Actualizado
El 2025 ha comenzado con, entre otras, la noticia de la muerte de Jocelyn Wildenstein, la socialit suiza conocida por tener ms de 30 cirugas estticas en el rostro. Incluso se le sola llamar la “mujer gato”, por la insistencia que tena en querer “felinizar su mirada”.
De acuerdo con su pareja Lloyd Klein, la estrella -cuya cuenta de Instagram suma ms de 1,1 millones de seguidores– falleci en Pars a los 79 aos, a causa de una enfermedad vascular. “Decidimos tomar una siesta y cuando despert, ella estaba muerta. Tiene que ver con la flebitis que ella sufra. Tena las piernas hinchadas y el flujo sanguneo bloqueado. No es el final que esperaba para mi media mitad, a quien conoca hace 21 aos”, seal su novio a People. No obstante, Klein no fue el nico gran amor que Wildenstein tuvo.
Jocelyn -cuyo apellido de nacimiento era Prisset- naci en Lausana, en 1940, y no provena de una familia acaudalada. Sin embargo, desde los 17 ella empez a crear su propio camino hacia la fama. Antes de cumplir la mayora de edad, comenz a salir con un productor de cine llamado Cyril Piguet. Pese a ello, aquel amor no prosper y pronto ella se enamor de otro cineasta. Hablamos de Sergio Gobbi, con quien se traslad a Pars. Pero tampoco se cas con l. Pero s con Alec Wildenstein.
Wildenstein era el heredero de una familia de galeristas y coleccionistas de arte, con quien lleg al altar, a escondidas, en 1978, en Las Vegas. Durante 19 aos, el matrimonio vivi en paz y crio a sus hijos Diane y Alec. Pero todo cambi en 1997, cuando Jocelyn encontr a su marido en la cama con otra mujer. Se trataba de la modelo letona Ines Misan. Se dice que Jocelyn enloqueci de celos… Pero l perdi totalmente la cabeza. De hecho, amenaz a su seora con un arma y eso le llev a ser detenido.
A raz de ello, la ex pareja tuvo de todo menos un divorcio amigable y la prensa estadounidense ha reportado, en numerosas ocasiones, que la obsesin de Jocelyn por parecer un gato podra haberse originado durante aquella poca. La razn? Su ex habra sido fan de los felinos. Asimismo, ella misma sola declarar que su otrora marido “le contagi el rechazo al envejecimiento”. “Lo que pasa es que l odia estar cerca de gente mayor”, habra indicado la celeb durante su juicio contra su otrora esposo.
Aun as, Alec no pensaba lo mismo y deca que aquella fascinacin por los linces provena solo de su imaginacin. “Ella est demente. Cuando ramos pareja me tomaba por sorpresa cuando alteraba su apariencia. Piensa que puede cambiar su rostro como se transforma un mueble y, claramente, la piel no funciona de esa manera. Pero ella nunca me ha hecho caso”, coment Wildenstein a Vanity Fair, en 1998.
Segn Hello!, Jocelyn y Alec discutieron durante aos y se acusaron de “infiel” el uno al otro. Pero, finalmente, en 1999, ella gan el juicio y recibi la increble suma de 2.500 millones de dlares, adems de 100 millones adicionales, durante 13 aos. Una exorbitante cantidad de dinero que, por supuesto, utiliz para pasar por el quirfano y buscar esa apariencia felina a la que tanto aspiraba.
Desde entonces, la socialit -que sola moverse en el ambiente de los magnates neoyorquinos- se convirti en una especie de leyenda. Era popular, pero gran parte de su entorno pensaba que tena un problema. Excepto el diseador Lloyd Klein, con quien inici una relacin en 2003, despus de conocerse en la Semana de la Moda de la Gran Manzana. Hasta 2016, ambos tuvieron “una hermosa historia”, de acuerdo con las palabras de ambos. Pero una tarde las cosas se salieron de control.
Segn Klein, hace nueve aos, un da ella se puso “furiosa” a causa de sus dificultades econmicas, “tom una vela encendida” y se la arroj en la cara. “Hizo que me ardieran los ojos y, posteriormente, me ara con las uas. Luego me dijo ‘no te acerques ms a m o te voy a matar’ y me apual con unas tijeras, en el pecho”, relat el modisto, entonces a People. A raz del incidente, ella fue arrestada. Pero un par de das despus fue l quien acab en la misma situacin, a causa de una supuesta agresin.
A pesar de ello, la pareja volvi y, durante los ltimos aos, disfrutaron de una relacin llena de cenas de lujo, visitas a Pars, photocalls plagados de flashes y entrevistas televisivas, en las que -de acuerdo con Lloyd- ella se vea “guapsima”. Y es que el canadiense nunca tuvo ningn problema con la adiccin que tena su prometida. Es ms, deca que “ella haba nacido con los ojos gatunos” y que, aunque s haba pasado por el quirfano en algunas ocasiones, su obsesin no era tan grande como suelen mencionar los medios.
