Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos llevadas a cabo el pasado 5 de noviembre, los actuales funcionarios del gabinete de Joe Biden se preparan para los cambios que acompañan el cambio de mandato. Uno de los factores que más preocupa es el de las políticas de inmigración que Trump planea desechar.
Las políticas de inmigración establecidas por Biden tienen el propósito de proteger temporalmente a los inmigrantes que llegan al país norteamericano, de anularse estas muchas personas serían afectadas.
El medio CNN habló con varios funcionarios del mandato actual y estos alegaron que es muy difícil proteger dichas leyes, de hecho, no se imaginan una manera de hacerlo, pues con tan solo una firma Trump puede cambiarlo todo.
Cabe resaltar que para el año 2023 la población inmigrante en Estados Unidos sumaba cerca de 47.8 millones personas, además el grupo de indocumentados representaba el 14.3 por ciento de la población total, esto según el diario La República.
Por tal razón, los defensores de las políticas de inmigración de la actual administración están tratando de ver que pueden hacer ante esta situación antes del arribo de Donald Trump a la presencia.
“Cuanto más hagan ahora, más obstáculos habrá para Trump (…). La pregunta es cuánto tiempo puede estar la gente a salvo”, dijo la fuente del medio mencionado.
Dentro de las estrategias que se han plateado está ampliar los plazos del beneficio de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), el cual permite que personas de ciertas nacionalidades se alojen en el país norteamericano tras presentar problemas de carácter extraordinario en sus países de origen sin que se sean detenidos por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Además, estos también tienen la posibilidad de buscar trabajo con el Documento de Autorización de Empleo.
Otra de las opciones que se puso sobre la mesa es la de plantear renovaciones del programa ‘Acción diferida para los llegados en la infancia’ (Daca), el cual tiene el propósito de proteger a miles de jóvenes que llegaron de forma ilegal antes de cumplir los 16.
Pese a las múltiples ideas que se han propuesto, los funcionarios del gobierno se muestran muy dubitativos frente al éxito que estas puedan tener.
En varias ocasiones, el republicano ha expresado que dentro de sus planes está frenar la inmigración y hacer deportaciones masivas y estos objetivos empiezan a tomar forma tras elegir a personas relacionadas con el supremacismo y a polémicas políticas migratorias para conformar su gabinete.
Según medios internacionales, dentro de los seleccionados está Tom Homan, exdirector interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), y Stephen Miller, anterior consejero en la Casa Blanca.
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