Acosta lideró la movilización de recursos en los organismos financieros internacionales en el peor momento de la dictadura en el 2020 y 2021. Eso no le valió para nada, Ortega lo removió este lunes de todas las representaciones
Si en algo se destacó Iván Acosta como titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público fue en su activa gestión para conseguirle al régimen de Daniel Ortega recursos en los organismos financieros internacionales. Su papel fue clave, incluso, en el peor momento de la dictadura: después del 2018 cuando estas ventanillas cerraron el grifo por las violaciones de derehos humanos.
Acosta aprovechó el pequeño respiro que significó la pandemia en 2020 y el impacto de dos huracanes (Iota y Eta) a finales de ese año para movilizar la mayor cantidad de recursos posible en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde fungía hasta esta semana como gobernador.
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Solo en el 2020 y 2021, el régimen, bajo la gestión de Acosta, consiguió más de mil millones de dólares en préstamos, muchos de los cuales están en proceso de desembolsos, lo que reflejó el impacto limitado de las sanciones de Estados Unidos y La Renacer, que forzaba al representante de Washington en esos organismos a votar en contra de las solicitudes de créditos que la administración de Daniel Ortega presentara, así como cabildear con los otros socios para que este no tuviera acceso a recursos.
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Solo ayuda humanitaria
Solo había una excepción, por parte de Estados Unidos, aquellos fondos con fines humanitarios. De ahí sacó ventaja Acosta, como titular de Hacienda, para movilizar la mayor cantidad de dinero al régimen. Según datos del Banco Central de Nicaragua, en el 2021, se firmaron préstamos y donaciones con los organismos financieros 1,095.4 millones de dólares, incluyendo recursos del Fondo Monetario Internacional.
En concreto, el BCIE dio 413.1 millones de dólares, el FMI 353.5 millones de dólares, el BID 198.6 millones y el Banco Mundial 130.2 millones.
Pero ese nivel de movilización de recursos en un solo año en esos organismos financieros internacionales le valió poco o nada a Iván Acosta, quien este lunes fue removido de todas las representaciones que tenía en el FMI, BM, el BID y el BCIE, a través de una serie de decretos presenciales que ordenaron pasar esas posiciones al su relevo, Bruno Mauricio Gallardo Palaviccine, quien desde la semana pasada también ocupa el cargo que durante 12 años ostentó Acosta.
Gallardo en el BCIE, BID, BM y FMI
Ahora Gallardo Palaviccine, quien no está sancionado por Estados Unidos, es el gobernador por Nicaragua en el BCIE; igual posición el BID y el Banco Mundial; y ante el FMI es gobernador suplente.
A Acosta lo sancionaron en mayo del 2020. Los señalaron de proveer apoyo financiero al gobierno de Ortega —contra el que EE.UU. ha impuesto decenas de sanciones a funcionarios de alto rango— y de amenazar a los bancos que participaran en un huelga organizada por la oposición en marzo del 2019.
“Amenazó personalmente a los bancos para que no participaran en una huelga organizada por los líderes de la oposición en marzo de 2019, cuyo objetivo era impulsar la liberación de los presos políticos”, dijo en el 2020 Estados Unidos.
No está claro el motivo de la abrupta salida de Acosta del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, donde desde las sanciones era solo el representante, pero la responsabilidad de firmar los créditos recaía en otro funcionario.
