«La secularización es un proceso histórico y multifacético que implica un apartamiento de Dios como autor y fin del mundo y del hombre. Se inicia con la decadencia de la escolástica y el avance del nominalismo en el siglo XIV, extendiéndose hasta el presente». Juan Fernando Segovia
La noche del sábado 13 de julio de 2024 el Círculo de Lectura «Tradición» tuvo el placer de asistir virtualmente a la conferencia titulada «Cristianismo versus secularización», cuyo expositor fue el Lic. D. Óscar Méndez Oceguera.
Esta trascendental explicación comenzó al promediar las 21:00 horas (Ciudad de México, México).
Óscar Méndez inició mencionando que la secularización no solo es una mera separación, sino que también es la consecuencia que acarrea rechazar de la voluntad de Dios, es decir, separarnos de nuestra naturaleza. Es importante recordar que este alejamiento del Buen Dios se ha dado en todos los ámbitos: cultura, artes, educación, sociedad; en ese sentido, el expositor brindó ejemplos concretos y muy cercanos a la realidad de la posmodernidad en la que vivimos, para un mejor entendimiento, algunos de ellos son los siguientes: educación sexual con una visión secular en las escuelas, legalización del aborto, uniones antinatura, eutanasia, separación Iglesia-Estado, secularización de cementerios, desafiliaciones religiosas, tecnologías reproductivas antinatura, desenfreno de utilización de medios tecnológicos, dictadura del relativismo, individualismo extremo, matrimonio como contrato civil, políticas de género, educación sin valores, negación de los símbolos religiosos, ciencia sin reconocimiento de un creador, aumento de ateísmo y agnosticismo, cultura del hedonismo, legislación que contraviene principios morales religiosos.
Posteriormente se preguntó a las miembros del Círculo asistentes, ¿hemos nacido para ser felices? Esta pregunta que sirvió para realizar unos apuntes sobre la felicidad, la verdadera, porque sí, nacimos para ser felices. Para alcanzar la felicidad el hombre debe tener claro que su fin es Dios, para ello, apuntará a la bienaventuranza, practicando la virtud. Si observamos al hombre actual veremos que este no va en camino a la felicidad, pues hace todo lo contrario a lo que su propia naturaleza le exige, practica la «virtud» del hedonismo. En este estado de la revolución la sociedad posmoderna está planificada para practicar el vicio, y de esa manera el hombre se aleja de Dios, de su familia, de su comunidad; y lógicamente será imposible que sea auténticamente feliz.
Asimismo, la experiencia nos muestra que cuando los seres humanos practican la virtud sensiblemente se sienten bien, y ello es debido a que en vez de ponerse a si mismos por delante, ponen a Dios, buscan y se conforman a la voluntad de Dios. Ese sentimiento reconfortante es como un pequeño dulce del Cielo que me es dado por practicar la virtud, la cual requiere paciencia, esperanza y humildad, pues no se adquiere rápidamente sino que exige mucho esfuerzo, pero siempre valdrá la pena. Así llegará el momento que para nuestros adentros nos diremos: «Yo, que era un pecador terrible, estoy logrando hacer cosas buenas», y no nos quedaremos en el «yo», sino que se lo atribuiremos todo a Nuestro Señor.
Otro tema explicado, que en el posmodernismo se encuentra muy mal entendido, fue «la libertad», que es una perfección específica de la naturaleza del hombre, sin embargo, no es la perfección con mayúsculas, por lo que necesariamente se debe ordenar al fin, haciendo lo que Dios quiere en todo momento. La inteligencia es la que mostrará el bien, la libertad elegirá ese bien, pues no está hecha para obrar mal, el obrar mal, es una debilidad de la libertad, así como equivocarse en la elección del bien es la debilidad de la inteligencia.
(Continuará)
Mariana de los Ángeles Quispe Verástegui, Círculo de lectura «Tradición»
