Éste fue otro de esos días en los que Shohei Ohtani hizo que el béisbol se sintiera como el pasatiempo internacional. Lo hizo sentir así tanto como cualquier otra persona lo ha hecho, y eso incluye a un bateador mágico que el mundo todavía conoce únicamente como “Ichiro”. Y Ohtani lo hizo con estilo en el segundo juego de la Serie de Tokio de los Dodgers contra los Cachorros, brindándole a la gente en el Tokyo Dome lo que querían, haciendo uno de esos swings y conectando un jonrón. Fue el cuadrangular número 1 de esta temporada después de, Ohtani disparara 54 el año pasado.
Y aún no ha lanzado para los Dodgers. Seguimos diciendo que no ha habido nadie como él en 100 años en el béisbol, desde Babe Ruth. Pero en verdad, nunca ha habido alguien como él.
Ohtani sigue siendo la mayor estrella deportiva en Japón, incluso jugando aquí ahora. ¿Y aquí? Se ha convertido, primero con los Angelinos y ahora con los Dodgers, en una estrella tan grande como las que tenemos — al nivel de LeBron James y Patrick Mahomes y cualquiera que quieras incluir en la conversación de alto nivel.
LeBron es obviamente una figura mundial en el deporte debido al amplio atractivo internacional del baloncesto y por los Juegos Olímpicos. Pero de vuelta en Japón y frente a los apasionados aficionados al béisbol japonés, Ohtani hizo que estos dos partidos contra los Cachorros se sintieran como unas Olimpíadas de dos días.
Esto no se trata de ser fanático de los Dodgers. Se trata de ser un fanático del béisbol y del deporte, y de apreciar plenamente lo que es ver a este hombre batear y correr mientras esperamos a que vuelva a lanzar. Es incluso un placer verlo fallar un swing y sonreír después de hacerlo. Nadie podría jamás disminuir el talento en el béisbol en esta época. Aaron Judge dio más jonrones que Ohtani y fue el Jugador Más Valioso de la Liga Americana. El dominicano Juan Soto tuvo la mejor campaña de su carrera y los Mets le pagaron con un contrato más grande que el de Ohtani con los Dodgers. Hay talento — la mayoría talento joven — por todo el mapa.
Pero Ohtani es diferente. Y el miércoles, hizo uno de esos swings contra Nate Pearson en la parte alta del quinto episodio. Ohtani pensó que había hecho uno ante el primer lanzamiento del juego contra Justin Steele, antes de que la pelota se quedara tal vez a 10 pies del muro del jardín izquierdo. Luego, conectó uno contra Pearson, inclinándose hacia un lanzamiento que parecía estar un poco más cerca de él. Al principio, parecía que la pelota podía haber rebotado en la parte superior de la pared, antes de que se descubriera que había pasado por encima de la verja del bosque central-derecho y un aficionado la había dejado caer.
“¿Qué puedo decir?”, me expresó el manager de los Dodgers, Dave Roberts, el año pasado. “[Ohtani] es una maravilla”.
Él es eso en lo que parece ser algo diario. Se convirtió en JMV nuevamente la campaña pasada. Llegó a los Dodgers con ese contrato de agente libre de $700 millones y luego se convirtió en el primer jugador en la historia en conectar más de 50 jonrones y robar más de 50 bases en una temporada, la campaña en la que se estaba recuperando de una cirugía en el brazo de lanzar.
Luego, los Dodgers ganaron la Serie Mundial. Ohtani jugó con un hombro lesionado en esa Serie Mundial contra los Yankees, produciendo apenas dos hits en cinco encuentros, pero aun así estuvo presente, incluso pareciendo que a veces estaba bateando con un solo brazo bueno. Sin duda, el swing más grande de la Serie — uno para la historia — vino de su compañero, Freddie Freeman, el grand slam que conectó en el Juego 1 para dejar en el terreno a Nueva York. Antes de eso, sin embargo, contra los Mets en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, Ohtani bateó .364 con dos vuelacercas y nueve carreras anotadas y nueve bases por bolas.
Ohtani te hace querer ver béisbol a las 6 de la mañana, hora del Este en los Estados Unidos, porque temes perderte el tipo de swing que eventualmente haría contra Pearson. Te hace querer ver béisbol en Los Ángeles incluso tarde por la noche. Los Ángeles tiene la suerte de tener a LeBron y Ohtani jugando al mismo tiempo en esa ciudad. Pero LeBron James ahora tiene 40 años. Ohtani tiene 30 años.
Entonces, ha comenzado otra temporada para Ohtani y los Dodgers. Tres hits para él en dos juegos en Tokio, un jonrón, tres carreras anotadas, dos victorias para los Dodgers. Todos regresan ahora a los Estados Unidos, con su partido inaugural en casa programado para la próxima semana en el Dodger Stadium contra los Tigres.
Los Dodgers tienen suerte de tenerlo, el béisbol tiene suerte de tenerlo. Así también lo somos nosotros. Por cierto, Ohtani llegó en el noveno inning con dos corredores en base y un out contra Ryan Pressly. Pressly le dio base por bolas. Los aficionados en el Tokyo Dome se decepcionaron, aún sin haber visto lo suficiente de Ohtani en ese momento. Pressly sí que lo había visto.