Dani Olmo se encuentra ahora mismo en una gran encrucijada. Tiene ante sí un dilema enorme porque puede convertirse en un futbolista inmensamente rico, pero al mismo tiempo empobrecer todavía más al Barcelona, el club de su vida y, al que después de varios intentos, pudo, por fin, regresar este pasado verano. Con su posible decisión, además, podría dejarlo sumido en una crisis deportiva, económica y reputacional. El daño, en este sentido, ya se da por descontado…
Olmo, posiblemente, jamás se hubiera imaginado encontrarse en esta situación porque desde el club siempre le transmitieron tranquilidad con su inscripción, incluso en los últimos días, cuando todo se ha precipitado. Bien asesorado, en agosto incluyó en su contrato una cláusula liberatoria que le permitía dejar el club si el 31 de diciembre no estaba regularizada su inscripción asegurándose el cien por cien de su contrato, que finaliza el 30 de junio de 2030.
Cumbre en las oficinas
Este viernes todo debería quedar resuelto, para bien o para mal. En el Barcelona transmiten la confianza que los dos futbolistas volverán a estar inscritos en LaLiga una vez que se reciban todas las confirmaciones de pago que se incluyen en el contrato de venta de los asientos VIP del futuro Spotify Camp Nou a inversores de Dubái y Qatar, todavía desconocidos.
El organismo que dirige el fútbol español consideró el último día de 2024 que no existían suficientes garantías con la información que tenían en ese momento y desinscribieron a Olmo y Pau Víctor el primer día del año 2025. Para el Barcelona, ahora todo depende que la Liga conceda una moratoria y siente un precedente, lo que podría generar la queda y posibles denuncias de otros equipos de la competición.
En Barcelona hubo una cumbre en las oficinas entre el presidente Laporta, el vicepresidente deportivo, Rafa Yuste, el tesorero Joan Olivé y el directivo Joan Soler para intentar desencallar el caso y estudiar las posibles consecuencias de una resolución negativa. Quedaría la opción de volver a ir a la justicia y denunciar la normativa que impide que un mismo jugador pueda ser inscrito dos veces por un mismo equipo en la misma temporada. Este es un camino que se alargaría en el tiempo y que parece poco probable que acabe prosperando.
Otra posible alternativa, que para nada es segura, es que finalmente la RFEF decidiera concederle la ficha federativa al futbolista y se desmarcara de LaLiga para que Olmo pudiera jugar como cedido en un equipo extranjero y regresara al Barcelona la próxima temporada. Pero, de momento, la Federación y la Liga van alineadas en este caso. No hay que olvidar que Javier Tebas es vicepresidente de la RFEF.
La situación es grave. Si Dani Olmo decidiera marcharse por no estar seis meses parado, podría reclamar cobrar el pago de la totalidad de su ficha por todos los años de contrato, una cifra que llega a los 50 millones de euros. Además, el Barcelona no podría amortizar los 48 millones de euros de traspaso en los seis años de contrato, así que en los libros se deberían apuntar los 40 millones de euros de golpe. Un palo para el ejercicio económico, que se prevé cerrar con beneficios de ocho millones.
Ruina total para el club
Al irse con la carta de libertad, el Barcelona no ingresaría nada por el futbolista, que tiene una valoración en el mercado de unos 60 millones de euros. Y el agujero sería mayor porque el Barcelona ha vendido las localidades VIP por 100 millones de euros, una cantidad menor a la que tenía previsto hacerlo inicialmente, obligado por tener que resolver el asunto de las inscripciones. Sumando todos los conceptos, entre la pérdida de dinero y las posibles ganancias, la operación Olmo podría ser un golpe para el club que superaría los 200 millones.
Para el jugador, su mayor decepción sería poner punto final a su etapa en el Barcelona de forma muy prematura. A nivel deportivo no tendría problemas para encontrar un equipo puntero en Europa, que se lo rifarían. En la Premier lo quieren todos los grandes y el PSG y el Bayern de Múnich, que ya lo quiso en verano, están al acecho. Además de la totalidad de su contrato con el Barça, (aunque podría renunciar a ello), podría cobrar una suculenta prima de fichaje al llegar libre. Una ganga y una ruina total para el Barcelona.
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