Todo está preparado para que los votantes de Estados Unidos escojan a su próximo dirigente y ocupante de la Casa Blanca el 5 de noviembre. Las elecciones presidenciales entre Donald Trump y Kamala Harris no tienen un claro favorito en base a las últimas encuestas, aunque en las últimas semanas Donald Trump se impone como favorito en los sondeos. Mientras, Wall Street mira las repercusiones de unas políticas demócratas o republicanas en caso de victoria. Y es que no todas las cotizadas de Estados Unidos contarán con un contexto favorable dependiendo de quién se haga con el Despacho Oval en menos de dos semanas.
El discurso demócrata y republicano se opone frontalmente en aspectos como la fiscalidad, el proteccionismo o la cobertura social. Y esto dejará ganadores y perdedores en Wall Street, según barajan los expertos, así como condicionará al mercado de deuda estadounidense y presionará al dólar. Como ejemplo, dentro de la renta variable, se espera que el sector financiero, la tecnología, el sector de las telecomunicaciones y el de la energía salgan, a grandes rasgos, favorecidos por una victoria de Donald Trump. En base al discurso de Kamala Harris, es en el consumo discrecional, en las compañías de energías renovables y en el sector de la salud, entre otros. Es decir, Wall Street también dependerá de que se cumpla lo prometido por el futuro presidente cuadragésimo séptimo de Estados Unidos de América.
En un ejercicio de síntesis, desde Deutsche Bank resumen que la victoria de Trump traería la liberalización de la economía, la bajada de impuestos y el posible cambio en las políticas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) si el republicano decide sustituir a Jerome Powell, actual presidente de la Fed. Es decir, mayor flexibilidad para el mercado y menores trabas a la inversión, en líneas generales. “Con el ‘Kamalanomics’, la economía de EEUU se centraría en la expansión del consumo, vivienda y la salud, además de un impulso fiscal negativo al dejar expirar algunos recortes de impuestos”, explica la directora de invasiones para Estados Unidos de Deutsche Bank, Deepak Puri, respecto a la candidatura del Partido Demócrata.
Otro aspecto que afectará a las cotizadas de Wall Street será la evolución de la guerra arancelaria contra China. En principio, se espera que Kamala Harris mantenga las actuales políticas comerciales centradas en las restricciones mínimas que permitan mantener cierta competitividad en Estados Unidos. Por contra, se da por descontado que Donald Trump desatará una Guerra Comercial 2.0 que afectará a las compañías megacapitalizadas que se ven afectadas por el incremento de los costes del transporte y las represalias a los aranceles a productos o componentes del gigante asiático.
Desde Andbank van más allá e indican al inversor cómo posicionarse ante una victoria republicana. En caso de que Donald Trump salga de la votación del 5 de noviembre como presidente de EEUU, desde el banco de inversión consideran que los valores que se verían beneficiados son aquellos con exposición a la regulación bancaria, infraestructuras, telecomunicaciones y a las involucradas en la exploración y producción de petróleo y gas (energéticas).
Por contra, consideran que sería aconsejable ponerse en corto en valores expuestos a las energías renovables o que se vean afectadas por la ley de Reducción de la Inflación de 2022. Son precisamente en estos valores donde Andbank señala que es aconsejable abrir posiciones largas si la victoria cae del lado de Kamala Harris, junto con las compañías que fabrican vehículos eléctricos o forman parte de la fabricación de baterías y demás componentes.
Los sectores que saldrían favorecidos con los republicanos ofrecen mayor potencial, según el consenso de mercado que recoge Bloomberg a precios actuales y en base a los sectores dentro del S&P 500 filtrados por el Estándar Internacional de Clasificación Industrial (GICS) pactado entre el S&P Dow Jones y MSCI.
El sector de las telecomunicaciones y los valores estadounidenses ligados al gas y al petróleo del S&P 500 tendrían un margen de mejora en bolsa superior al 10% (véase gráfico), según las estimaciones de las firmas de análisis. Donald Trump mantiene entre sus planes convertir a Estados Unidos en el principal productor de crudo y gas del mundo para reducir los costes de la energía así como facilitar las inversiones enfocadas a la exploración y explotación de petróleo. El demócrata también mencionó en sus intervenciones estar en contra de dotar de mayor financiación a la ampliación de la banda ancha, lo que daría mayor tranquilidad a las compañías operadoras de cable al mantener su competitividad y mercado.
Las financieras y compañías tecnológicas tendrían menor potencial después de la subida acumulada en el año y a la espera de que Donald Trump diera su espaldarazo a estos sectores con “una desregularización, especialmente para la banca“, como señala la experta de BlackRock, Wei Li. Una menor vigilancia al sector bancario implicaría unos requerimientos de capital mínimo más laxos (más liquidez para destinar al préstamo o las inversiones). También la reducción del impuesto de sociedades daría alas a sectores como el financiero.
Menos potencial en el bando de Harris
Frente al 9,75% de potencial medio que tendrían por delante los sectores proTrump, las del bando de Harris anotan un potencial medio del 8%. Por este lado, es el grupo de las compañías ligadas a las energías renovables dentro del principal índice de Wall Street el que cuenta con mayor recorrido, según Bloomberg. Es, a su vez, el que más sube en este 2024 marcado por las elecciones presidenciales en Estados Unidos al subir más de un 36% desde el primero de enero. Si La demócrata mantiene sin cambio la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA) de su antecesor, Joe Biden, la inversión en energía e infraestructura verde mantendría aquí una aliada.
