Es difícil imaginar una historia más especial que la de Mohamed Attaoui. Cuando llegó a Torrelavega, con solo seis años, seguro que ninguno podía imaginar que se convertiría en el noveno hombre más rápido de la historia en los 800 metros. Con solo 23 años queda mucho por escribir de una leyenda que comenzó a forjarse en el tartán del Complejo Deportivo Óscar Freire. Attaoui no se pone límites y echando un vistazo a su trayectoria no debería hacerlo. Después de un 2024 único, el atleta quiere más.
Empecemos por el principio, ¿cómo fueron tus inicios en el atletismo?
Llegué de Marruecos con seis años más o menos y era un chico inquieto al que no le gustaba parar. Siempre que estaba en casa salía al parque a jugar al fútbol sobre todo, también a correr y era habitual que en los colegios organizasen un cross y en el mío, el Mies de Vega nos animaban a participar. Iba todos los años y solía ganar y luego nos mandaban a otros croses de los otros colegios y seguía ganando.
El último año en el colegió volví a ganarlo y allí estaban los monitores del Atletismo Torrelavega, que hablaron con mis padres y mi hermano mayor y unas semanas después ya empecé a entrenar. Es algo que siguen haciendo muchas veces y de ahí es de donde sacan muchos niños que se apuntan a este deporte, empiezan a practicarlo y se enganchan. A esa edad lo importante es pasarlo bien y eso hacía pero después cuando la cosa se puso más seria me costó más enganchar y hubo un momento que lo dejé y que no me lo tomaba tan en serio.
¿En qué momento decides que lo tuyo es el medio fondo?
Siempre he hecho cross cuando era pequeño, distancias largas, he sido muy peleón y el medio fondo nunca se me daba bien. En sub20, con 17 o 18 años hice 2.000 obstáculos para ayudar al club en alguna liga y sumar puntos pero tampoco me salió muy bien la cosa. Por ello decidí hablar con Raúl, mi entrenador, y centrarnos más en el medio fondo, ya que era un chico muy rápido y creía que en 800, 1.500 podía hacerlo mejor. Ese año entrené más para eso y me empezaron a salir las cosas. Gracias a eso volví a enganchar al ver que conseguía los resultados que tanto tiempo había estado esperando y eso hizo que quisiera más y más.
Después llega 2023 y te conviertes en subcampeón de Europa en 1500, ¿qué supuso para ti?
El año anterior fue el último año en Atletismo Torrelavega y fue cuando me lo empecé a tomar en serio y me centré en el medio fondo. Al mejorar mis marcas me fichó el Playas Castellón, el mejor club de España, y a mí cada vez que valoraban lo que había hecho generaba más motivación para hacer las cosas mejor. A esto se suma que en 2021 recibí la nacionalidad. Sin ella no podía optar a ser medallista nacional ni podía competir internacionalmente. Cada vez que se sumaba una cosa era un plus más de motivación y confianza. Ese 2023 fue el año de mi explosión. Había mejorado mucho mis marcas y el Campeonato de Europa sub23 era el mayor objetivo de la temporada. En pista cubierta quedé campeón de la Unión Mediterránea y campeón España sub23 y eso me motivó más y más y en verano el objetivo fue el Campeonato de Europa sub23. Lo preparé muy bien e hice la mínima en 1.500. Lo que no sabíamos es que bajando un poco más se nos iba a dar mejor. Ese verano corrí algún 800 porque te ayuda a tener esa punta de velocidad en carreras tácticas del 1.500, como por ejemplo la del europeo que fue una carrera muy lenta. Planteando algún 800 para tener ese cambio final me salió la mínima para el Mundial. En Pamplona hice 1.45, en Barcelona 1.44…justo diez días antes del Europeo sub23 al que llegué queriendo cerrar la temporada sin ir a competir al absoluto. Quedé subcampeón y dos semanas después físicamente y mentalmente seguía con ganas y ambición de más, fui al Campeonato de España absoluto con la mínima del Mundial y quedé también segundo, perdí el oro por una centésima. Eso hizo que me seleccionaran para el Mundial de Budapest. De un año a otro, conseguir todo eso fue brutal y mucha gente me decía que a ver si lo repetía en el 2024, que sería genial pero al final cada vez que hacía algo me generaba más confianza y motivación y este año todo lo que he logrado ha sido por eso. No me pongo techo y quiero más.
Este 2024 ha sido un año inolvidable, ¿esperabas obtener estos resultados?
Para nada. Yo no firmaba repetir el 2023 porque quería mejorarlo. La mínima del año pasado me valía para los Juegos Olímpicos y solo tenía que demostrar un estado de forma y correr en 1.45, pero corrí muchas veces en 1.44, batí el récord de España con 1.42, quedé Campeón de España absoluto… nunca me había podido imaginar que el año más importante, en el que se deciden las plazas de los Juegos Olímpicos, fuese así. Sí que tenía ganas de conseguir más cosas que el año pasado pero ha sido una barbaridad. Empezando por la pista cubierta, en la que fui subcampeón de España. También fui al Mundial y quedé semifinalista siendo una prueba que no había preparado mucho. Meses antes había cambiado todo mi método de entrenamiento, y en poco tiempo no se puede ver plasmado ese tiempo. Me concentré en Sudáfrica y cuando volví para las competiciones al aire libre fui subcampeón de Europa.
