Por Khalid Bencherif
Mientras jugaba en su aldea en el sudeste de Marruecos, la pequeña Idia sufrió una caída. Su familia la llevó de urgencia al hospital más cercano, pero allí no tenían el tan necesitado escáner médico. Desesperados, viajaron cien kilómetros para hacerle una resonancia magnética, pero los resultados fueron imprecisos. Luego, continuaron viaje por 330 kilómetros hacia Fez, donde Idia murió.
Este trágico incidente es uno de muchos que son consecuencia de las desigualdades en la atención médica en Marruecos.
En las zonas rurales del país hay grandes dificultades en el servicio de salud. Más de la mitad de los médicos están concentrados en las zonas urbanas, lo que hace que vastas zonas rurales tengan escasos servicios de salud. Cerca de la mitad de la población debe recorrer más de 10 kilómetros para poder atenderse, y en muchos casos hay inconvenientes adicionales, como terrenos escabrosos, escasos medios de transporte y dificultades económicas. Además, en Marruecos hay escasez de médicos, con solo 7,8 médicos por cada 10 000 habitantes, según datos de 2018, muy por debajo de lo recomendado por la OMS en 2023.
Para acortar esta brecha, Marruecos adoptó medicina móvil y telemedicina, para prestar servicios de salud a distancia a través de nuevas tecnologías de la comunicación.
Estas unidades móviles y plataformas de telemedicina prestan su servicio a pueblos remotos, con lo que se disminuye la necesidad de viajes largos y se garantiza el acceso a la atención especializada. La pandemia del COVID-19 puso en evidencia la importancia de la telemedicina, ya que cumplió un rol fundamental en proveer de servicios médicos a comunidades aisladas.
Los servicios médicos móviles en Marruecos toman distintas formas, incluyen convoyes de salud organizados por grupos de la sociedad civil, unidades móviles gubernamentales y estaciones de telemedicina que conectan a pacientes remotos con especialistas a través de videollamadas.
Según Jawas Dib, proveedor oficial de servicios médicos, ya funcionan unidades de telemedicina en lugares como Chefchaouen, en las montañas del Rif del noroeste de Marruecos, con 19 campañas civiles y con más de 900 visitas médicas solo en 2023.
Desde la prueba piloto en 2015, el programa de telemedicina de Marruecos ha crecido hasta alcanzar 40 comunidades rurales, y se espera que llegue a servir a 120 en 2025.
Socorro sanitario
Durante mi visita de campo a Bab Berd en Chefchaouen, conocí a varios habitantes que se atendieron con las campañas médicas móviles. Como Mohammed, de 63 años, que padecía distintos malestares, incluidos presión alta y dolores de estómago.
“Por los costos y la distancia, me era imposible ir a la ciudad para tratarme”, explica, “pero cuando la campaña médica llegó a mi pueblo, me pudieron hacer los análisis necesarios y tratarme de manera gratuita. Hoy, gracias a Dios, me siento mucho mejor, lo que es un inmenso alivio para mi pobre familia”.
También me encontré con Maryam, una jovencita que padecía un problema dental persistente. Sin odontólogo cerca, tuvo que aguantar meses de dolor. Cuando llegó el equipo de medicina móvil, pudieron tratarla, y finalmente pudo sentirse mejor.
“Maryam se sentía tan mal por la noche, que no sabíamos qué hacer”, recuerda su madre. “La campaña médica llegó justo a tiempo, y estamos muy agradecidos con los profesionales que la ayudaron”.
Más que necesario
Mi viaje continuó hasta Rich, en el sudeste de Marruecos, región que estuvo descuidada mucho tiempo. A principios de septiembre, se organizó una campaña médica para lugareños y pueblos aledaños, organizada por el hospital local, que estaba muy pobremente equipado.
Varios pobladores contaron sus experiencias, incluida Fátima, de 50 años, que explicó el impacto significativo que tuvo la campaña en su comunidad: “Fue una ayuda enorme, pero aún necesitamos que el hospital del pueblo esté totalmente equipado”, dijo.
Fatima resaltó que la campaña ha sido un salvavidas para muchas personas que antes no tenían acceso a la atención médica. “A veces, estos convoyes solo venían una vez por año, y necesitamos que sea más frecuente”, agregó.
Medicina para los pobres
Hoy la medicina móvil, ya sea con unidades móviles o telemedicina, ha demostrado eficacia en la mejora del servicio médico, y también ha promovido el desarrollo rural.
Cuando los aldeanos tienen acceso a la salud, mejoran sus condiciones, y pueden participar de actividades económicas y educativas, lo que resulta en una mejora en la calidad de vida y una oportunidad para salir del círculo de la pobreza.
Además, la medicina móvil aporta oportunidades valiosas para reducir la brecha sanitaria entre zonas urbanas y rurales y promover la equidad.
Tayeb Hamdi, doctor e investigador marroquí especializado en políticas y sistemas de salud, explica, “Las unidades de telemedicina son vitales cuando no hay médicos especialistas en el lugar. Gracias a las herramientas de diagnóstico digital y a la avanzada tecnología de la comunicación, los servicios médicos hoy pueden brindarse de manera remota. Así, se garantiza la igualdad en el acceso a tratamientos y se contribuye a democratizar el sistema médico”.
Resalta además que, “a menudo suponemos que la telemedicina es para los países ricos, pero en realidad, es de más ayuda en las naciones pobres. Es como la transición de teléfonos de línea fija a celulares, si nos hubiésemos quedado solo con el servicio de línea fija, los pobres nunca hubieran tenido acceso”.
Tayeb es optimista sobre el potencial que tiene la telemedicina. “El futuro de la medicina está fuera de los hospitales” explica. “Incluso en las ciudades, es posible recibir tratamiento en casa, especialmente para casos que no requieren de hospitalización”. Enfatiza la necesidad de que el sector privado se involucre, invierta en el sector, y de que haya cambios en las leyes para asegurar calidad y promover una cobertura médica ligada a la telemedicina.
Verdaderos cambios
Aunque la medicina móvil ofrece importantes beneficios a la zona rural de Marruecos, también enfrenta varias dificultades. Desde una perspectiva logística, está el problema del terreno escabroso que hace muy difícil el acceso a lugares remotos. “El paisaje agreste y aislado de algunas regiones es un obstáculo considerable para disponer servicios médicos”, dice Habib Kroum, representante de la Asociación de Enfermeros de Marruecos.
También destaca la falta de personal y recursos logísticos y financieros que complican aún más los esfuerzos por cubrir la demanda de atención médica de estas poblaciones.
Jawad Dib, coordinador oficial de sistemas médicos, señala que algunas personas o grupos llevan a cabo campañas sin una coordinación apropiada con las autoridades sanitarias, lo que lleva a duplicar esfuerzos sin responder exactamente a las necesidades de la comunidad. “Algunos hacen las campañas para sacar un beneficio económico, algo que es inaceptable en este campo”, dice Dib.
Investigadores también alertan de posibles riesgos. La telemedicina puede ser mal utilizada y hacer que algunos países achiquen su presupuesto, particularmente en zonas rurales, donde los fondos que se destinan al sistema de salud es ya son escasos.
Los expertos insisten que la telemedicina no debería reemplazar a la atención médica en persona, sino que debería utilizarse como algo complementario para asegurar que los médicos presten el mejor servicio posible a sus pacientes.
Esto era evidente en mis visitas de campo, cuando las personas criticaban las campañas médicas, decían que en algunos casos eran una manera de compensar la falta de equipamiento especializado en los hospitales rurales. Muchos lugareños expresaron su deseo de que los hospitales tengan médicos permanentes.