¿Qué significa recibir el Premio Nacional de Juventud 2024 en la categoría de Medio Ambiente?
Un reconocimiento al trabajo colectivo e histórico que se lleva realizando desde Ecologistas en Acción y desde la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón, organizaciones en las que he tenido la suerte de involucrarme y aprender. Este reconocimiento permite dar visibilidad a todo el trabajo que hemos realizado por la protección del medioambiente y por paliar los impactos de la crisis de biodiversidad y la emergencia climática que estamos viviendo.
También es el reconocimiento a todo el trabajo que llevamos haciendo con la red Gas No Es Solución, en la lucha por salir de la utilización de los combustibles fósiles, en especial el gas fósil, y a la importancia que tiene que las personas jóvenes tomemos la voz para denunciar las barbaridades que se están haciendo en el medioambiente, buscando la protección de nuestros parajes naturales, como es el caso del valle glaciar de Canal Roya en el Pirineo Aragonés. Pero también, el derecho a un futuro digno, donde las desigualdades sean menores y la crisis climática tenga el menor impacto posible.
El premio también supone poder apoyar económicamente a causas que considero justas y necesarias en estos tiempos. Donaré la totalidad del galardón, dotado con 5.000 euros, a Ecolojóvenes, para continuar con el trabajo de potenciar las voces jóvenes dentro del ecologismo social, y, a la campaña de Los 6 de Zaragoza, para apoyar el indulto de cuatro compañeros que llevan más de 200 días en prisión.
¿Cómo integras la perspectiva ecofeminista en tus proyectos y campañas?
El ecofeminismo, o más bien los ecofeminismos, son una mirada y una propuesta filosófica y política. Nacen del diálogo entre la ecología y los feminismos, tratando de analizar las lógicas de dominación que se imponen sobre los cuerpos de las mujeres y sobre la naturaleza. Para mí, va unido al antimilitarismo y a la cultura antibelicista, aportando una nueva mirada en la forma de resolver los conflictos que no pase por el ejercicio de la fuerza y el poder militar, sino por herramientas de la comunicación no violenta y la justicia restaurativa. En definitiva, poner la vida y los cuidados en el centro, para construir en colectivo y solucionar las necesidades que tenemos como sociedad, sin cargarnos el planeta.
“Es importante que las personas jóvenes tomemos la voz para denunciar las barbaridades que se están haciendo en el medioambiente”
Como ejemplos prácticos, en la campaña que estamos realizando actualmente sobre los impactos del gas desde la red Gas No Es Solución, tratamos de dar especial relevancia a la pobreza energética que se sufre en nuestro país, en especial en la población femenina, ya que existe una claro índice de feminización de la pobreza, y más vulnerable, por los hinchados precios de la energía debido a nuestra dependencia con el gas.
También tratamos de visibilizar los impactos en los derechos humanos que vienen asociados a la extracción, transporte y utilización de los combustibles fósiles.
¿Cómo ves el futuro de la juventud en la lucha contra el cambio climático?
Creo que es una necesidad, una pura lucha por la supervivencia. La juventud, al fin y al cabo, nos vamos va a enfrentar a las peores consecuencias de una emergencia climática que han causado decisiones que no han sido las nuestras, si no de las grandes empresas y los políticos que apoyan un sistema capitalista depredador, basado en el expolio de los territorios y que no busca el beneficio de la sociedad en su conjunto sino el beneficio económico para unos pocos.
“La juventud nos vamos va a enfrentar a las peores consecuencias de una emergencia climática que han causado decisiones que no han sido las nuestras”
Tenemos que alzar la voz y reivindicar el principio de justicia intergeneracional, para generar las garantías para que la juventud podamos desarrollar proyectos de vida digna; y considerar la adopción de medidas de reparación y redistribución al respecto de las decisiones tomadas previamente que condicionan el futuro de la juventud y de las generaciones futuras más allá de las fronteras de nuestro país.
