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Marius Lekker, el médico de moda en redes:

Autor: Juan de Codina

Mario Gil es un médico encantado con la medicina preventiva y repleto de un humor que lo ha llevado al éxito en Internet. Hace tres años decidió embarcarse en la aventura de las redes sociales, siguiendo los pasos de su hermano Nacho (el ‘influencer’ Nachter), en las que se le conoce como Marius Lekker (@mariuslekker), para crear un contenido que lo ha llevado a ser uno de los médicos de moda y más queridos de la comunidad por sus vídeos repletos de “humor sano”, reuniendo más de 600.000 seguidores tan solo en Instagram.

Ha publicado el libro ‘Despacito y mala letra. Guía imprescindible para entender a tu médico’, que enfatiza todavía más su propio humor. Es una especie de ‘tragicomedia’, pues detrás del humor que hay en cada línea hay una reivindicación y, sobre todo, un recordatorio de que el sector médico vive muchas dificultades en el día a día y desde que uno toma la decisión de estudiar medicina hasta que acaba ejerciendo como tal.

“Un médico no nace, se hace”, es la definición pequeña, pero perfecta que resume el libro de Marius Lekker, quien dejó el hospital hace unos meses al no poder acabar al completo todas sus ocupaciones, ya que además de publicar vídeos en redes, también ejerce como profesor de medicina en el CEU Cardenal Herrera en Valencia y también profesor de epidemiología y medicina preventiva.

– Se despierta como Marius Lekker, pero se va a dormir como Mario Gil, a quien quizá conozcan un poco menos. ¿De quién hablamos al mencionar a Mario Gil?

Un médico valenciano que ha estudiado medicina fuera, ha preparado el MIR fuera, ha hecho una especialidad fuera, ha ejercido fuera y hace años que volvió a casa. Siento un poco que ha sido un viaje fuera de casa. En mi hogar es donde suelo hacer este tipo de cosas, no me he soltado tanto con ellos (médicos) y a alguno a lo mejor les sorprende que tuviera este tipo de humor, pero cuando estoy con mi hermano, con mi familia o amigos de siempre, este es el humor que me encanta. Hay que tener de forma presente y diaria el humor.

– ¿Cuándo fue el momento en el que decidiste embarcarte en las redes sociales, un arma de doble filo?

Fue sobre todo al volver a Valencia, cogí una plaza que había en el hospital de Castellón, donde he estado trabajando un tiempo. Al tener tan de cerca a mi hermano, y con el grupo de teatro de la universidad, hicimos una comedia, pero allí había público. Al volver después de muchos años fuera era más difícil, y podía canalizar este ‘hobby’, digamos, a través de los vídeos.

– Ya son más de 600.000 seguidores solo en Instagram. ¿Siente presión por ello?

No, creo que si empiezas a sentir presión, se estropea la magia. Debes intentar verlo como haciendo vídeos al principio, subiendo lo que te apetece, cuando te apetece y la manera que tú quieres. El público lo valora mucho: la naturalidad, la espontaneidad.

– El libro está repleto de humor. ¿Falta humor en el sector médico?

Yo diría que sí. Es verdad que sí que lo hay puertas adentro, entre los médicos sí que hay estas cosas que toda profesión necesita. Es una vía de escape a sin sabores, presiones y malos ratos que trae cualquier profesión. Quizá en el mundo médico han ido saliendo en redes recopilación de memes, vídeos sobre humor en medicina para también canalizar estas experiencias. Falta humor, pero está creciendo en ese sector y ha tenido buena acogida. Todos los que somos médicos/sanitarios o tenemos algún familiar o persona cercana o por lo menos hemos sido pacientes. El humor entra dentro de la humanización de la medicina, al final los médicos son tan personas como cualquiera.

– También te ríes en el libro sobre el estereotipo de ser médico, una profesión en el que se ve como si fuera una ’eminencia’.

Yo no lo veo así, pero me río un poco de ello en el libro y en los vídeos. Noto muchas veces que lo ven así y ojo, no está mal tener respeto hacia la profesión sanitaria o cualquiera otra, hay que tenerles cierre tipo de respeto, pero noto que las frases que ve la gente tiene que (la medicina) ver como una vocación o un aura sagrada que te selecciona, que te hace muy diferente, como un elegido. Para mucha gente es así, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, creo que tiene una cosa negativa, porque a veces, como ha pasado un poco en pandemia, puede servir el famoso tema de la vocación como para meter en el saco todas las cosas que un médico o sanitario debe tragar. Son a lo mejor condiciones difíciles o momentos complicados. Lo haces porque tienes vocaciones, por tener buenas condiciones.

Es un arma de doble filo porque, por un lado, es una profesión con sus particularidades que te tienen que gustar, pero por otro, un médico se hace, no hace.

– A eso iba. ¿Por qué en el libro dices que un médico no nace, sino que se hace?

Un médico tiene que estar sentado muchas horas estudiando, horas viendo cirugías, procedimientos, aprendiendo. Yo tenía algunos medios, pensaba que no iba a ser capaz. A todo uno se hace, todo es aprender, hay gente que por primera vez tiene prácticas con cadáveres y les da cosa entrar o les da cosa diseccionar. Pero al final todos nos hacíamos: te acostumbras a todo. Es un tema de práctica, de estudio, echarle horas y, sobre todo, a muchas ganas. Ves que hay gente que al principio no parecía que estuviera hecho para esto, pero lo acaba estando.

