María José Cachafeiro, autora del libro ‘Rejuvenece Comiendo’ (Pinolia, 2025), da las claves en esta entrevista de la relación entre la salud y la alimentación, con un enfoque concreto en el embarazo y la infancia.

Publicado por Rubén García Díaz
Periodista especializado en parenting, infancia y crianza
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La nutricionista María José Cachafeiro es la autora de Rejuvenece comiendo (Pinolia, 2025), un viaje en el que la experta te guía por un viaje transformador que cambiará tu forma de entender el cuidado de la piel y, por extensión, el de tus hijos e hijas si los tiene a cargo.
En las páginas del libro aprenderás cuestiones fascinantes del campo de la salud y la alimentación, como lo que María José Cachafeiro denomina eje intestino-cerebro-piel, una conexión profunda y muy estrecha entre estas tres partes esenciales del cuerpo y, por ende, de la salud. Y es que una microbiota equilibrada no solo mejora tu digestión, sino que puede ser un gran aliada contra el acné, una de las agresiones de la piel más temidas durante la adolescencia y el embarazo.
En esta entrevista, la autora de ‘Rejuvene Comiendo’ profundiza en la relación y las claves de la alimentación y la salud, con el foco puesto especialmente en el embarazo y la infancia.
Por qué la alimentación influye en nuestra salud en todas las etapas de la vida, desde la gestación hasta la edad adulta.
En “Rejuvenece Comiendo” explico cómo lo que comemos puede ser una herramienta poderosa para cuidar la piel, reducir la inflamación y prevenir el envejecimiento prematuro. Esto no solo es importante para quienes buscan una piel sana, sino también para embarazadas, madres y padres que quieren ofrecer a sus hijos una alimentación equilibrada desde el principio. En el embarazo, la nutrición influye en el desarrollo del bebé, y en la infancia, en la formación de hábitos saludables que marcarán su vida adulta.
¿A grandes rasgos, cómo influye la alimentación en la salud? ¿Hay diferencias entre cada etapa vital: por ejemplo, la infancia o durante el embarazo?
La alimentación es la base de la salud. Lo que comemos determina el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, la calidad de nuestra piel, la energía que tenemos y hasta el estado de ánimo. En cada etapa de la vida, la nutrición cumple un papel clave.
En el embarazo, una dieta equilibrada aporta los nutrientes esenciales para el desarrollo fetal y la salud materna. Nutrientes como el ácido fólico, el hierro, el calcio y los omega-3 son fundamentales para el crecimiento del bebé y la prevención de malformaciones.
En la infancia, es crucial garantizar un adecuado aporte de proteínas,grasas saludables, vitaminas y minerales para un desarrollo óptimo. La alimentación en estos años influirá en el riesgo de enfermedades metabólicas en la vida adulta.
En la edad adulta, el enfoque cambia hacia la prevención de enfermedades crónicas y el mantenimiento de la salud a largo plazo.

¿Y en la piel en particular, qué incidencia tiene la dieta?
La piel es el reflejo de lo que comemos. La alimentación puede influir en su hidratación, elasticidad, luminosidad y en problemas como el acné, la rosácea o la dermatitis. Por ejemplo, una dieta rica en antioxidantes y grasas saludables protege la piel del envejecimiento prematuro y el daño oxidativo.
En cambio, el exceso de azúcar y los alimentos ultraprocesados favorecen la glicación, un proceso que degrada el colágeno y acelera la aparición de arrugas y flacidez.
Durante el embarazo, la piel sufre muchos cambios debido a las hormonas y la expansión de los tejidos. Mantener una alimentación rica en colágeno, vitamina C y ácidos grasos esenciales puede ayudar a prevenir estrías y mejorar la elasticidad de la piel.
¿Qué papel juegan las grasas saludables en el desarrollo desde la infancia y en la piel?
Las grasas saludables son esenciales en todas las etapas de la vida, pero especialmente en la infancia y el embarazo. En los bebés y niños, los ácidos grasos omega-3 (presentes en el pescado azul, el aceite de oliva y los frutos secos) son fundamentales para el desarrollo del cerebro, la memoria y la función cognitiva. Además, ayudan a regular la inflamación y favorecen un sistema inmunológico fuerte.
En la piel, las grasas saludables mantienen la barrera cutánea hidratada, protegiéndola de la sequedad y del envejecimiento prematuro. Es importantísimo establecer hábitos desde la infancia. Si los niños aprenden a comer alimentos naturales y a disfrutar de opciones saludables desde pequeños, será mucho más fácil que mantengan una alimentación equilibrada en la edad adulta.

¿En qué consiste el equilibrio entre los ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 y por qué se dice que es importante en el embarazo y la infancia?
Este equilibrio es clave tanto en la infancia como durante el embarazo, ya que estos ácidos grasos esenciales juegan un papel fundamental en el desarrollo cerebral, la regulación de la inflamación y la salud general.
En la infancia, son importantes por varios motivos:
- En el desarrollo cognitivo y visual: los omega-3 (EPA y DHA), presentes en el
pescado azul y algunos aceites vegetales, son esenciales para el desarrollo del cerebro y la retina. Un déficit puede afectar la capacidad de aprendizaje y la agudeza visual. - En el sistema inmunológico y prevención de alergias: un exceso de omega-6 (presente en aceites vegetales refinados como el de girasol o maíz) favorece la inflamación y puede aumentar el riesgo de alergias, asma o problemas de piel como la dermatitis atópica. En cambio, los omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio.
- Y para el equilibrio emocional y TDAH: algunos estudios han encontrado que una dieta rica en omega-3 puede mejorar la concentración y reducir síntomas de hiperactividad en niños con TDAH.
Y durante el embarazo, también por estas otras razones:
- Desarrollo del sistema nervioso fetal: los omega-3 son fundamentales para la formación del cerebro y el sistema nervioso del bebé, especialmente en el tercer trimestre.
- Prevención de parto prematuro: se ha observado que un buen nivel de omega-3 puede reducir el riesgo de parto prematuro y mejorar el peso del bebé al nacer.
- Salud materna: equilibrar la ingesta de omega-3 ayuda a reducir la inflamación y podría disminuir el riesgo de depresión posparto.
¿Cómo se puede lograr un buen equilibrio entre ambas?
Con hábitos como estos:
- Aumentar el consumo de omega-3: pescado azul (salmón, sardinas, caballa), nueces, semillas de chía y lino.
- Reducir el exceso de omega-6: Evitar aceites refinados (girasol, maíz, soja) y ultraprocesados. Optar por aceite de oliva virgen extra.
- Opcionalmente, suplementar en embarazo y lactancia: Siempre bajo supervisión médica, ya que el DHA es crucial para el desarrollo del bebé.
El objetivo no es eliminar los omega-6, sino mantener un ratio equilibrado que sería idealmente 2:1 o 3:1 a favor de los omega-6, en lugar del desequilibrio actual de hasta 20:1 en muchas dietas occidentales.

¿Qué hacemos con el consumo de azúcar desde la infancia? Este es un tema recurrente en las conversaciones relativas a la crianza de los hijos.
El azúcar en exceso es uno de los mayores problemas de la alimentación actual. No solo afecta la salud metabólica, sino que también favorece la inflamación, altera la microbiota intestinal y acelera el envejecimiento cutáneo. En los niños, un consumo excesivo de azúcar está relacionado con obesidad y mayor riesgo de diabetes tipo 2 en la vida adulta.
Lo ideal es reducir los azúcares añadidos en la alimentación infantil. No significa prohibirlo, sino priorizar fuentes de azúcar natural como la fruta y evitar productos ultraprocesados con azúcares ocultos.
¿Es recomendable la restricción calórica en niños para un crecimiento saludable y equilibrado?
No. Los niños están en crecimiento y necesitan un buen aporte de calorías y nutrientes. La restricción calórica podría afectar su desarrollo y metabolismo. Lo importante es que esas calorías provengan de alimentos de calidad, ricos en proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
¿Qué alimentos pueden causar inflamación y afectar el desarrollo infantil?
Los principales alimentos que favorecen la inflamación en niños son:
- Azúcares añadidos y harinas refinadas (galletas, bollería, refrescos).
- Aceites vegetales refinados y grasas trans (fritos, comida rápida, snacks ultraprocesados).
- Lácteos y gluten en personas sensibles (no en todos los casos, pero en algunos niños pueden generar inflamación).
Una dieta rica en frutas, verduras, proteínas de calidad y grasas saludables ayuda a reducir la inflamación y a mejorar la salud global del niño.

¿Existe una conexión entre la alimentación, la inflamación en la infancia y problemas dermatológicos como el acné?
Sí, absolutamente. En la adolescencia, el acné, además de por las hormonas, está muy influenciado por la dieta.
Los lácteos y los azúcares añadidos pueden agravar los brotes, porque aumentan la producción de insulina y la inflamación. Los omega-3 y los antioxidantes ayudan a regular el sebo y a reducir la inflamación cutánea. El estado de la microbiota intestinal también juega un papel clave, ya que un desequilibrio puede influir en la salud de la piel.
¿Qué vitaminas y minerales son esenciales para una piel sana en la infancia y adolescencia? ¿Debemos tener más en cuenta algunos durante el embarazo?
Algunos de los más importantes son la vitamina A: fundamental para la regeneración celular; la vitamina C, clave en la producción de colágeno; el zinc: esencial para la cicatrización y control de la inflamación en el acné; y el omega-3, que mantiene la hidratación de la piel y reduce la inflamación.
Durante el embarazo, es crucial el ácido fólico, el hierro y los omega-3 para el desarrollo del bebé y la piel materna.
¿Y cuáles son los mejores antioxidantes naturales para fortalecer la piel?
Algunos de los más potentes son la vitamina C (cítricos, pimientos, kiwis).Vitamina E (aguacate, frutos secos), polifenoles (té verde, cacao puro), resveratrol (uvas, frutos rojos), curcumina (cúrcuma, especia antiinflamatoria).
En embarazo e infancia, es importante obtener estos antioxidantes a través de la alimentación para evitar suplementaciones innecesarias.
¿Cómo influye la microbiota intestinal, término protagonista en ‘Rejuvece Comiendo’ en la salud?
La microbiota intestinal es el conjunto de bacterias que habitan en nuestro intestino. Está directamente relacionada con la digestión, el sistema inmunológico y la inflamación. Una microbiota equilibrada ayuda a prevenir enfermedades, mientras que una microbiota dañada puede generar inflamación y afectar la piel.