Este hallazgo, realizado con datos del telescopio espacial eROSITA, abre nuevas preguntas sobre la estructura y evolución de nuestra galaxia, así como sobre la posible red de conexiones galácticas que podría existir en la Vía Láctea.
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El mapa 3D de la LHB muestra las distintas temperaturas. FOTO Cortesía Michael Yeung / MPE
Un grupo de científicos del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania y la Universidad de Harvard en Estados Unidos, ha realizado un hallazgo sin precedentes: un túnel interestelar que parece conectar la Burbuja Local Caliente (LHB, por sus siglas en inglés) que rodea nuestro sistema solar con una estructura en la constelación de Centauro.
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Este sorprendente descubrimiento, realizado a partir de un mapa tridimensional obtenido por el telescopio espacial eROSITA, está cambiando el conocimiento que tenemos sobre la estructura y dinámica de la Vía Láctea, sus burbujas de gas y las conexiones entre ellas, pues la LHB es una estructura formada por gas a temperaturas extremadamente altas, con emisiones constantes de rayos X, que se extiende a través de unos mil años luz desde el sistema solar.
Así que lo que sucedió, según explicaron en el Max Planck, autor principal del proyecto, es que al hacer un mapa tridimensional de esa estructura (la LHB), evidenciaron variaciones de temperatura en su interior, así como la presencia de un “vacío” en el gas interestelar frío que resultó ser un túnel hacia otra burbuja en Centauro, donde se encuentra Proxima Centauri, la estrella más cercana al Sol.
Un túnel hacia Centauro
Este túnel interestelar funciona como un canal entre ambas burbujas, un fenómeno desconocido hasta ahora y que, según Michael Freyberg, uno de los investigadores principales del proyecto, podría ser parte de una red más amplia de pasajes de gas caliente que interconectan regiones de la galaxia.
La teoría detrás de estos túneles galácticos sugiere que se forman debido a procesos de retroalimentación estelar, como las explosiones de supernovas y los vientos estelares, que modelan el espacio alrededor de las estrellas al comprimir el gas interestelar y generar estructuras de cavidades en forma de túneles.
“El telescopio eROSITA ha permitido ver con una claridad inédita estas conexiones, cuya existencia era hasta ahora teórica”, explicó Freyberg, destacando el papel de la tecnología en estos avances.
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Situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, el eROSITA cuenta con la ventaja de operar fuera de la geocorona terrestre, lo que evita interferencias y permite una observación limpia de los rayos X emitidos desde el espacio profundo. Así, el telescopio ha mapeado más de 2.000 regiones de la Vía Láctea, revelando detalles de temperatura y densidad de la LHB y descubriendo el túnel hacia Centauro.
Implicaciones para la comprensión galáctica
Para los científicos, la existencia de este túnel plantea preguntas sobre el posible papel de las estructuras de gas caliente en la evolución de la galaxia.
Además de esta conexión con Centauro, se detectó otro túnel similar hacia la nebulosa Gum, conocida como el túnel Canis Majoris, lo que sugiere que estas rutas podrían ser comunes y desempeñar un papel en la configuración de las regiones galácticas.
Esta red de túneles, opinan los expertos, podría tener implicaciones en el intercambio de materia y energía entre las zonas de la galaxia, contribuyendo a moldear su dinámica.
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El descubrimiento también arroja luz sobre la historia de nuestro propio sistema solar. Gabriele Ponti, otro investigador del equipo, señaló que el Sol se encuentra en el LHB hace unos pocos millones de años, un periodo relativamente breve considerando su edad de 4.600 millones de años.
Esto indica que, en algún momento, nuestro sistema solar se desplazará hacia otra región de la galaxia y probablemente experimentará un entorno cósmico diferente.
El enigma de los túneles interestelares
Este túnel interestelar ha generado un notable interés en la comunidad astronómica, puesto que más allá de ser un fenómeno inesperado, plantea nuevas preguntas sobre la manera en que la retroalimentación estelar da forma a la galaxia.
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Asimismo, la existencia de estos pasajes galácticos cuestiona nuestras ideas sobre la forma en que se conectan y evolucionan las regiones estelares, lo que hace del túnel entre la LHB y Centauro un tema central en la investigación de las estructuras galácticas.
Mientras los científicos continúan estudiándolo, este túnel interestelar representa un avance significativo en nuestra comprensión del espacio profundo.
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