En un mundo donde la crisis climática y la pérdida de biodiversidad están en el centro del debate global, hay una lucha silenciosa que continúa sin descanso: la lucha de los defensores ambientales. Estas personas, muchas veces invisibles, son los guardianes de los ecosistemas, los recursos naturales y las comunidades más vulnerables. Sin embargo, su labor está acompañada por un costo devastador: el riesgo constante de ser perseguidos, amenazados e incluso asesinados. Según varios informes de la oenegé británica Global Witness, Colombia, el país anfitrión de la COP16, es uno de los territorios más peligrosos del mundo para los defensores del medioambiente.
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Es por eso que durante la Cumbre de Biodiversidad (COP16) varios líderes ambientales del mundo estuvieron en el país, abordando la discusión alrededor de los riesgos de conservar a la naturaleza y la importancia de salvaguardar la vida de aquellos liderazgos que se encargan de ello, gracias al apoyo de la oenegé Earth Rights International. Entre ellos está Nonhle Mbuthuma, la ganadora del Premio Goldman 2024, el denominado ‘nobel de los ambientalistas’.
En septiembre de 2022, la activista indígena Mbuthuma junto a Sinegugu Zukulu detuvieron las destructivas pruebas sísmicas en busca de petróleo y gas frente al Cabo Oriental de Sudáfrica, en una zona conocida como la Costa Salvaje. Organizando a su comunidad, Nonhle y Sinegugu consiguieron la victoria haciendo valer los derechos de la comunidad local a proteger su entorno marino. Al detener las prospecciones de petróleo y gas en una zona de gran biodiversidad, protegieron a las ballenas migratorias, los delfines y otros animales de los efectos nocivos de las pruebas sísmicas.
En entrevista con EL TIEMPO, Mbuthuma asegura que el problema del mundo más que ambiental es económico, y que solo un cambio en la forma en la que la economía funciona puede ayudar a proteger a los liderazgos ambientales.
Usted es una reconocida activista contra la minería, ¿cómo es vivir con la sombra de las amenazas contra su vida?
Sí, soy un activista que lucha contra el extractivismo en Sudáfrica. Sé que mi vida está amenazada todos los días. Y tenemos una experiencia de un colega nuestro que fue asesinado en 2016 y no se ha hecho justicia hasta hoy. Sí, yo misma estoy recibiendo bastantes amenazas de muerte, verbales o por mensajes, o por otros medios. Pero eso no significa que esas amenazas cambien mucho mis convicciones ni que deje de luchar por el medioambiente.
¿Cree que el mundo está tomando las medidas necesarias para proteger a los líderes medioambientales?
Sí. Creo que el mundo está tomando medidas para proteger a los defensores de los derechos humanos. Por ejemplo, lo que ha hecho Global Witness al hacer público este informe. Es una forma de actuar en la que se exponen todas las cosas que nos están ocurriendo a los defensores de los derechos humanos, lo cual está muy bien. En 2023, 1.096 defensores de la tierra y el medio ambiente fueron asesinados, lo cual es una cifra muy negativo para el mundo. Y esperamos que el indicador cambie. Que el número disminuya, que no aumente.
Colombia, según Global Witness, es el país más peligroso del mundo para ser un líder medioambiental. ¿Ha podido hablar con el Gobierno colombiano sobre este tema? ¿Ve alguna voluntad de cambiar esta situación?
Estuve aquí en Colombia, pero las únicas personas con las que hablé fueron los ciudadanos, para conocer en detalle sus historias y cuán difícil es ser defensor de los derechos humanos en este país. Pero cuando se trata de funcionarios del Gobierno, es bastante difícil acceder a ellos. No están disponibles. Están demasiado lejos de la gente. Por eso, hablar con los funcionarios del Gobierno en Colombia hasta este momento no ha sido posible. Y esperamos que se cambie el diseño de la COP para que no haya una sala para la sociedad civil y otra para el Gobierno. Nos necesitamos mutuamente. Necesitamos hablar entre nosotros. Si el diseño sigue siendo el mismo, significa que nuestra discusión de la COP será siempre la misma.
¿Con qué sensación se va de esta COP de biodiversidad en cuanto a líderes ambientales?
Todo el concepto de CDB trata de la paz con la naturaleza. Pero si los defensores de los derechos humanos siguen siendo asesinados, significa que no habrá paz con la naturaleza. Y espero que la COP16 en la que estamos genere una protección para los defensores de los derechos humanos y una política clara sobre la protección de la biodiversidad, porque hemos visto que incluso si estamos en la COP16, hay un ‘elefante en la habitación’ que necesita ser abordado, que es la economía. La economía es el problema: siempre se ha puesto en primer lugar, por encima de la biodiversidad, por encima de la gente, y luego viola nuestros derechos.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros