El cristianismo es una de las religiones monoteístas más antigua y difundida en el mundo, la cual se basa en las enseñanzas y milagros de Jesús Nazaret, quien también es conocido como Cristo o Jesucristo. La mayoría de las personas sabe que Jesús es el hijo de Dios que vino al mundo para profetizar la palabra de su padre y morir por los pecados de la humanidad. Según el Centro de Investigación Pew de Estados Unidos, los seguidores de esta religión aumentarán en 2050 de 2.170 millones a 2.920 millones, conformando más de 31% de la población mundial. Por ello que es considerada la gran religión, a pesar de que parte de sus seguidores sólo son creyentes mas no devotos, además de ser considerados menos inteligentes y más felices. El origen del cristianismo y su propagación fue al mismo tiempo en que se formó la historia del Imperio Romano, cuyos habitantes se caracterizaron por ser politeístas y creer en deidades antropomórficas; es decir, sus dioses eran muchos y representaban actividades humanas o fenómenos naturales. Además, el cristianismo se relaciona con el judaísmo, la primera religión monoteísta, ya que sus seguidores creen en un único dios llamado Yahvé. La Biblia de los judíos es la primera parte de la Biblia cristiana (Antiguo Testamento) y Jesús es considerado hijo de padres judíos. Sin embargo, él no es aceptado como el mesías en dicha tradición.
El lugar donde se originó la historia del cristianismo fue en un pequeño pueblo dentro de la ciudad de Belén y cerca de Jerusalén, pues ahí nació y creció el mesías de Dios. Esta tierra sagrada colinda con Egipto, la cual mantuvo una de las civilizaciones más avanzadas del mundo y formó una gran riqueza cultural. En los orígenes de la cultura egipcia sus creencias se basaban en una religión politeísta. Fue a partir del siglo I que comenzó a expandirse el cristianismo. Pero ¿por qué se ha generado la controversia de que la religión cristiana es una copia de la egipcia? Tal vez estas comparaciones y similitudes desvelen un poco el asunto.
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Jesús y Ptah
En el antiguo Egipto creían en tres dioses muy similares a la santísima trinidad cristiana. Ptah, llamado el Señor de magia o el Maestro constructor, era considerado como el líder supremo de los artesanos. Según los textos de la teología menfita, Ptah creó a los dioses locales, edificó las ciudades y estableció las divisiones territoriales. En cuanto a Jesús, puede considerarse de igual manera, ya que fue hijo de un carpintero y aprendió el oficio de su padre. La mayoría de las casas de esa época estaban construidas de piedra, por lo tanto existe la posibilidad de que no sólo fueron carpinteros, sino constructores, pues lo único de madera eran las vigas y las puertas.
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Amón y Dios padre
Amón era el dios invisible o de los vientos. No puede ser visto no por otros dioses ni por hombres, es por eso que su nombre se traduce como “el Oculto”. Poco a poco se fusionó con Ra y se le llamó Amónrasonter, que significaba “Amón-Ra, rey de los dioses”. Se convirtió en el dios supremo de Egipto. En las pinturas egipcias se le ve representado como un hombre coronado con dos largas plumas verticales y en la mano sostiene la llave de la vida o Anj (Cruz ansada), muy similar a la cruz cristiana. Fue además llamado “aquel que habita en todas las cosas”, de igual manera que al Dios Padre en la religión cristiana, pues se le da énfasis como la deidad primordial y omnipresente.
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Ra y el Espíritu Santo
Según en el cristianismo el Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Se representa de diferentes formas, pero las más conocidas son la de una paloma, dado que en el bautismo de Jesús se manifiesta de esta forma y la del fuego, que durante la festividad de Pentecostés presenciaron los apóstoles junto con María (madre de Jesús). Fue el responsable de la resurrección del mesías, ciclo de la vida, salvación, fe y entregar virtudes al ser humano. De igual manera el dios Ra es representado con la forma de un ave. La diferencia es que es un halcón que sobre la cabeza lleva un disco solar, semejante al de los personajes cristianos en las pinturas. Asimismo se le atribuían capacidades similares, como la resurrección.
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Solsticio de verano
La religión cristiana ha reemplazado algunas fechas de fiestas paganas. Una de ellas es la celebración del solsticio de verano, cuando el Sol alcanza su máxima declinación Norte (+23º 27′) durante varios días, además de que su altura al mediodía no cambia. La festividad se celebra el 21 de junio, fecha dedicada al culto del astro rey. Antiguamente se creía que debían ayudar al Sol a pasar el trance de su menor permanencia en los cielos. Por eso, para darle fuerza, se encendían hogueras que también tenían la función de purificar. Los antiguos egipcios construyeron grandes pirámides de manera que el Sol, visto desde la esfinge, se situase entre dos de estas edificaciones y se le ofrecía culto al dios Ra. Además, creían que la estrella Sirius causaba un crecimiento en el río Nilo y confiaban en ello para su agricultura. El cristianismo adoptó esta fecha para su calendario y la nombró Fiesta de San Juan, en la que se celebra el nacimiento del Bautista. Está marcada el día 24 de junio.
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El cine puede ofrecer información sobre la iglesia y el cristianismo de una manera más comprensible.
