Eliseo Subiela, pionero del realismo mágico en el cine argentino, dejó un legado inolvidable en la televisión y la pantalla grande.
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Eliseo Subiela, el director de cine que sigue atrapando aficionados con su genero cinematográfico de ficción surrealista
El cine argentino brilla tanto en la pantalla grande como en la televisión, con grandes figuras como Juan José Campanella, Lucrecia Martel y Adolfo Aristarain, cuyos trabajos son reconocidos y nominados al Oscar. En este panorama, Eliseo Subiela se destacó por su estilo único, elevando el realismo mágico y lo surrealista a otro nivel.
Con más de cinco décadas dedicadas al cine, Subiela se consolidó como una figura imprescindible de la cinematografía nacional y latinoamericana. Su estilo único y su habilidad para mezclar la poesía con la narrativa visual lo convirtieron en un referente indiscutido.
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El mundo del espectáculo y los espectadores de sus obras en televisión sufrieron la partida del director la navidad del 2016
Estas son las películas que realizó Eliseo Subiela, el cineasta argentino que marcó una época
Este gran director dejó un legado cinematográfico imborrable con películas que exploraron los rincones más profundos de la mente humana. Entre sus obras más destacadas se encuentra Hombre mirando al sudeste (1986), un filme que revitalizó el cine argentino con su innovadora propuesta sobre la vida extraterrestre, presentada a través del intrigante diálogo entre un paciente psiquiátrico y su médico.
Otra de sus icónicas películas es El lado oscuro del corazón (1992), una obra que mezcla poesía y surrealismo, centrada en un poeta bohemio interpretado por Darío Grandinetti. Con referencias a los trabajos de Oliverio Girondo, Mario Benedetti y Juan Gelman, esta película profundiza en la naturaleza del amor y la soledad.
En No mires para abajo (2008), Subiela explora el erotismo con una narrativa audaz y provocadora, donde las escenas cargadas de sensualidad se entrelazan con su característico toque surrealista. La música de Pedro Aznar complementa la intensidad de esta obra. Por su parte, No te mueras sin decirme adónde vas (1995) muestra la capacidad de Subiela para jugar con conceptos complejos, como la grabación de sueños humanos, en una narrativa rica y envolvente que una vez más mezcla lo surreal con lo profundamente humano.
Finalmente, Pequeños Milagros (1997) presenta la historia de Rosalía, una tímida cajera de supermercado que cree ser un hada atrapada en este mundo, con poderes para mover objetos con la mente. Esta película combina los elementos recurrentes en la obra de Subiela: amor, erotismo, surrealismo y un toque de magia.
El cine de Subiela no solo entretiene, sino que invita a reflexionar, desafiando la línea entre la realidad y la fantasía. A través de su filmografía, el director dejó una marca imborrable en el cine argentino y sigue siendo un referente para nuevas generaciones de cineastas.
