Después de meses expresando su oposición a la venta, finalmente el viernes 3 de enero de 2025 el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, bloqueó la propuesta de compra de la acería US Steel por parte de la japonesa Nippon Steel. La segunda siderúrgica más grande de Estados Unidos había aprobado previamente la oferta pública de adquisición por 14.900 millones de dólares, señalando que ayudaría a proteger a la debilitada empresa de la intensa competencia extranjera.
Nippon Steel esperaba que la adquisición ayudara a aumentar su producción en casi un tercio, hasta las 85 millones de toneladas. Sin embargo, la fusión se convirtió en un tema relevante tanto para demócratas como para republicanos en las presidenciales de noviembre, toda vez que Pensilvania, donde tiene su sede US Steel, era un estado clave en las votaciones.
Por qué Biden bloqueó el acuerdo
“Esta adquisición habría colocado a uno de los mayores productores de acero de Estados Unidos bajo control extranjero, creando un riesgo para nuestra seguridad nacional y para la cadena de suministros. Es por ello que he decidido bloquear la operación”, explicó Biden en un comunicado, dando esas razones para vetar la compra.
En diciembre, el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS) no logró llegar a un consenso sobre el acuerdo, y dejó la decisión en manos de Biden, quien dejará el cargo el próximo 20 de enero.
Dicho panel advirtió que la compra podría llevar a un recorte en la producción de acero estadounidense, lo que podría generar escasez de suministro, afectando principalmente a los sectores del transporte y la energía. Según The Washington Post, el comité también expresó preocupaciones sobre la posibilidad de que Nippon Steel traslade su producción a sus plantas en Brasil, México e India tras obtener el control de US Steel.
Los principales asesores de la Casa Blanca habrían intentado persuadir a Biden para que diera luz verde al acuerdo, toda vez que representaba una inversión considerable en una empresa estadounidense en crisis. Además, según reportes de prensa, se argumentó que un veto podría dañar las relaciones con Japón, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico.
Tanto Biden como el presidente electo Donald Trump han implementado políticas proteccionistas en los últimos años en un intento por salvaguardar el sector siderúrgico estadounidense ante un exceso de oferta global que ha hecho bajar los precios.
Por ello, es poco probable que el veto de Biden sea revocado por Trump, quien hizo campaña para revivir la industria pesada estadounidense. Anteriormente, el republicano publicó en sus redes sociales que estaba “totalmente en contra” de que la “otrora grande y poderosa US Steel sea comprada por una empresa extranjera”.
¿Qué ha dicho Japón sobre el veto?
En diciembre, Nippon Steel defendió la fusión con US Steel, prometiendo inversiones “significativas” en las instalaciones y empleados de la compañía para “asegurar un futuro vibrante para la industria estadounidense”. La firma dijo que seguía confiando que la compra serviría para “proteger y hacer crecer US Steel para beneficio de los trabajadores y clientes estadounidenses”.
La firma japonesa además prometió inversiones por más de 2.700 millones de dólares en las dependencias de US Steel en Pensilvania y Gary (Indiana), y garantizó absoluto respeto a los acuerdos existentes con los sindicatos.
En noviembre, el primer ministro japonés Shigeru Ishiba instó a Biden a aprobar la fusión para evitar debilitar los lazos entre ambos países. Mientras, tanto Nippon Steel como US Steel han insistido en que el acuerdo no plantea problemas de seguridad nacional y se comprometieron a emprender acciones legales, señalando que las autoridades estadounidenses no siguieron los procedimientos adecuados para revisar la adquisición.
¿Qué impacto puede tener el veto?
Si bien puede preservar la independencia de US Steel, el veto de Biden podría a la vez poner en apuros a la firma, que requiere de inversiones masivas y nueva tecnología para modernizarse. Si no lo hace, será incapaz de competir contra siderúrgicas más grandes y mejor financiadas como la europea ArcelorMittal o rivales chinas.
US Steel además podría tener problemas para encontrar otros compradores en el futuro, pues con el bloqueo, la señal que envía Biden a posibles inversionistas internacionales es que podrían enfrentar obstáculos políticos y regulatorios si intentan pujar por empresas estadounidenses consideradas relevantes para la seguridad nacional.
Es probable que también se amplíe el control chino sobre el sector siderúrgico mundial e incluso podría impulsar a la Unión Europea a buscar inversiones de empresas como Nippon Steel para sus propias compañías.
(dzc/few)