El aumento de los créditos fiscales por hijos que propone la Administración Harris traería consigo un mayor gasto de las familias en productos y servicios más allá de los básicos (sector del consumo discrecional) al incrementar la renta de las familias más humildes. Además, el sector de la salud también encontraría en la victoria demócrata un incremento del gasto que beneficiaría a las biofarmacéuticas y a la industria farmacéutica. “Si bien el sector podría salir ganando con un gobierno republicano gracias a la reducción de impuestos y a menos regulación, una victoria demócrata podría ser más favorable para los proveedores de asistencia sanitaria por el menor porcentaje de la población sin seguro”, comentaron desde Deutsche Bank.
También la industria del vehículo eléctrico se vería beneficiada en el caso de imponerse Kamala Harris. Si bien no hay muchas compañías cotizadas plenamente enfocadas al vehículo eléctrico, toda la cadena que rodea al sector se beneficiaría de los 70.000 millones de dólares comprometidos de la IRA que están por repartir para impulsar la transición energética en Estados Unidos. Lo anecdótico es que Tesla, propiedad de Elon Musk, que ha hecho campaña abiertamente a favor de Trump, podría ser una de las grandes ganadoras bajo una presidencia demócrata.
Hay sectores dentro de la renta variable cuyo recorrido sobre el parqué no dependerá del resultado electoral, según los expertos. Si bien no son sectores ajenos a la volatilidad del mercado, las compañías de defensa, las enfocadas en materias primas blandas, la agricultura o las de servicios públicos (las utilities) cuentan con un bajo sesgo político dado que suelen contar con regulación que no varía con el color político gobernante ni a pesar de que exista un control mayoritario en las cámaras por parte de uno de los partidos.
Si bien las encuestas no dan un claro ganador, en las últimas jornadas se muestran más a favor de una victoria republicana (48,3%) hasta el punto de que Kamala Harrisha visto recortada su ventaja (promedio actual de las encuestas en 47,2%), según el agregador de sondeos estadounidenses RealClear Polling. Esto también afecta a otros activos que dependen del futuro político de Estados Unidos más allá de la bolsa. Donald Trump manifestó su interés en crear una reserva nacional de criptodivisas. Pero será el dólar el que encontraría mayores presiones del lado republicano. La guerra comercial con China traería consigo un incremento de la inflación que podría suponer un nuevo fortalecimiento de la divisa estadounidense frente al resto de divisas del globo.
Y la Reserva Federal de Estados Unidos podría ver cómo su política monetaria cambia por ese repunte de la inflación y por el asalto a la institución que pregona Trump, prescindiendo de Powell y limitando la independencia del responsable del precio del dólar. “La incertidumbre política puede afectar al dólar, como ocurrió a principios del primer mandato de Trump, cuando se estaba gestando la disputa comercial con China. La característica de refugio del dólar no ayuda cuando la incertidumbre tiene raíz en los propios Estados Unidos“, comentó el economista de Julius Baer David A. Meier.
“La agenda republicana es más inflacionista que la demócrata. Los operadores están sopesando el impacto de un Trump victorioso dadas sus prometidas reducciones de impuestos que en última instancia supondría un crecimiento de los precios más altos y también tasas más altas” comentó el asesor de inversiones de Pictet AM, Cristóbal Dembik. De esta forma, todo lo que implique una inflación más alta podría traer consigo unos tipos más altos para controlar la escalada de los precios, lo que acercaría a la economía de Estados Unidos a una recesión o estancamiento del crecimiento más abrupto del que descuenta en la actualidad al mercado. Y esto también afectará al mercado de deuda. “Ninguno de los dos candidatos ha dado muchas garantías sobre la deuda pública estadounidense, que muchos analistas consideran insostenible“, explicó el director de inversiones de Cazenove Capital (Schroders), Caspar Rock.
Todo ello puede, a su vez, hundir más el precio de los bonos soberanos estadounidenses cuando la deuda a diez años alcanzó de nuevo una rentabilidad superior al 4,2% en el mercado secundario. “El mercado de bonos empieza a poner en precio a la llegada de Trump”, comentaron en una nota desde Banca March.
La mayor parte de firmas de análisis considera que la volatilidad del mercado crecerá a medida que se acerque la fecha de las elecciones presidenciales, el 5 de noviembre. Ya se aprecia en el mercado de deuda, donde la prima de riesgo entre los bonos estadounidenses a diez años y los alemanes (diferencia entre rentabilidades) se situó en máximos de cinco meses al superar los 190 puntos básicos. Desde Federated Hermes apuestan por protegerse de los vaivenes de la renta variable escogiendo valores de pequeña y mediana capitalización en la bolsa de Wall Street, como los valores dentro del índice Russell 2000. Del mismo modo, esta volatilidad puede mantenerse también tras los comicios en Estados Unidos dado que Wall Street tiene un comportamiento errático tras las elecciones.