Pero no solo, porque la lucha contra la emergencia climática no puede ir separada de la lucha por la paz y antimilitarista, especialmente en lo que respecta a denunciar el impacto climático que tienen los ejércitos, que no se cuantifica ni se tiene en cuenta en las medidas de reducción de emisiones. Y, por supuesto, en la denuncia del genocidio que el estado de Israel está perpetrando en Palestina.
“La lucha contra la emergencia climática no puede ir separada de la lucha por la paz y antimilitarista”
Además, la lucha de la juventud contra el cambio climático no puede desarrollarse sin una conciencia de clase clara, ya que como juventud nos atraviesan problemáticas graves como la precariedad y la dificultad de acceso a la vivienda, las dificultades para emanciparse y desarrollar un proyecto de vida propio, la salud mental, las diversas violencias de género y LGTBIfóbicas, y, por su puesto, la crisis climática y ecológica.
¿Qué desafíos has enfrentado como joven activista y cómo los has superado?
En general existe una falta de voces jóvenes en el espacio público y, sobre todo, de voces jóvenes críticas. Nos hemos encontrado con dinámicas en espacios como la COP de clima como el youthwashing, lo que podríamos determinar cómo ‘lavado joven’, por el cual las instituciones tratan de decirse inclusivas, de que están escuchando la voz de la juventud, al llevar a jóvenes a estos espacios.
Por otro lado, también me he topado con dinámicas no amables en colectivos y asambleas, como muchas de mis compañeras y activistas. Es difícil deshacerse de una cultura patriarcal y vertical en la toma de decisiones y, a veces, parece que por ser joven tus opiniones tienen menos peso o incluso tu voz tiene menos legitimidad.
“No podemos permitirnos el lujo de dejar de luchar, debemos proteger nuestra casa, nuestros ecosistemas, nuestro planeta. No tenemos otro”
Otro de los temas de los que se habla poco es la presión psicológica que sufrimos las activistas. La ecoansiedad es una realidad con la que tenemos que lidiar. A veces la sensación de impotencia y de agobio es tan grande que te paraliza y te puede llegar a desmovilizar. Pero ante esto, la respuesta siempre es el colectivo. Es necesario compartir nuestras emociones y nuestro dolor ante las imágenes devastadoras en Valencia por la Dana o las inundaciones de Pakistán en el 2022, la rabia por la deforestación de la Amazonía o la pérdida de una especie que no va a volver a existir. No podemos insensibilizarnos ni aislarnos ante el dolor del mundo, sino honrar ese dolor y desde ahí construir la acción. No podemos permitirnos el lujo de dejar de luchar, debemos proteger nuestra casa, nuestros ecosistemas, nuestro planeta. No tenemos otro.
¿Qué papel juegan las redes sociales en la movilización y concienciación ambiental?
Son herramientas que podrían utilizarse enormemente para la difusión de lo que está pasando, de lo que nos dice la ciencia. Sin embargo, vemos cómo a día de hoy están sirviendo para la difusión de bulos y discursos del odio, llevando a una sociedad cada vez más polarizada. Pero esto no es sorprendente, hay que entender que los algoritmos no son neutrales y, desde luego, las plataformas de redes sociales responden a los intereses económicos que las apoyan, ya sea visibilizando más unos mensajes que otros, o simplemente vendiendo nuestros datos a grandes plataformas. Y no podemos olvidar el tremendo gasto energético e hídrico que, cada vez más, generan este tipo de plataformas, la contaminación digital existe aunque no la veamos.
“Las redes sociales están sirviendo para la difusión de bulos y discursos del odio, llevando a una sociedad cada vez más polarizada”
También me gustaría destacar el papel de los medios generalistas. No se están tratando los temas ambientales con la seriedad y el compromiso que requieren. Muchas veces nos encontramos con noticias que deberían estar abriendo los titulares de los informativos o las portadas de los periódicos, y apenas son mencionadas como sucesos. Necesitamos mucha más involucración de los periodistas, también para mostrar las alternativas que existen a muchos de los problemas medioambientales.