El domingo porteño amaneció soleado y cálido. El cielo se mostraba despejado y la avenida Figueroa Alcorta se poblaba de una multitud a punto de establecer un hito: se largaba la maratón más convocante de América Latina, 14.500 corredores estaban a punto de dar vida a la Maratón Internacional de Buenos Aires. Esa multitud que recorrió la ciudad de norte a sur y luego de sur a norte, llevando en sus cuerpos los objetivos, las ilusiones, la energía y los temores que provoca la maratón. Un evento que tuvo de todo….
La largada fue a las 7 en punto y al igual que en el reciente 21k, se realizó por el sistema de “olas”, ubicándose los atletas en zonas de acuerdo a su cálculo de tiempo para la carrera. Pero la llegada fue por “goteo”, primero uno, luego otro, ya algunos más, hasta que se largó el “chaparrón” de corredores aficionados sobre el arco de llegada. El primero en caer fue Bethwell Yegon, quien supo ganarse un segundo puesto en Berlín 2021, en Buenos Aires con 2h09m04s, pasará a los libros de historia de la carrera al ganar la edición 40 aniversario. En un podio masculino donde Kenia no dio lugar a su archirrival del atletismo, Etiopía, los tres kenianos corrieron como un tridente hasta los kilómetros finales donde Yegon se impuso por 14 segundos con su perseguidor Isaac Kipkemboi Too, quien sorprendió con 2h09m18s (ya que tenía (2h11m16s) y luego Eliasa Kibet cerró el podio con 2h11m39s. Tres logros que seguro se festejaron a 10.000 kilómetros de distancia, en su Kenia natal.
Entre las mujeres el duelo de las dos superpotencias estuvo en cada kilómetro, la keniana Rodah Jepkorir Tanui (vencedora en 2019, 2022 y 2023, y dueña del récord de la prueba con 2h24m52s) copió su zancada con la etíope Yenenesh Tilakum Dinkesa. Fue recién después del kilómetro 35 que la etíope sorprendió a todos, incluida la múltiple ganadora en Buenos Aires, y se llevó su triunfo para Etiopia para celebrar, este domingo, su cumpleaños número 30 con una marca de 2h27m15s. Detrás de Dinkesa sí se sumó al podio internacional Rodah Jepkorir Tanui con 2h28m58s. Completando el podio internacional, y puro africano, Caroline Jepchirchir con 2h30m26s.
Por quinta vez en su historia, la carrera fue sede del campeonato sudamericano. Así como en 2009, 2013, 2018 y 2019, ahora lo mejor del subcontinente se dio pelea por esos tres escalones. Y acá Perú se subió al primer escalón entre los caballeros, Ulises Martín-Ambrosio con 2h17m43s pasó en los metros finales a Ignacio Erario, reciente mejor no africano en la media maratón se subió al segundo escalón del sudamericano con 2h18m01s. El mendocino había salido a un ritmo impresionante hasta la primera mitad de carrera, incluso con proyección de récord argentino, pero sufrió el rigor de una distancia impiadosa cuando el cálculo de la velocidad no es preciso. Completó el podio el paraguayo Derlis Ayala con 2h18m43s.
Todo ellos fiscalizados por la Federación Atlética Metropolitana, para darle validez internacional a sus marcas. Y tuvieron una difícil labor porque para el podio argentino, el segundo y tercero decidieron cruzar juntos la llegada luego de 42,195 metros de batalla zancada a zancada. El entrerriano Martín Méndez y el jujeño Miguel Maza cruzaron con 2h19m28s y la clasificación determinó segundo a Maza y tercero a Méndez. Un gesto que mostraba como lucharon, se acompañaron, se desafiaron y finalmente decidieron que el esfuerzo había sido compartido hasta el último paso bajo el arco de llegada.
El gran batacazo lo dio la misionera Chiara Mainetti al consagrarse campeona sudamericana con 2h34m50s, a un minuto de su mejor marca, y quedando quinta en la clasificación general, la mejor no africana. Detrás de Chiara se impuso a la paraguaya María Fátima Vázquez con 2h44m19s y se subió al tercer escalón la olímpica en Tokio 2020, la argentina radicada en Brasil Marcela Gómez con un registro de 2h46m05s. Muy cerca, pisando sus pasos, Agustina Chretien, con 2h46m09s, fue la tercera argentina y consiguió su lugar en el podio nacional en su debut en la distancia.
Detrás de ellos, miles y miles de aficionados fueron generando una “lluvia” torrencial de celebraciones bajo el arco de llegada. Todo el sufrimiento, entrega, entusiasmo, estrategias y anhelos desplegados a lo largo de los 42 kilómetros llegaba a su fin al completar los últimos 195 metros que cierran la distancia mítica del maratón. Bueno Aires volvió a colocarse entre las mejores capitales del planeta del running, con una edición 40 aniversario que demostró, con su récord de 14.500 corredores, la fortaleza su carrera emblema. Una mañana de domingo donde Buenos Aires fue internacional con su maratón.