– El libro parece un reflejo de la marca personal de tus vídeos como creador de contenido

Sí, básicamente porque yo creo que con el humor las cosas llegan más lejos. Aunque algunos vídeos son de puro humor, muchos, al igual que el libro, tienen mensajes bien ciertos que a veces tienen el alcance del humor y que pueden cruzar barreras, incluso de a todos aquellos que al final tienen un contacto directo o indirecto con la sanidad. Y es que hay cosas que hay que cambiar, cosas que, en general, casi todos los médicos suelen aquejar o pequeñas, a lo mejor, injusticias, baches que hay que sortear para poder trabajar en sanidad de una manera a largo plazo, acostumbrarse a ciertas cosas. El libro tiene, en ese sentido, mi marca personal, intentar en lugar de dramatizar, reírme de ello, dejando mi pequeño mensaje.

– Cuando habla de la universidad y el camino a recorrer para convertirse en médico, me da la sensación de que la critica como reivindicación de que las cosas se pueden hacer mejor

Sí, se pueden ir cambiando algunas cosas. Por decirte algunos ejemplos, mucha gente se queja, que lo he hecho en uno de los vídeos, y en el libro también lo comento un poco, a veces las bolsas de puntos no son muy justas, premian más al que ha estado allí y no ha salido nunca, frente al que ha tenido esa pequeña inquietud de aprender cosas en sitios nuevos.

Hay veces que, a lo mejor, los contratos fijos y estables hace falta que ya tengas muchas canas, algo que digo en el libro, y que hayas hecho muchos, muchos esfuerzos para darte ciertos pisos de estabilidad. Pero también algo que he publicado, sobre la plaza de edificios sin cobertura, hay sitios donde algunos médicos no quieren ir o donde faltan médicos de atención primaria, especialistas, pero nadie quiere ir, a priori, porque normalmente donde las condiciones no son óptimas o es un sitio de difícil cobertura, está muy perdido y nunca se hace una adaptación, no se mejoran las condiciones, pequeñas facilidades. Esos pequeños problemillas que suceden en la sanidad, nos damos cuenta, todos lo comentamos. Muchas de estas ideas no son exclusivamente mías. Yo reúno un poco quejas de sanitarios que salen de conversaciones, reuniones…

“Hay hospitales donde los médicos no quieren ir porque las condiciones no son óptimas o son de difícil cobertura”

Marius Lekker

– Entre tu profesión y la creación de contenido, eres alguien con la agenda muy ocupada.

Hace unos meses dejé el hospital, intenté mantenerlo con más flexibilidad, pero al no ser una plaza en propiedad, no podía coger excedencia ni flexibilizarlo, lo cual me parece lógico y normal. Tenía consultas, reuniones, formaba residentes. No era muy flexible con muchas de las cosas que estoy haciendo hora. No solo grabar, sino que a veces tengo que ir a Madrid un martes, a Barcelona un jueves… Estaba cogiéndome vacaciones para hacer más trabajo. Aún soy profesor de medicina en el CEU Cardenal Herrera en Valencia y profesor de epidemiología y medicina preventiva, así que durante 18 horas semanales voy a darles clase. También formo a los residentes en el máster de Salud Pública en Valencia. Mantengo una formación a médicos y voy a muchos congresos, pero los últimos meses ha sido muy incompatible trabajar en la esfera con toda esta esfera ‘influencer’.

– En el libro habla mucho del MIR. ¿Cómo fue su experiencia?

Me paso una cosa bastante interesante. Fui un año a aislarme con el resto de compañeros a Oviedo. Es un año un poco duro en el que luego solo te quedas con lo bueno, tienes muchas cosas positivas. Es un año un poco duro donde te encierras día, tarde y casi noche. La gente del entorno te dice seguro que apruebas cuando no vale aprobar, sino que es puramente comparativo. La nota que saques da un poco igual, si no lo que saquen los demás. Es un poco de competir.

– Deja muy claro el concepto de competir

Tienes un poquito de incomprensión de tu entorno y, por otro lado, estás un poco solo en la preparación, salvo que te vayas con amigos. Es puramente comparativo, no todo el mundo puede quedar arriba, son números. Los profesores también suelen ser los que han quedado arriba y te dicen que si haces esto y lo otro quedarás arriba, pero no siempre puede ser así. Llega a un punto que puede ser frustrante, depende también de si los nervios juegan a favor o en contra, hay gente que se crece o no. Yo estoy contento, me gustaba mucho la medicina preventiva, la salud pública. Pero al final te da un poco de rabia cuando en los simulacros te va muy bien, pero luego el examen no. Lo recuerdo todo con cariño, bien, tiene sus cosas duras, así que animo a todos los que tengan que hacerlo. Se pasa y es un recuerdo.

Siempre hago esta última pregunta, porque se pregunta poco. ¿Cómo está?

Yo estoy muy bien, muy contento, muy feliz, porque he hecho siempre lo que he querido hacer, tengo esa sensación, me encanta mi camino profesional dentro de la medicina. Me encanta poder llegar a mucha gente, recibir mucho cariño con el libro, el humor, mantengo la docencia, pues siempre me ha gustado. Mantengo la investigación, que siempre me ha gustado investigar, y la comunicación también. Quizá está este puntito de que el hospital lo he puesto en pausa, pero estoy muy bien.

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