trump a este pacto global también tensa las relaciones diplomáticas de EEUU con Europa. “El Acuerdo de París sigue siendo la mejor esperanza de toda la humanidad”, ha asegurado este martes Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, después de la firma del nuevo presidente de EEUU. La presidenta comunitaria ha avisado de que Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con las demás naciones que pretendan proteger la naturaleza y detener el calentamiento global, durante los próximos años, que serán “vitales”, según su punto de vista. El actual escenario arroja un interrogante: ¿qué harán otros grandes países del mundo como China, Rusia o India que también generan una importante cantidad de emisiones de efecto invernadero?
Entidades ambientales y ecologistas ya han alertado en las últimas horas sobre los riesgos que esta decisión tiene para el futuro del planeta. No solo se trata de cumplir los objetivos compartidos, sino también de un compromiso para custodiar la biodiversidad y los hábitats. Expertos en estos acuerdos consultados por EL PERIÓDICO consideran que la posición de Trump puede abrir la puerta a que otros Estados den menos importancia a los objetivos de reducción de emisiones marcados. En caso de que esto suceda, tanto el calentamiento global como la superación de los límites planetarios se pueden acelerar aún más.
La retirada del acuerdo, según afirman organizaciones ambientales, puede retrasar la implementación de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático, aumentando su vulnerabilidad a fenómenos climáticos extremos. Esto puede desembocar en unos mayores costes económicos y humanos en el futuro cercano debido a desastres naturales más frecuentes e intensos.
Para Estados Unidos, la retirada también puede poner en riesgo sectores económicos emergentes relacionados con las energías renovables o la economía verde. Empresas que apostaron por la transición energética podrían enfrentar incertidumbre regulatoria y falta de incentivos y apoyos federales que pueden amenazar a su competividad mundial.
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