Parece que Elon Musk se ha cansado de los coches eléctricos y ahora quiere conquistar el mundo de los robots y la inteligencia artificial. El multimillonario que trajo los Tesla a todo el mundo se está tomando al pie de la letra eso de “año nuevo, vida nueva”, y quiere hacer un gran cambio para 2025.
En pocas palabras, va a dejar en un segundo plano los coches eléctricos —aunque seguro que habrá novedades— para enfocarse en una nueva y ambiciosa apuesta para el año que viene: SpaceX y su proyecto Starlink.
Esta otra compañía de Musk ha alcanzado hace muy poco una valoración interna de 350.000 millones de dólares, convirtiéndola en una de las startups no cotizadas más valiosas del mundo y aquí la clave de su éxito radica en Starlink, su red de satélites de banda ancha.
SpaceX, para que te hagas una idea, está cambiando las reglas del juego por varios frentes. Por un lado, sus cohetes, de gran tamaño, pero sobre todo reutilizables, han hecho que los costes de lanzamiento caigan por completo. Por otro, el rendimiento de Starlink frente a la competencia justifica más y más lanzamientos.
Elon Musk planea dejar atrás Tesla para centrarse en SpaceX y Starlink en 2025
Los números hablan por sí solos: SpaceX tiene ya unos 7.000 satélites orbitando la Tierra y añade unos 60 cada semana. Según estimaciones de BryceTech, SpaceX fue responsable de más del 85% de todas las cargas útiles orbitales en el primer trimestre de este año.
Mientras Tesla se enfrenta a la cada vez más compleja y dura competencia china y a la resistencia de los coches de combustión, SpaceX parece tener la carretera completamente despejada para meter el turbo. Starlink ya cuenta con cinco millones de usuarios en 114 países, y está expandiendo sus servicios a la telefonía móvil.
Quilty Space estima que Starlink generará ingresos de 6.600 millones de dólares en 2024, con un EBITDA de 3.800 millones, lo que supone un margen increíble del 58%. TMF Associates va más allá y proyecta unos ingresos de 24.000 millones para 2030.
Comentar que la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales podría jugar a favor de Musk. Sus lazos con el ya presidente podrían abrir la puerta a subvenciones que antes parecían imposibles, como los 42.000 millones de dólares destinados a la banda ancha rural en Estados Unidos. Con todo esto, resulta lógico pensar que en 2025 los coches eléctricos quedarán relegados a un segundo plano.
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Etiquetas: Coche eléctrico, Tesla, Estados Unidos, Elon Musk
