Redacción El País
“La nutrición no es solo lo que comemos, es un concepto que integra todo lo que nos nutre, un concepto holístico que incluye cómo interactúan los alimentos con nuestro cuerpo y nuestra mente”, enfatizó la doctora Ana Cristina Gutiérrez, máster en Nutrición y Alimentación de la Universidad de Barcelona de España, quien enumeró las tendencias alimentarias a tener en cuenta para este 2025.
Gutiérrez apuntó que “desde el punto de vista biológico, una buena nutrición no es accidental, sino que requiere tomar acciones conscientes para garantizar que nuestro cuerpo reciba los nutrientes necesarios, como proteínas, carbohidratos, grasas sanas, vitaminas y minerales”. Es decir, “el combustible correcto para que funcione”. En ese sentido, enumeró las tendencias 2025, que van desde alimentos hasta formas de consumirlos.
“Más allá de comer, pensemos en cómo nutrimos nuestro cuerpo cada día. Una buena nutrición es parte importante y pilar de nuestra salud, energía y bienestar general”, apuntó la profesional, que además integra el Consejo Consultor de Nutricionistas Herbalife.
La base de una vida saludable
La profesional subrayó que los elementos que, sí o sí, deben estar incluidos para asegurar una salud integral son las proteínas, los alimentos funcionales, las fibras y grasas saludables, pero además —apuntalando el concepto de integralidad— la higiene del sueño, el ejercicio regular, el manejo del estrés y la “conciencia alimentaria”. “Hay que comer con atención, disfrutar cada bocado, conectar con nuestro cuerpo y así hacer mejores elecciones en el día a día”, explicó.
Gutiérrez enfatizó en la importancia del manejo del estrés para evitar que se transforme en crónico y termine afectando también a la digestión, además de la salud mental. En ese sentido, recomendó la meditación y el yoga, que ayudan a mantener el equilibrio, y dijo que es clave apoyarse en grupos o personas de confianza, así como en profesionales de la salud.
Proteínas vegetales
La primera de las tendencias alimentarias que mencionó la máster en nutrición fueron las proteínas vegetales, que ofrecen beneficios para la salud cardiovascular, suelen ser alimentos bajos en grasas saturadas, libres de colesterol y fuente de fibra. Hacen un gran aporte en el manejo y el control del peso, dijo Gutiérrez, y recordó que la fibra aumenta la sensación de saciedad.
“Por su perfil nutricional, el aporte de proteína es esencial para nuestra salud, ya que contribuye a la reparación muscular después del ejercicio y a la reconstrucción de tejidos. Promueve una recuperación eficiente, además del mantenimiento de la masa muscular, clave para una vida activa y saludable”, apuntó, y recordó que también son ricas en vitaminas del complejo B, así como en hierro y minerales esenciales como el hierro, magnesio y potasio.
Gutiérrez indicó que las proteínas vegetales están ganando terreno también por su versatilidad y facilidad en la integración en la dieta, por ejemplo por medio de leches vegetales, yogures o suplementos de proteína en polvo.
Alimentos funcionales
Por su importante aporte de antioxidantes, los alimentos funcionales fueron la segunda tendencia de la nutrición para este año.
Los antioxidantes son clave para proteger el cuerpo humano del estrés y prevenir enfermedades, además de ayudar a combatir el estrés oxidativo y el envejecimiento de las células. Gutiérrez mencionó que este tipo de alimentos se pueden encontrar en fuentes naturales como frutas cítricas, té verde, frutos rojos, cúrcuma y vegetales de hojas verdes. “Los podemos incluir en nuestra alimentación todos los días y aportarán un beneficio importante para nuestras células”, dijo.
Además, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Dentro de este grupo de alimentos están los probióticos, “también conocidos como alimentos fermentados, que son aliados para una mejor digestión y una salud más fuerte”. “El yogur, el kéfir, la kombucha, el chucrut, entre otros, contienen probióticos, que son microorganismos vivos que ayudan a equilibrar la microbiota intestinal y, con esto, mejorar la salud en general, además de contribuir a una digestión más eficiente”, explicó la experta.
“Gracias a su acción en el intestino, los probióticos también apoyan a la absorción de nutrientes esenciales, lo que hace que le saquemos más provecho que a cualquier otro alimento que consumimos en el día a día. Y justamente por esto fortalecen nuestro sistema inmune y ayudan a resistir de mejor forma a infecciones, por ejemplo”, sostuvo.
Por otra parte, están los fitonutrientes. “Estos son compuestos naturales presentes en plantas, en frutas y verduras, hierbas y especias y además de dar color, sabor y aroma, actúan como verdaderos protectores de nuestra salud. Funcionan como antioxidantes y antiinflamatorios, protegen las células, refuerzan el sistema inmune y reducen el estrés al que se someten las células de nuestro cuerpo”, explicó Gutiérrez.
Conciencia alimentaria
Otra de las tendencias enumeradas para el 2025 no pasa por alimentos en sí mismos, sino por la forma de consumirlos. “La nutrición no solo se trata de calorías o dietas, sino que ahora el enfoque es mucho más amplio. La nutrición integral es una tendencia que ve a la alimentación como parte de un enfoque holístico de salud, o sea que no solo importa lo que comemos, sino cómo esto impacta en nuestro bienestar físico, emocional y social. A diferencia de las dietas tradicionales, hoy la nutrición integral no es pesocéntrica”, remarcó.
Esta forma de alimentarse a la que apunta Gutiérrez pasa por “incluir alimentos que nos den energía, que disfrutemos, que nos produzcan sensación de felicidad y que respeten la cultura y el estilo de vida de cada uno de nosotros”. El secreto, dijo, es “fomentar la relación saludable con los alimentos”, entre los que recomienda incluir los frescos, los mínimamente procesados y sobre todo, aquellos hechos en casa.
Esta alimentación consciente “descarta formas de alimentarse que sean restrictivas o drásticas”, dijo. Lo que se busca en este sentido es dejar en el pasado las “dietas extremas” y optar por enfoques más “equilibrados y sostenibles”, que generen menos estrés a la hora de comer. “Gozar de buena salud nos lleva a una vida plena” y para eso, la alimentación equilibrada es un pilar, sostuvo Gutiérrez.
“Para mantener nuestra salud, la alimentación debe ser personalizada, ya que no a todos nos sirve la misma receta. Tiene que estar adaptada a nuestras necesidades y objetivos. Y el aprendizaje es fundamental para tomar decisiones informadas respecto a qué quiero comer, qué me hace bien y qué no. Pero todo este proceso de mejorar nuestros hábitos requiere de práctica y reflexión”, resumió.