El reporte de un estudiante que afirmó haber sido abordado por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, según sus siglas en inglés) en un autobús de San Francisco provocó pánico en esa importante ciudad de California. Aunque la información fue desmentida, la falta de reacción coordinada entre las autoridades locales amplificó la confusión y generó un clima de ansiedad entre los residentes indocumentados de esa jurisdicción en un contexto marcado por redadas y operativos, según The San Francisco Standard.
De acuerdo a una carta de la directora del Instituto Balboa, Catherine Arenson, un estudiante del centro Visitacion Valley dijo que un agente del ICE le pidió en un autobús que se identificara y le preguntó de dónde era. Sin embargo, un portavoz del ICE explicó el viernes en diálogo con KRON4 que el encuentro no fue con un oficial de Inmigración y Aduanas de EE.UU.
Por su parte, la Agencia de Transporte Municipal de San Francisco (SFMTA, por sus siglas en inglés) emitió alertas a sus conductores, pero no encontró evidencia en las cámaras de seguridad de que agentes de ICE estuvieran en su flota. No obstante, estas acciones no lograron calmar los temores en la comunidad, informó The San Francisco Standard.
El rumor desencadenó una respuesta tardía y desordenada que involucró a varias entidades, como la oficina del alcalde Daniel Lurie, el Departamento de Policía de San Francisco y la misma ICE. Se necesitaron casi 24 horas para que se confirmara que la información era falsa. Mientras tanto, nuevas publicaciones en plataformas como Nextdoor mencionaron supuestas presencias de vehículos de ICE, pero estas tampoco fueron corroboradas.
“Cuando no hay claridad ni información oficial rápida, la gente empieza a especular descontroladamente”, señaló un exfuncionario local en entrevista con The San Francisco Standard. Según expertos en comunicación, este tipo de crisis podría evitarse si se establece una jerarquía informativa clara, liderada por la oficina del alcalde o una agencia designada, aseguran desde el mismo medio.
“Después de realizar una revisión exhaustiva por parte de varias agencias, estamos seguros y aliviados de que no hubo ninguna acción federal de control de inmigración en un autobús de Muni. Al mismo tiempo, el miedo en nuestra comunidad es real y ese miedo hace que todo San Francisco sea menos seguro”, dijo un portavoz del alcalde de San Francisco, Daniel Lurie.
El segundo mandato de Donald Trump inició con un endurecimiento en las políticas migratorias. El presidente firmó varias órdenes ejecutivas que incluyen redadas masivas y deportaciones como ejes principales de su estrategia. Estas medidas, respaldadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, según sus siglas en inglés), buscan ampliar la capacidad de acción del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en lugares previamente considerados sensibles, como escuelas e iglesias.
Aunque las redadas no se materializaron al ritmo esperado en los primeros días de su mandato, el DHS eliminó restricciones clave que obstaculizaban los operativos. Según declaraciones oficiales, la administración confía en que los agentes actúen con “sentido común” para priorizar la detención de migrantes con antecedentes penales. Sin embargo, líderes comunitarios y religiosos han denunciado que estas acciones tienen como objetivo “infundir miedo” en las comunidades migrantes, lo que afecta a personas sin antecedentes criminales y a familias trabajadoras.