Madrid, 16 feb (EFE).- El consumo de los principales productos de la dieta mediterránea ha caído en general desde inicios de siglo en España, un cambio de hábitos que aumenta el riesgo de obesidad y de sus enfermedades asociadas.
Como recoge la nueva Estrategia Nacional de Alimentación española, la dieta mediterránea (con predominio de frutas, hortalizas, legumbres, cereales y aceite de oliva) es un patrón alimentario beneficioso para la salud y un modelo de sostenibilidad reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
La presidenta de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), Rosaura Leis, ha destacado a Efeagro que España “tiene la fortuna de estar bañado por el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, con dos patrones alimentarios tradicionales que han demostrado ser saludables para el individuo y sostenibles para el medioambiente”.
Estos estilos de vida han hecho, entre otros factores, que la población sea más longeva y tenga mayor calidad de vida, si bien en los últimos años se está perdiendo adherencia a dichos patrones, especialmente en niños y adolescentes, ha apuntado Leis.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo per cápita en el hogar ha descendido en los principales productos de la dieta mediterránea entre 2000 y 2023, a excepción de las carnes blancas, donde ha subido el 12,8 %.
Las mayores caídas corresponden al pan fresco, el vino, el pescado y el marisco, los cereales y también al aceite de oliva, aunque sigue siendo el más utilizado en los hogares españoles.
Entre los factores que marcan esta tendencia, Leis destaca el menor tiempo dedicado a la cocina, el coste de los productos y las modas alimentarias transmitidas por las redes.
Los alimentos frescos, de temporada y mínimamente procesados han sido sustituidos por otros procesados, ricos en grasa saturada y trans, con azúcares añadidos, que suponen un “importante riesgo nutricional y metabólico para la población”, según la experta.
Frente a las malas dietas, relacionadas con la obesidad y sus patologías asociadas -principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo-, Leis llama a promover patrones saludables, con alimentos tradicionales asequibles, una adecuada formación nutricional y promocionar una tradición gastronómica y cultural que debe mantenerse.
(c) Agencia EFE