Cuidar de la salud y el peso a través de alimentación no tiene ningún misterio, si escogemos los alimentos adecuados para evitar la obesidad y poner en riesgo nuestra salud.
Conocemos muchos tipos de dietas como la mediterránea o la detox, pero ahora un nuevo estudio europeo, presentado en el XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) celebrado en Santiago de Compostela, pone el foco en la dieta atlántica, una tradición gastronómica del noroeste de España y el norte de Portugal.
Los resultados de este estudio han mostrado un impacto positivo en la mortalidad, la salud cardiovascular y el bienestar general. Conozcamos un poco más de la dieta atlántica.
Características clave de la dieta atlántica
La dieta atlántica se caracteriza por un elevado consumo de alimentos frescos, de temporada y de origen local. Entre los pilares de este patrón alimentario encontramos, las frutas y verduras que deben incluirse en cada comida diaria, con un énfasis especial en verduras de la familia de las Brassicas, como grelos, berzas y repollos.
Como principal fuente de proteínas, y aquí está la diferencia con otras dietas, debemos incluir el pescado y el marisco, entre tres y cuatro veces por semana. Esto quiere decir que debe moderarse las cantidades de otra fuente de proteínas como la que proviene de los huevos y de la carne.
“La leche y el queso ocupan un lugar destacado en la dieta atlántica”
Por otra parte, en la dieta atlántica, no podemos olvidarnos de los cereales integrales que se encuentran en el pan, junto con las legumbres y las patatas, ya que son esenciales en nuestra dieta diaria. Además de darle especial importancia a la leche y el queso ya que ocupan un lugar destacado en esta dieta, por lo que su consumo debe ser regular, así como también debe serlo el aceite de oliva como principal fuente de grasa.
Beneficios en la salud y reducción de la mortalidad
Un riguroso trabajo de investigación realizado en España, Polonia, República Checa y Reino Unido ha demostrado que la adherencia a la dieta atlántica puede reducir la mortalidad en un 15% en comparación con otros patrones alimentarios.
Este hallazgo es particularmente relevante al analizar los factores de riesgo cardiovascular. Los participantes que siguieron esta dieta presentaron niveles más bajos de colesterol, triglicéridos, resistencia a la insulina, presión arterial, peso corporal y perímetro de cintura.
“Destaca por su capacidad para prolongar la longevidad y mejorar la calidad de vida”
La investigadora Ortolá, ponente en el congreso, destacó que la dieta atlántica no solo es beneficiosa para la salud cardiovascular, sino que también podría reducir el riesgo de depresión y mejorar la calidad de la microbiota intestinal. Este último aspecto tiene un impacto significativo en la salud digestiva y en la salud general del organismo.
En cuanto a la población mayor los beneficios de esta dieta son comparables a los de la dieta mediterránea, destacando su capacidad para prolongar la longevidad y mejorar la calidad de vida.
El estudio también demostró que la dieta atlántica puede reducir en un tercio el riesgo de desarrollar síndrome metabólico en comparación con otros patrones alimentarios. Esto resulta especialmente relevante considerando que el 25% de la población adulta mundial padece este trastorno, el cual incrementa significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
