Andaban en Vigo con la mosca tras la oreja desde el pasado lunes y los hechos les dieron la razón. Cuando el Comité Técnico de Árbitros (CTA) dio a conocer el nombre de los colegiados designados para los partidos de octavos de final de la Copa del Rey, en el celtismo se encendieron todas las luces de alarma.
Porque el nombre de José Luis Munuera Montero, el árbitro al que le ‘tocó en suerte’ el Real Madrid-Celta disputado este jueves en el Bernabéu, equivale, para el celtismo, a polémica. Y este jueves se confirmaron todos los temores cuando en el minuto 36 el andaluz se comió, con la inestimable colaboración del canario Hernández Hernández desde la sala VOR, un penalti catedralicio de Lunin sobre Swedberg, con 0-0 en el marcador.
La continuación de la jugada culminó en el 1-0 de Mbappé tras un prodigioso contragolpe. Ni Munuera ni Hernández consideraron penalti el manotazo del meta ucraniano del Real Madrid a los pies del punta sueco del Celta. Y allí empezó a encarrilar el once de Ancelotti su clasificación, aunque tuviera que recurrir a la prórroga para ratificarla.
El ‘historial‘ de Munuera con el Celta se remonta a la temporada 2019-20. Y tiene como escenario el mismo Bernabéu de este jueves. En aquella ocasión, el trencilla estaba en la sala VOR, desde donde estuvo ‘mudo‘ cuando Gareth Bale se llevó por delante al vigués Rafinha, acción cuando menos revisable y que Alberola Rojas, sobre el césped, castigó con una simple amarilla. El galés se fue de rositas pese a su alevosa acción.
Pero a la siguiente jornada, Munuera, por aquellos caprichos del CTA, fue designado para el Celta-Leganés que se jugaba en Balaídos. Encuentro que pese a finalizar con triunfo gallego (1-0) no estuvo exento de polémica. Y de las ‘gordas’.
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Porque en una acción casi idéntica a la que siete días antes Munuera no había ni tan siquiera considerado digna de revisión, el jugador del Celta Bradaric se llevó la roja directa a los 21 minutos de partido, convirtiendo Balaídos en una auténtica olla a presión.
Este jueves, los temores celtistas fueron confirmados cuando a los 36 Lunin derribó a Swedberg, Munuera Montero (y Hernández Hernández) miraron hacia otro lado y Mbappé culminó la obra con el 1-0.