El presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva para retirar por segunda vez a Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, del histórico Acuerdo climático de París.
La medida coloca a Estados Unidos entre el puñado de países, incluidos Irány Yemen, que no forman parte de un Acuerdo que insta a los Gobiernos a tomar medidas para limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius y a seguir esforzándose por mantener las temperaturas por debajo de 1,5 grados.
“Me retiro inmediatamente de la injusta y unilateral estafa climática de París”, dijo el nuevo presidente al firmar la orden en Washington. “Estados Unidos no saboteará nuestras propias industrias mientras Chinacontamina impunemente”.
China respondió inmediatamente con unas declaraciones del portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Guo Jiakun, expresando su preocupación por la retirada estadounidense. Jiakun aseguró que China respondería activamente ante el cambio climático y promovería conjuntamente la transición mundial hacia un bajo nivel de emisiones de carbono.
‘Drill, baby, drill’
Durante su discurso de investidura, Trump redobló sus promesas de perforar (drill, baby, drill), diciendo que EE.UU. tiene las reservas de petróleo y gas “más grandes” del mundo, y que tienen la intención de utilizarlas.
También se espera que el nuevo presidente se disponga a deshacer algunas o todas las principales políticas climáticas puestas en marcha por su predecesor, Joe Biden. Estados Unidos salió del Acuerdo de París en el primer mandato de Trump, solo para que Biden deshiciera la medida cuando asumió el cargo en 2021.
¿Qué significaría para EE.UU. abandonar el Acuerdo de París?
La retirada de EE.UU. del Acuerdo de París sería nefasta, ya que “eliminaría la obligación del país de reducir sus emisiones”, advierte Laura Schäfer, de la ONG medioambiental y de derechos humanos Germanwatch. EE.UU. es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo.
“Esto es, naturalmente, devastador”, dice Schäfer, que añade que el asunto podría tener ramificaciones más amplias.
“Podría ser una señal para que otros reduzcan su compromiso en la mitigación del cambio climático. Podría reducir la presión sobre otros grandes países emisores como China… Las emisiones de Estados Unidos desempeñan un papel importante en relación con la cuestión de si vamos a mantenernos por debajo del límite de los 2 grados y de 1,5”, afirma Schäfer.
Los científicos afirman que la ventana para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados se está cerrando rápidamente. Estados Unidos emite alrededor del 11 por ciento de los gases de efecto invernadero mundiales.
En virtud del Acuerdo de París, los países están obligados a registrar sus emisiones y a presentar objetivos de reducción cada cinco años. La próxima ronda de objetivos deberá presentarse antes de principios de febrero de 2025, antes de la conferencia sobre el clima COP30 que se celebrará en Belem, Brasil, en noviembre.
Durante la primera administración de Trump, más de 4.000 gobernadores, alcaldes de ciudades y líderes empresariales de todo EE.UU. se comprometieron a mantener los compromisos del país en virtud del Acuerdo de París a través de la coalición ‘We Are Still In’.
Los próximos pasos de una retirada
A pesar de la rápida acción de Trump sobre la salida de EE. UU. del Acuerdo de París, el país tendrá que esperar un año tras la recepción de la retirada para que esta sea oficial. Eso significa que EE. UU. seguirá formando parte del Acuerdo cuando se celebre la próxima conferencia sobre el clima COP.
No está claro si la administración estadounidense asistirá a esa cumbre, pero, en cualquier caso, tendrá un papel disminuido. Los expertos afirman que la UE y China, el mayor emisor del mundo, podrían reforzar su liderazgo en las conversaciones.
(gg/ms)