Ciudad del Vaticano – El papa Francisco considera que no es el momento adecuado para debatir sobre el diaconado femenino durante el Sínodo que se celebra en el Vaticano. Así lo reveló el cardenal Víctor Fernández, Prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, en una comunicación dirigida a los miembros de la asamblea de obispos.
Posición del Papa
El cardenal Fernández indicó que el Santo Padre ha manifestado que la cuestión del diaconado femenino aún no está madura y ha solicitado que no se distraigan con esta posibilidad en este momento. Esto responde a las quejas de algunos participantes del Sínodo, quienes lamentaron que el Dicasterio para la Fe no hubiera considerado propuestas sobre el tema.
Para abordar las inquietudes, Fernández propuso una reunión con los interesados para el próximo jueves, pero reafirmó, en nombre del papa, que la ordenación de mujeres no es viable. El cardenal también mencionó que, aunque la comisión de estudio sobre el tema tiene conclusiones parciales que se publicarán más adelante, continuará trabajando en este asunto.
El rol de la mujer en la iglesia
Fernández destacó que el papa está muy preocupado por el papel de la mujer en la Iglesia, y que, incluso antes del Sínodo, había pedido que se explorara el desarrollo de este tema, sin centrarse únicamente en el orden sagrado. El prefecto subrayó que pedir la ordenación de diaconisas no aborda adecuadamente las necesidades de las millones de mujeres en la Iglesia.
Giacomo Costa, secretario especial del XVI Sínodo de los Obispos, también afirmó que no es el momento de tomar decisiones sobre el diaconado femenino, pero es importante profundizar en el tema.
Nathalie Becquart, la primera mujer con voto en el Sínodo, resaltó el progreso en la inclusión de mujeres en la Iglesia desde el inicio de las reuniones.
El Sínodo, que concluirá el próximo domingo, entra en su fase final, donde se presentará el documento con las conclusiones de las discusiones. Este encuentro ha abordado la necesidad de reforzar la presencia de la mujer en la Iglesia, con la participación de 368 miembros, incluidos 53 mujeres y unos sesenta cardenales, marcando un avance significativo en la representación femenina en la asamblea sinodal.
