El Benfica del argentino Di María logró una importante remontada ante el Mónaco en un vibrante duelo por la quinta jornada de la fase regular.
El equipo del principado no fue capaz de resistir el juego del club portugués que terminó ganando 3-2 de visitante, este miércoles en la quinta jornada de la Liga de Campeones.
Tras haber inscrito el 2-1 por medio de Soungoutou Magassa el Mónaco aprovechaba la expulsión de Wilfried Singo por doble amarilla en el minuto 58.
Pero sostenido por 4.000 espectadores y con Di María rejuvenecido, el Benfica le dio la vuelta al marcador.
El antiguo jugador del Real Madrid, Manchester United, PSG y Juventus ofreció dos centros perfectos a Arthur Cabral (2-2, 84) y Zeki Amdouni (3-2, 88).
Con 36 años, Di María, elegido mejor jugador del partido, vive una segunda juventud en su primer club europeo, al que regresó la pasada temporada tras su gira por otros grandes clubes del continente. Hace cuatro días marcó un triplete contra el Estrela Amadora, incluido un gol de chilena.
Esta victoria permite al equipo portugués situarse en la 14ª posición con 9 puntos.
No obstante, aunque la figura fue el argentino, dos futbolistas se quedaron con los focos del público tras protagonizar un polémico suceso antes de que se diera el pitazo inicial.
El portero ucraniano del Benfica, Anatoliy Trubin, se negó a estrechar la mano al centrocampista ruso del Mónaco Aleksandr Golovin durante los actos protocolarios del juego y una curiosa imagen marcó la jornada.
Totalmente, perplejo, el ruso volteó y, sin poder creerlo, fijó su mirada hacia su rival ucraniano que se marchó sin ninguna expresión en su rostro.
Golovin terminó como una de las figuras del equipo local asistiendo a Eliesse Ben Seghir para que abriera el marcador en el minuto 13 en Mónaco.