La actriz y cantante Ninel Conde, conocida como “El Bombón Asesino”, ha sido señalada en diversas ocasiones por supuestos vínculos con el crimen organizado, específicamente con Arturo Beltrán Leyva, uno de los líderes más notorios del narcotráfico en México.
Estas acusaciones, documentadas en el libro Emma y las otras señoras del narco de Anabel Hernández, han generado controversia y un impacto significativo en la imagen pública de la artista.
Arturo Beltrán Leyva, conocido como “El Barbas”, fue el líder del cártel que lleva su apellido, una de las organizaciones criminales más poderosas durante la primera década de los 2000.
En su momento, controló rutas de tráfico de drogas y acumuló una vasta fortuna.
Fue abatido en 2009 por fuerzas federales, pero su legado y sus conexiones con figuras públicas han continuado saliendo a la luz años después de su muerte.
Según las investigaciones de Hernández, Ninel Conde habría mantenido una relación sentimental con Beltrán Leyva durante su apogeo en el narcotráfico. Este vínculo no solo habría sido de índole personal, sino que también se sospecha de su participación en operaciones financieras vinculadas a recursos ilícitos.
En 2021, Anabel Hernández publicó su obra donde detalla cómo Beltrán Leyva no solo conquistó a Conde, sino que también habría financiado lujos y propiedades para ella.
Entre los datos más relevantes se encuentran investigaciones del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, las cuales vinculan a Conde con la adquisición de bienes inmuebles por aproximadamente 5 millones de dólares, presuntamente pagados en efectivo, lo que levantó sospechas de lavado de dinero.
El caso no es aislado.
Ninel Conde también fue señalada por su relación con el promotor musical Jesús Pérez Alvear, alias “Chucho Pérez”, quien trabajó para figuras del regional mexicano y fue acusado de lavar dinero para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En respuesta a las revelaciones, Ninel Conde demandó a Anabel Hernández por daño moral, argumentando que las acusaciones afectaron su reputación. Sin embargo, tras tres años de proceso legal, las autoridades fallaron a favor de la periodista.
El tribunal determinó que las afirmaciones presentadas en el libro no constituían daño moral, calificando el contenido como de interés público.
Hernández celebró el fallo, asegurando que representa un precedente para la libertad de expresión y las investigaciones sobre las conexiones entre el espectáculo y el narcotráfico.
Hasta el momento, Ninel Conde no ha emitido declaraciones sobre la resolución judicial ni sobre los señalamientos que continúan marcando su trayectoria.
