A comienzos del pasado mes de diciembre, esta sección se dio una vuelta por el cauce del río Guadalmedina, para compartir la presencia de un ‘monstruo de trapo’, cuyas fauces abiertas al río parecían contener cientos de kilos de paños.
Se trata de un desvío del colector que rodea todo el Centro Histórico; un aliviadero de aguas pluviales que baja por la calle Victoria y cuando llega a la plaza de la Merced, toma por las calles Álamos y Carretería, para torcer de nuevo por el Pasillo de Santa Isabel y, al comienzo del Pasillo de Atocha, verter en el río, muy cerca del puente de los Alemanes. El colector principal continúa bajando por calle San Lorenzo, hasta el Puerto.

El aliviadero al Guadalmedina, con las redes. / L.O.
Lo llamativo de su contenido textil se explica porque funciona como una especie de ‘papamoscas’: el colector tiene seis agujeros con sendas redes alargadas, una suerte de medias ancladas al suelo, para que todo ese ‘traperío’ quede atrapado y no termine en el cauce; algo que no siempre funciona, como se vio en las fotos de diciembre, con las ‘medias’ recubiertas de trapos.
La presencia de tanto paño en un aliviadero de aguas pluviales se explica porque no todo su recorrido recoge agua de lluvia y tiene que acoger en su seno, entre otros elementos, las prácticas incívicas de innumerables personas que confunden el váter con el cubo de la basura.
Trapos de los 80
Ahora bien, como comentaba a esta sección el académico de Ciencias Manuel Olmedo, funcionario municipal jubilado que estuvo siete años a cargo del alcantarillado municipal, lo llamativo es que el final del aliviadero luzca en sus redes ‘papamoscas’ trapos que se empleaban en el pasado para cocinar, fregar y como pañales para los niños; así que hablamos de modelos anteriores a las famosas toallitas de baño de nuestros días.
Se trataría de trapos que eran un quebradero de cabeza en los años 80 del siglo pasado para los técnicos municipales, por los atascos que causaban en la red; pero el académico explica que bien pueden ser de décadas anteriores.

Detalle de los trapos que invaden la parte final del aliviadero sobre el Guadalmedina, en diciembre. / A.V.
¿Acaso estamos ante un episodio del Ministerio del Tiempo vinculado con las alcantarillas municipales?, ¿qué hacen estos trapos quizás de la Transición y los 80 en los colectores de 2025?
Manuel Olmedo comenta esta semana que «esos paños no aparecen por casualidad, están ahí, en sitios determinados». El académico cree factible que sean acumulaciones que dormitan en las curvas de la red municipal: «Con las alcantarillas pasa lo mismo que con las carreteras, lo normal es que un coche a alta velocidad se salga en una curva», explica.
Así pues, el ‘monstruo’ de tiempos pasados estaría, literalmente, a la vuelta de la esquina.
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