Santa Teresa de Jesús tenía los ojos negros muy vivos, el pelo castaño y un rostro armónico, sereno y dulce. Así la representa la recreación presentada hoy en la Basílica de la Anunciación de Alba de Tormes (Salamanca), donde se conserva el cuerpo de la santa en una urna de plata y el brazo izquierdo y el corazón en dos relicarios separados.
Coincidiendo con el 510 aniversario de su nacimiento, se ha presentado de forma simultánea desde Alba de Tormes, Roma y Australia la escultura del rostro de la monja y escritora, realizado por la profesora universitaria Jennifer Mann (Monash University) a partir de los datos obtenidos en Alba de Tormes con la apertura del sepulcro.
Para llevarlo a cabo se ha utilizado la más avanzada tecnología forense y un programa de reconstrucción facial en 3D.
El trabajo de Mann, que se ha llevado a cabo en el Victorian Institute of Forensic Medicine, perteneciente a esa universidad australiana, ha conjugado tanto las medidas antropomórficas como imágenes de las radiografías, así como retratos pictóricos de la santa o la descripción realizada por la madre María de San José, carmelita descalza contemporánea de la Santa.
“Ciencia, fe y devoción se han unido en torno a la Santa, para lograr un testimonio físico y un reflejo del alma de la santa, con ciencia y mística se ha logrado una ‘vera efigie’ de cuando tenía en torno a los 50 años y estaba en plenitud humana y espiritual”, ha explicado el prior de los carmelitas descalzos de Alba de Tormes y Salamanca, Miguel Ángel González, informa Efe.