¿Cómo viviste la medalla de plata del Campeonato de Europa?
Es algo increíble. Era el más joven del pódium en el europeo y el segundo más joven en la final olímpica. No me gusta ponerme techo ni límites, siempre voy a dar lo máximo. En el Campeonato de Europa sabía que estaba muy bien pero el mayor objetivo eran los JJOO y no llegaba en mi pico de forma ni mucho menos. Estuve a punto de irme fuera en la primera ronda y pasé por tiempos. En la semifinal sí que pasé holgadamente y en la final tuve muy buena carrera, corriendo desde atrás y consiguiendo esa medalla de plata. Aunque el objetivo seguían siendo los Juegos Olímpicos. Estar allí era mi mayor sueño y llegar a la final y pelear por las medallas hasta los últimos cien metros, estando a punto de batir mi récord de España es algo de lo que estar súper orgulloso.
¿Desde entonces notaste un cambio de los rivales respecto a cómo te veían en carrera?
Sí, un poco. Al final yo soy un atleta más, igual de bueno que los demás, pero mi entrenador también me dice que el resto se fijaban un poco en ese cambio final, en esa punta de velocidad final que es la que más miedo les generaba a los rivales.
¿De dónde te sale esa fuerza final tan característica de tus carreras?
No lo sé, es algo medio natural y medio trabajado porque desde muy pequeño no he hecho mucho volumen pero sí que he trabajado la velocidad con Raúl. Al final, si lo tienes de manera natural y lo trabajas, le sacas el 100% de rendimiento a ese punto fuerte que tienes.
¿Cómo vives tener ya dos récords de España siendo tan joven?
Igual que lo de los Juegos Olímpicos, como algo increíble y un sueño hecho realidad. Batir un récord de España es algo muy difícil porque se tiene que dar la carrera y aunque se dé tienes que rendir. Corrí muchos mítines que se corren a 1.44 y después de ser subcampeón de Europa y campeón de España me dieron la primera oportunidad de correr en una Diamond League, en la que participan los atletas más rápidos del mundo.
La oportunidad me la dieron en Mónaco, el que para mí es el mejor mitin del mundo, contra once rivales que tenían mejor marca que yo. Quedé segundo con un tiempo de 1.42.04. En esa pista todo el mundo dice que se corre muy rápido pero creíamos que como mucho batiríamos el récord de España por muy poco, que estaba en 1.43.65. Nunca me habría podido imaginar estar tan cerca de bajar del 1.42. Esa marca fue la novena mejor marca de la historia.
Tiene que impresionar lograr algo así.
Nada más cruzar la línea de meta me puse a gritar al ver la marca, porque no me lo creía.
Han pasado ya unos meses desde los Juegos Olímpicos de París, ¿cómo recuerdas la experiencia?
Extraordinario. Siempre que he estado en un Campeonato de Europa o en el Campeonato del Mundo como el verano pasado, he estado con gente del atletismo, no es lo mismo.
Estar en los Juegos Olímpicos es algo indescriptible. Estás con otros deportistas que son tus ídolos, compartes con ellos la Villa, es todo diferente.
La experiencia es brutal. La primera ronda y la semifinal se afrontan bien pero con nervios pero la final fue la carrera a la que más tranquilo llegué porque había cumplido con mi objetivo de estar entre los ocho mejores del mundo y cumplir con mi marca. Entrar a la final y ver el estadio lleno, escuchar gritar a la gente… fue algo mágico.
¿Cómo has vivido todo el apoyo recibido desde la ciudad?
Ha sido increíble. Cuando veía vídeos de la Plaza Roja en primera ronda, con la pantalla tan grande, y la gente allí alucinaba.
Nacho, el concejal de Deportes de Torrelavega me escribió y me dijo que tenía que llegar a la final porque coincidía con las fiestas e iba a haber muchísima gente.
Para mí era fue algo único el día de la final ver lo abarrotada que estaba la plaza… fue brutal.
Entrenas en Suiza, ¿qué ha supuesto este cambio? ¿Cómo es tu día a día allí?
Ha supuesto una gran mejoría. En Torrelavega tengo a mi familia, a mis amigos, me siento muy bien con el grupo de entrenamiento, con Raúl estaba muy a gusto pero la pista y los medios no son lo mismo.
Cuando fui a Suiza me costó un poco porque me integro en un grupo de entrenamiento que se habla inglés con un entrenador y un método diferente. Pero las instalaciones, tenemos fisios, psicólogo, nutricionista, de todo y si quieres mejorar tienes que hacerlo. Al principio me costó separarme de todo pero ahora estoy muy contento y no lo cambiaría por nada.
Y ahora, después de un año histórico como este, ¿cuáles son tus objetivos de cara al futuro?
No te firmo repetir un año como este. Como me decían en el 2023 quiero seguir mejorando y si tengo que tener algún bache y volver a subir, que así sea. De momento empezamos la pretemporada en Sankt Moritz en nuestra sede en Suiza, después un par de semanas en Torrelavega y Sudáfrica para entrenar en altitud porque allí es verano. Después de Navidades volvemos allí y a la vuelta de la segunda concentración empiezan competiciones de pista cubierta, que este año a finales de febrero hay Campeonato de Europa y un mes después Campeonato del Mundo.