El presidente Luis Arce anunció que el gobierno determinó prolongar la pausa ambiental por 10 años, el objetivo es reforestar las áreas protegidas y reservas forestales que fueron devastadas por los incendios durante la gestión 2024.
Este anuncio, que fue hecho público por Arce durante la Cumbre G20, realizada en Brasil, fue tomado con escepticismo por algunos grupos de activistas que trabajan en la defensa del medioambiente, porque lo consideran “insuficiente” para revertir el daño hecho este año a las reservas forestales y áreas protegidas, donde se perdieron miles de árboles y murieron animales de diferentes especies.
La pausa ambiental, aprobada por el Decreto Supremo 5235, ordena la prohibición de quemas en todo el territorio nacional.
Las estadísticas difundidas por las organizaciones que trabajan en temas relacionados al medioambiente señalan que se quemaron 10 millones de hectáreas de bosques, matorrales, arbustos y viviendas de varias comunidades, por lo que trabajar en la reforestación es urgente de aquí en adelante.
Trabajar en la reforestación de los bosques quemados requiere la inversión de una gran cantidad de dinero, pero también de una o dos décadas para reparar el daño causado al medio ambiente, contra la vida de miles de animales y contra la salud de cientos de familias, que en muchos casos perdieron los pocos bienes materiales que tenían.
Pero, además de reforestar las extensas áreas devastadas, especialmente en el oriente del país, el Gobierno, en coordinación con entidades públicas y privadas, debe trabajar para evitar que se quemen más bosques que son vitales para la vida de todos los seres vivos.
Para evitar que se sigan destruyendo los bosques de Bolivia es fundamental trabajar en campañas de concienciación, para que los agricultores (grandes o pequeños) dejen de practicar chaqueos durante la pausa ambiental o para que los mismos sean realmente controlados y no se provoquen incendios.
Otra medida que debe asumir el Gobierno, con el apoyo de la Policía, las Fuerzas Armadas y otras instituciones, es identificar a quienes, por cualquier motivo, causan incendios forestales para llevarlas ante la justicia con el fin de sentar un precedente y evitar más daños al medioambiente.
Está en manos de todas las autoridades y de la población en general vigilar para prevenir que se sigan provocando incendios porque, además, se debe tomar en cuenta que este tipo de desastres afectan a toda la región y no se limita a un determinado territorio.
El país debe asumir decisiones para poner un alto a los incendios y tendrá que utilizar todos los mecanismos que la ley le autoriza con el fin de sancionar a todos los responsables de los incendios.