El Jefe de Policía Michael Sullivan asegura que: “Nos vamos a enfocar en el crimen”. Foto: Cortesía / US Border Patrol
En la creciente preocupación por el probable aumento de racismo y discriminación, tras la reciente aprobación de la Proposición 314 en Arizona, el jefe interino del Departamento de Policía de Phoenix, Michael Sullivan, ha manifestado su compromiso de no permitir que los asuntos de inmigración interfieran con el trabajo de la policía local.
La preocupación de la comunidad migrante se ha intensificado por las declaraciones del presidente electo Donald Trump, cuyo enfoque en la deportación masiva ha reavivado las inquietudes sobre el trato a los indocumentados.
Con la llegada de la administración de Trump, Sullivan ha reiterado que la Policía de Phoenix no participará en esfuerzos de deportación masiva, una decisión que busca tranquilizar a los residentes mexicanos y latinoamericanos.
Sin embargo, el estigma que afecta a estos grupos, exacerbado por la retórica política, plantea retos significativos en la capacidad de los cuerpos de seguridad para mantener el orden. “Si estamos brindando seguridad pública, necesitamos confianza y necesitamos que la gente nos reporte los crímenes”, indicó.
Ante esta situación, Durante una entrevista reciente, Sullivan aseguró que la prioridad de su departamento es la seguridad pública, independientemente del estatus migratorio de las personas.
“Nos vamos a enfocar en el crimen”, afirmó, subrayando que cualquier comportamiento delictivo que afecte a la comunidad debe ser abordado sin distinción de origen y esta postura refleja una continuidad con las políticas implementadas durante la primera administración de Trump, cuando Phoenix buscó establecer una clara separación entre la policía local y las operaciones federales de inmigración.
La Proposición 314, que ha sido objeto de controversia, ha llevado a muchos miembros de la comunidad a experimentar un aumento en el miedo y la desconfianza hacia las autoridades y Sullivan enfatiza la importancia de mantener la confianza de las comunidades para garantizar la seguridad pública.
“He estado conviviendo con la ciudadanía este fin de semana y he visto el miedo que existe en algunas comunidades debido a lo que se dice a nivel nacional”, afirmó, destacando que el temor a la deportación puede obstaculizar la comunicación necesaria para prevenir y resolver crímenes.
Tienen sus propios problemas
Acercarse a estos problemas desde una perspectiva proactiva es esencial, sobre todo cuando el departamento de policía enfrenta una escasez de personal de 600 oficiales. Esta limitada capacidad operativa hace que sea aún más difícil abordar las preocupaciones de inmigración en el contexto de su misión principal: la protección de los ciudadanos de Phoenix.
Sullivan reconoció que la inmigración es una responsabilidad federal, y que los residentes de la ciudad no desean que sus recursos se desvíen a esta área, en detrimento de la seguridad local.
Además, la implementación de la Proposición 314 puede influir en los niveles de racismo y xenofobia, ya que algunos temen que la legitimación de políticas de deportación fomente un clima hostil hacia los inmigrantes y existe una creciente necesidad de que las comunidades trabajen en conjunto con las fuerzas del orden para revertir la desconfianza y promover una cultura de entendimiento y respeto.
Ante esta situación, es crucial que Arizona y sus líderes encuentren un equilibrio entre la seguridad pública y el respeto a los derechos humanos, fomentando ambientes donde todos los ciudadanos, independientemente de su estatus migratorio, puedan vivir sin temor a ser perseguidos.
La voz de los líderes locales, como Sullivan, será clave en este proceso, pero también lo será la participación activa de la comunidad en la construcción de un futuro más inclusivo.