El área de la Bahía de San Francisco, que comprende los sectores de San Rafael, Corte Madera, Foster City y Bay Farm Island (junto al aeropuerto de Oakland), se hunde. Así lo reveló un estudio dirigido por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) y encendió las alarmas de la comunidad tanto científica como local.
El estudio, publicado el 10 de febrero y basado en imágenes satelitales, indicó que aunque los cambios de elevación pueden parecer pequeños, son determinantes al aumentar o disminuir el riesgo de inundaciones locales o la exposición a las olas.
El equipo, junto a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), desplegó tecnología de observación satelital para analizar la vulnerabilidad geográfica del litoral californiano frente al cambio climático.
Mediante técnicas avanzadas de teledetección, los investigadores cartografían con precisión milimétrica las zonas costeras más sensibles al incremento del nivel marino, señalando los espacios urbanos, ecosistemas playeros y reservas hídricas subterráneas que enfrentarán mayores riesgos en el corto y mediano plazo.
“Para 2050, se espera que el nivel del mar en California aumente entre 15 y 37 centímetros más que los niveles de 2000”, indicó Marin Govorcin, autor principal del Estudio: “En muchas partes del mundo, como en el suelo recuperado debajo de San Francisco, la tierra se está moviendo más rápido que el mar en sí”.
En el mapa, los científicos cartografiaron el hundimiento del terreno (indicado en azul) en las ciudades costeras de California y en partes del Valle Central. También detectaron puntos calientes de elevación (en rojo), como Long Beach.
En las zonas azules, los investigadores encontraron que la tierra se hundía a una tasa constante de más de 10 kilómetros año a año. Esto quiere decir, que el nivel del mar podría subir más de 45 centímetros para 2050. Lo que es el doble de estimación regional de 19 centímetros.
Sin embargo, también existen otros factores geológicos que influyen en este acontecimiento:
Mientras que algunas áreas costeras de California se hunden, otras muestran un comportamiento diferente. El mismo estudio reveló que la cuenca subterránea de Santa Bárbara mantiene una estabilidad notable, con niveles de elevación consistentes desde 2018.
De manera similar, Long Beach presenta cambios relacionados con actividades industriales como la extracción e inyección de fluidos en la producción de hidrocarburos, sin indicar un hundimiento generalizado.
“La tierra es muy dinámica entre los medidores”, agregó Govorcin para también destacar que la mayoría de los estudios sobre el incremento del nivel del mar se enfocan, principalmente, en fenómenos como el calentamiento oceánico y la fusión glacial, lo que presenta una menor atención al desplazamiento vertical terrestre.
Por otro lado, el experto destacó que la planificación territorial enfrenta desafíos por la variabilidad geológica local, donde el terreno tiene cambios de elevación según la temporada y especialmente por la dinámica de los acuíferos durante las lluvias. “El avance de la urbanización y el aumento de las necesidades hídricas y alimentarias intensificarán estos fenómenos de transformación territorial”, agregó.
La comisión de California elaboró un informe en donde obliga a sus ciudades costeras a desarrollar planes de adaptación contra el aumento del nivel del mar antes de 2034. El objetivo base es proteger las infraestructuras críticas y definir la resiliencia costera frente al cambio climático, por lo que las estrategias principales incluyen: