Este 27 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Libertad Religiosa, pero en Nicaragua fue una conmemoración gris. El país enfrenta la represión contra la fe más cruel en su historia que ha escalado en nivel de crímenes de lesa humanidad, tras seis años de persecución, cárcel, destierro contra religiosos y confiscaciones contra instituciones religiosas.
La dictadura Ortega Murillo sostiene una verdadera guerra contra la fe de la que no ha escapado ninguna denominación religiosa. Los ataques del régimen han incluido a las iglesias católica, evangélica y morava.
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El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, que el próximo 30 de octubre presentará su más reciente informe sobre libertad religiosa, registra, a partir de 2022 hasta la fecha, el encarcelamiento arbitrario de al menos 74 personas religiosas entre ellos dos obispos, además de sacerdotes, diáconos y delegados de la palabra, además de 11 pastores evangélicos de la iglesia Puerta de la Montaña.
La represión de la dictadura también ha incluido el destierro, desnacionalización, prohibición de entrada al país y expulsiones de más de 450 nicaragüenses, entre ellas monjas de varias órdenes cristianas, así como la prohibición de congregaciones y expulsión de sus integrantes como los Frailes Menores Capuchinos, las Hermanas Carmelitas del Divino Corazón de Jesús, los monjes y monjas agustinos, las Misioneras Mercedarias de Bérriz, la Asociación de Hermanas Trapenses, y los Hermanos de la Caridad.
La tiranía ha despojado de su nacionalidad a 35 personas religiosas. Ha desterrado 63 religiosos. Asimismo, el Colectivo Nicaragua Nunca Más ha documentado en los últimos meses 14 casos de víctimas de detención arbitraria, siete personas laicas y siete religiosas, todas víctimas de torturas.
La organización defensora ha contabilizado la confiscación e ilegalización de al menos 1200 ONG religiosas, así como medios de comunicación relacionados a las iglesias católica y evangélica clausurados y también confiscados.
Por todas esas acciones represivas, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), de las Naciones Unidas (ONU), en su informe de julio de 2024, expuso que los dictadores nicaragüenses, varias instituciones de su régimen y funcionarios públicos han perpetrado «crímenes de les humanidad» contra las denominaciones religiosas en la nación.
Para los expertos de la ONU, el dictador Daniel Ortega y su mujer, la vicedictadora Rosario Murillo, son los principales instigadores del odio contra la Iglesia en Nicaragua y los que han ordenado todas las acciones represivas contra las instituciones religiosas en el país, involucrando a varias instituciones del Estado y por ello, son los principales perpetradores de «crímenes de lesa humanidad» contra la religión.
Medardo Mairena llama al mundo a solidarse con cristianos de Nicaragua
El dirigente opositor campesino y exreo político desterrado por la dictadura, Medardo Mairena, recordó en este día que las personas de fe en Nicaragua están siendo reprimidas y llamó al mundo a solidarizarse con los creyentes del país centroamericano.
«En el Día de la Libertad Religiosa los nicaragüenses hacemos un llamado a todas las personas que profesan una fe, a solidarizarse con un pueblo al que se le niega, por parte de una cruel dictadura, un derecho humano fundamental, reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 18», dijo el dirigente opositor al referirse al derecho a una creencia religiosa.
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Igualmente, criticó que privar a toda una nación de un derecho esencial para la dignidad humana que nos permite expresar nuestras creencias y valores «es un crimen contra la humanidad, que afecta la convivencia pacífica entre personas de diferentes creencias».
«La persecución religiosa con cárcel, destierro, tortura, expolio de bienes, agresiones a templos y cierres de centros de estudios, exige una firme condena mundial», expuso el líder campesino nicaragüense.