El final del año está a la vuelta de la esquina y, con ello, llegan los propósitos de mejorar nuestro bienestar. Comenzamos a buscar rutinas de entrenamiento, trucos para llevar una mejor alimentación y, finalmente, nos centramos también en nuestra salud mental. Buscamos hábitos que nos ayuden a liberar el estrés y a poder vivir de una forma más calmada y feliz. Lo que no sabemos es que hacerlo puede ser más sencillo de lo que parece.
Podemos conseguirlo a través de la meditación. Sí, esa práctica que se ha extendido en los últimos años de una forma increíble y que ya practica gran parte de la motivación. Sus objetivos pueden ser muy diversos: eliminar el estrés, calmarnos, cultivar cualidades buenas o recuperarnos de daños físicos y emocionales.
Suelen involucrar aspectos del mindfulness, técnicas de respiración y una profunda consciencia de cómo nos sentimos por dentro y por fuera. Es una forma de entrar en un gran estado de relajación que no solo nos ayude a liberar estrés, sino también a cambiar nuestra mentalidad y ver las cosas que nos ocurren desde otro punto de vista, además de aceptarnos a nosotros mismos.
Por qué deberías probar la meditación
La meditación tiene múltiples beneficios que nos ayudarán a incrementar nuestros niveles de bienestar, haciendo que aprendamos a vivir de otra forma menos acelerada, en la que nos tomamos las cosas en serio, pero no de forma personal. Es una forma de nutrir nuestro cuerpo y nuestra mente.
Disminuye los niveles de ansiedad y estrés
La meditación implica también aprender a relajarse pero, además, hay estudios que demuestras que ayudan a reducir los niveles de cortisol, lo cual resulta muy beneficioso para nuestro sistema nervioso, pues ayuda a que el cuerpo pueda entrar en un estado de relajación de forma más sencilla.
Por otro lado, se convierte en un momento seguro para dejar fluir nuestras emociones y liberarnos de aquello que nos estamos guardando por dentro. Es una forma de asumir lo que sentimos, de aceptarlo e incluso de llegar a superar momentos difíciles o las emociones negativas.
Una mejor recuperación física
Ya sea porque hayamos entrenado o porque estemos enfermos, al proporcionarnos un estado máximo de relajación, la recuperación física se hace más sencilla, lo cual puede resultar beneficioso incluso cuando tenemos algún tipo de lesión.
Cambio de mentalidad
Es el beneficio más claro. La meditación nos permite reconocer el cómo nos sentimos, pero también el analizar cómo es lo que nos pasa en realidad y cuáles son las causas de nuestras preocupaciones y agobios. Así, nos permite tomar otro punto de vista a la hora de gestionar o solucionar problemas, porque nos hace más conscientes de nuestras emociones, promoviendo una actitud más positiva.
Lo notaremos en un primer lugar en cómo nos sentimos después de esa sesión de meditación, pues nos llenarán sentimientos de esperanza y optimistas lo que, a la larga, será fundamental para nuestra salud mental. Es una manera de recordarnos en qué merece la pena centrarse y en qué no.
Puede mejorar la calidad de sueño
Al reducir el estrés y gestionar las preocupaciones, nuestra calidad de sueño puede mejorar. Para más inri, si llevamos a cabo esta práctica antes de dormir, conseguiremos entrar en un estado de relajación que hará que la transición al sueño sea mejor, mejorando la calidad de este y evitando que estemos agitados.
La meditación nos da la oportunidad de descansar física y mentalmente incluso estando despiertos, mejorando nuestra manera de gestionar las emociones y las dificultades que presenta la vida. Es una forma de resetear que te resultará fundamental para empezar el año con buen pie (de una vez).