Mucho gusto me da ver que el gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum haya movilizado rescatistas para auxiliar a los cientos de miles de ciudadanos estadounidenses abandonados por sus propias autoridades.
México envió un contingente de 74 especialistas, incluyendo personal de la Conafor y el Batallón de Atención a Emergencias de la Defensa Nacional, con equipo técnico y experiencia en combate a incendios, para apoyar en los trabajos contra los incendios forestales en California.
La misión, que partió desde Santa Lucía, trabajará de manera coordinada con las autoridades locales y está preparada para extender la ayuda si es necesario.
A los apagafuegos californianos les faltó equipo, que en parte fue enviado al fallido régimen ultraderechista de Ucrania y agua, la cual es acaparada por los magnates de los pistachos y otros productos alimenticios de lujo que se producen en la supuesta “quinta mayor economía del mundo”.
Mientras tanto, Estados Unidos se dedica a exportar los productos derivados de la poca industria que aún mantienen en su territorio: las armas y la propaganda.
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Sus armerías detonan masacres en Ucrania, Palestina e incluso en México, en donde la vasta mayoría del material bélico que se utiliza es exportado desde nuestro socio comercial. Su propaganda –de forma cada vez menos efectiva– inventa narrativas como la de los que “tienen derecho a defenderse” masacrando infantes y de los fallidos golpes y desestabilizaciones que se intentan en lugares como Venezuela.
Humanismo mexicano contra capitalismo neofeudal. Las diferencias están a la vista para quien quiera verlas.
