Gustavo Morello, autor del libro “Alma, Corazón y Tinta, los tatuajes en el cristianismo”, publicado por la editorial Clarice, explora en su obra la conexión entre los tatuajes y la religión, de la que no se conoce tanto, pero que existe desde los inicios mismos de la religión.
El interés por las prácticas religiosas lo llevó a investigar cómo las personas se relacionan con lo divino, lo que lo llevó a descubrir una rica tradición de tatuajes dentro del cristianismo.
“Estuve trabajando sobre prácticas religiosas y vimos tatuajes que no eran necesariamente la imagen religiosa típica, sino nombres, iniciales, figuras”, señaló Morello a Cadena 3.
Esta investigación lo llevó a la conclusión de que los tatuajes pueden ser una forma legítima de practicar la religión, a pesar de la percepción común de que la iglesia católica prohíbe esta práctica.
“No he encontrado en los códigos de derecho canónico ni en los manuales de doctrina una prohibición contra los tatuajes”, afirma.
Destacó también que, aunque existe una desconexión entre la iglesia católica y los tatuajes, esta situación tiene raíces históricas. “Esto tuvo que ver más con una moda de principios del siglo XX, donde se asociaba la belleza física a la bondad moral”, explica.
A pesar de los estigmas que persisten, el autor indica que los tatuajes religiosos están más presentes de lo que se cree, incluso en ámbitos como el fútbol. “De los 26 jugadores que estaban en la lista del Mundial de Qatar, 20 tenían tatuajes y 16 de ellos eran religiosos”, menciona.
Sobre el significado de los tatuajes religiosos, Morello detalla que pueden tener diferentes propósitos, desde conmemorar eventos significativos en la vida de una persona hasta expresar devoción.
“Hay un tatuaje fundacional, que pasó algo importante en tu vida y lo querés guardar en la memoria”, explica. Asimismo, los tatuajes se han usado históricamente como método de protección y los en memoria de seres queridos fallecidos.
Finalmente, Morello espera que su libro invite a los lectores a reflexionar sobre la diversidad de formas en que se puede vivir la religión.
“Ojalá que la gente vea este libro como una invitación a descubrir esta presencia de lo trascendente en nuestra vida cotidiana”, concluyó.
Entrevista de Giuliana Piantoni