El Papa Francisco ha elegido como tema para el mensaje de la 58ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2025, la frase “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”. El anuncio fue realizado el 8 de agosto de 2024 por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral a través de un comunicado.
Desde su establecimiento en 1967 por San Pablo VI, los papas han utilizado esta jornada para ofrecer reflexiones sobre diversos temas, tales como las Naciones Unidas, los derechos humanos, la diplomacia y el desarrollo económico.
El tema elegido para la edición de 2025 tiene una conexión natural con el Año Jubilar, y se inspira especialmente en las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, con un enfoque particular en los valores de la esperanza y el perdón, elementos centrales del Jubileo. En el mensaje se subraya que el Año Santo es “un tiempo de conversión”, que nos invita a promover la reconciliación y la paz, en lugar de condenar.
Desafíos para la humanidad
Cada 1 de enero, con ocasión de la Jornada Mundial de la Paz, el Santo Padre dirige un mensaje de paz y esperanza a los jefes de Estado y de Gobierno, a los líderes de las organizaciones internacionales, a los dirigentes religiosos y a todas las personas de buena voluntad. En 2025, el Papa Francisco subraya la importancia de la esperanza, un valor también presente en el Año Jubilar, y nos invita a enfrentar con un corazón lleno de esperanza los numerosos desafíos que amenazan la humanidad y la creación.
El Papa destaca que, para lograrlo, es necesario confiar en la misericordia de Dios. Al reconocernos como deudores ante Él, redescubrimos que todos somos hijos del mismo Padre, lo que nos une como hermanos y hermanas en la búsqueda de la paz.
Tres puntos para el camino hacia la paz
En su mensaje, el Papa Francisco propone tres acciones clave para avanzar por el camino de la paz: la condonación de la deuda externa, la abolición de la pena de muerte y la creación de un Fondo Mundial destinado a erradicar el hambre de manera definitiva.
La presentación del mensaje tuvo lugar en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y comenzó con una intervención del cardenal Michael Czerny, S.J., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (DSDHI).
El cardenal subrayó la relación entre el mensaje y el Jubileo, calificándolo como “una oportunidad propicia para fortalecer nuestra fe”. Recordó que, con la fuerza del Espíritu Santo y la misericordia de Dios, somos conducidos a la salvación, pero destacó que no debemos esperar pasivamente, sino que la esperanza debe traducirse en acción para enfrentar las injusticias que afectan al mundo.
A continuación, la directora ejecutiva de Catholic Mobilizing Network (CMN), Krisanne Vaillancourt Murphy, intervino para señalar cómo el Santo Padre nos llama a ser portadores de la justicia misericordiosa de Dios. Se centró en el llamado de Francisco para abolir la pena de muerte en todos los países, un compromiso que también comparte CMN, que trabaja para movilizar a los católicos y personas de buena voluntad para acabar con la pena capital en Estados Unidos.
La pena de muerte, según explicó, es un “pecado estructural” presente en al menos 55 países, donde cerca de 28.000 personas esperan en el corredor de la muerte.
Krisanne también compartió el testimonio de una familia que, eligiendo el perdón, luchó para salvar al asesino de su hija de una sentencia de muerte, un acto de misericordia que representa un compromiso personal en la búsqueda de la paz.