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JUAN IGNACIO GARCÍA-OCHOA
Actualizado
Lamine Yamal repasó con MARCA un 2024 espectacular que ha coronado con el Golden Boy que le acredita como el mejor jugador europeo sub 21.
El futbolista del Barça no para de recoger premios individuales, aunque en su horizonte están los éxitos colectivos, con dos sueños por encima de todos.
“No es algo que me obsesione. Primero tengo otros sueños por cumplir como ganar una Champions o ganar un Mundial. Si algún día gano el Balón de Oro será consecuencia, primero, de haber logrado esos objetivos colectivos”, explica Lamine, que no oculta que le haría ilusión. “Pero claro, sería bonito”, sentencia.
Lamine entra en las quinielas por su espectacular juego y por haberse colado ya en todas las galas de los premios. En la última del Balón de Oro, hasta el ganador, Rodri, le auguraba un futuro dorado: “Es un orgullo la verdad. Que un jugador y líder de la talla de Rodri diga eso me halaga muchísimo y me motiva a trabajar y mejorar”.
Con tantos premios y ese descaro en el juego, las comparaciones con Messi no han tardado en llegar, algo con lo que no siempre es fácil lidiar. “Es un honor, pero yo intento escribir mi propia historia. Messi es el mejor de la historia, yo todavía estoy dando mis primeros pasos. Esas comparaciones a veces no ayudan”, reflexiona Lamine, que siempre tiene a sus padres cerca para no perder la cabeza.
“Mi familia y mis amigos, sin duda, son mi principal apoyo. Son los que siempre me apoyaron y me recuerdan cuáles son las cosas que realmente importan. Los premios, por ejemplo, están en casa de mis padres. Al final ellos son los que siempre me apoyan y están conmigo. Cuando recibo premios como este Golden Boy yo se los doy a ellos como un regalo en agradecimiento”.
Un cambio de vida radical
“Cosas como caminar se me complican sin ser reconocido, o por ejemplo el poder disfrutar de ir al cine con mis amigos”, admite Lamine a la hora de explicar cómo le ha cambiado la vida en este 2024 de locura.