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La guerra entre la FIA y Max Verstappen hace tiempo que se encuentra en auge. El pico de tensión llegó cuando tras el GP de Azerbaiyán, el neerlandés aseguró que su monoplaza estaba en malas condiciones durante la clasificación, con un lenguaje soez, lo que llevó a la FIA a sancionarlo con servicios de interés público.
Diferentes varas de medir
Llegados al GP de Brasil, la historia sigue siendo la misma. Una relación que no mejora entre la Federación y el piloto, quien asegura que otros pilotos también han utilizado un lenguaje de esas características durante ruedas de prensa, y no han sido sancionados, como es el caso de Charles Leclerc.
El monegasco también fue uno de los que se le escapó una palabra malsonante, lo que provocó posteriormente las risas del piloto al darse cuenta de la situación. Este es uno de los ejemplos a los que se refieres el piloto, que llega a Interlagos con el mundial en juego y una posible sanción de motor. Además, también ha querido lanzar un mensaje a sus críticos, quien lo acusan de agresivo en pista tras sus incidentes con Lando Norris en México.
“No diré ningún taco, porque he odio palabrotas, aquí mismo, y sólo se me penaliza a mí, Hay gente que me enerva un poco, pero no les presto atención, Estoy en un punto de mi carrera donde se lo que hago”, decía el piloto de Red Bull.
“No me siento solo y no hago caso de esa gente que sólo quiere malmeter. Me gusta ganar y no perder, como a todos, Sólo intento maximizar el resultado y a veces se gana y a veces se pierde”, prosiguió.
“No escucho a esos individuos, Se lo que hago y he ganado tres Mundiales”, concluyó Max Verstappen.
Es así como el piloto de Red Bull ha querido mandar un nuevo recado a la FIA en la previa del GP de Brasil.