Los superalimentos o ‘superfoods’, como se les conoce en inglés, han inundado las publicaciones de medios de comunicación especializados en salud y nutrición desde la década pasada. Fue tal su auge que llegó a hablarse de moda: el brócoli, el aguacate y las bayas parecían estrellas de Hollywood. Aquello, como todas las olas por altas que sean, pasó, pero quedó lo positivo de los superalimentos: calaron en la opinión pública sus beneficios, que también tienen impacto en los mayores de 50.
Los superalimentos, como este al que un hombre de 110 años que todavía conduce achaca su buen estado de salud, sí aportan muchos beneficios a toda la población, con independencia de la edad. En lo que insisten los y las especialistas es en que no podemos mantener una dieta 100% saludable y completa solo a base de superalimentos. “Los adultos mayores tienen necesidades nutricionales únicas, por lo que es esencial que consuman una amplia variedad de alimentos saludables”, apuntan desde el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento (NCOA) de Estados Unidos.
Aceite de oliva, un superalimentoRubén García
El NCOA recuerda que los superalimentos “contienen grasas saludables, vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos que promueven la buena salud y previenen enfermedades”, e incide en que, además de vegetales, también lo son algunos lácteos y pescados (aquí puedes consultar una larga lista de superalimentos que debes conocer).
Sin embargo, también advierte la misma fuente especializada que “ningún superalimento por sí solo proporciona toda la nutrición que necesitan las personas mayores”.
En la misma línea se expresa en este artículo sobre superalimentos para potenciar una dieta saludable Kathy McManus, directora del Departamento de Nutrición del Brigham and Women’s Hospital (Boston) y profesional de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston: “Ningún alimento, ni siquiera un superalimento, puede ofrecer toda la nutrición, los beneficios para la salud y la energía que necesitamos para nutrirnos”, apunta la experta. McManus, eso sí, pone en valor los superalimentos porque “ofrecen algunos nutrientes muy importantes que pueden darle energía a sus comidas y refrigerios y mejorar aún más un patrón de alimentación saludable”.
Además, la docente de Harvard apunta algunos de los beneficios que pueden aportar los patrones alimentarios saludables: “pueden reducir el riesgo de hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, diabetes y ciertos tipos de cáncer”, dice McManus, que pone como buenos ejemplos de dieta saludable la llamada dieta DASH (enfoques dietéticos para detener la hipertensión) y la dieta mediterránea, de la que un nutricionista de Harvard recomienda estos seis hábitos. “Se basan principalmente en plantas, han demostrado tener importantes beneficios para la salud y reducir las enfermedades crónicas”, asegura.
Media docena de huevos, otro superalimentoRubén García
A partir de los 50 años, las necesidades cambian. El metabolismo evoluciona y pasa a ser más lento, y también combatimos con las consecuencias propias del envejecimiento, que afecta por ejemplo a los huesos. Además, la masa muscular va disminuyendo. Pero lo que no cambia son las necesidades nutricionales que tiene el cuerpo, que debemos cuidar todo lo posible con nuestra alimentación, y eso pasa por incluir a los llamados superalimentos y, además, evitar las grasas y azúcares saturados.
No se puede hablar de beneficios de los superalimentos en mayores de 50 años en otoño porque cada alimento tiene su propia composición y, por ende, unos beneficios distintos. Además, no todos están disponibles durante todo el año. Pero no cabe duda, y en ello insisten expertas como McManus e instituciones como el NCOA, que los superalimentos enriquecen cualquier dieta. “Hacer que los superalimentos sean una parte regular de la dieta puede ayudar a las personas mayores a mantener huesos fuertes y prevenir enfermedades crónicas”, señala el equipo del NCOA.
Por su parte, la profesora de Harvard pone algunos ejemplos concretos de superalimentos, como este que de la dieta mediterránea contra el Alzheimer que ayuda a preservar la memoria, que pueden aportar beneficios a todas las edades, no solo a partir de los 50. Es el caso de la verdura de hoja verde, “que es una buena fuente de vitamina A, C y calcio, y también aportan fibra”; y de frutos secos como la avellana, la nuez o la almendra, de los que recomienda un consumo limitado porque son una excelente “fuente de proteínas vegetales y también contienen grasas monoinsaturadas, que pueden ser un factor que reduzca el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas”.
El aceite de oliva es otro de los superalimentos que nombra la experta Kathy McManus. No en vano, otro estudio reciente de la universidad de Harvard asegura que el aceite de oliva protege de la muerte por demencia. Del aceite de oliva, la profesional de Harvard señala que es es una “buena fuente de vitamina E, polifenoles y ácidos grasos monoinsaturados, todos ellos elementos que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas”.
McManus y el NCOA, así como otros muchos expertos en alimentación saludable, coinciden en destacar los beneficios para la salud de otros superalimentos como las legumbres o los huevos. De estos últimos, el NCOA explica que las personas mayores —a excepción de que exista una contraindicación médica al respecto— pueden tomar hasta tres al día, y que no deben omitir la yema porque contiene “nutrientes clave como la vitamina B12, la vitamina D y el selenio, además de colina, un nutriente y neurotransmisor responsable de regular el estado de ánimo y la memoria”.
