Fátima Al-Bawab Amaro es una joven de 24 años que acaba de bautizarse en la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo de Cabra. A su vez, ha recibido los sacramentos de la comunión y la confirmación de la mano del propio obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González.
Esta joven se ha criado en Cabra. Su madre es de un pueblo de Jaén y su padre es musulmán. A pesar de esto, su familia y todos sus amigos la han acompañado y apoyado en el proceso de su bautismo, comunión y confirmación católica.
Además es una chica con movilidad reducida, pero Fátima ha terminado sus estudios medios y superiores de Administración y Finanzas, y califica su experiencia educativa como la de cualquier estudiante, «con idas y venidas».
Recuerda, no obstante, que quiso estudiar Psicología y tuvo que desistir por no poder irse a estudiar fuera debido a su situación física, aunque a día de hoy asegura que está «muy contenta» con las decisiones que ha tomado. Actualmente está en busca de un trabajo acorde con su formación.
Su historia sirve de ejemplo tanto para derribar obstáculos que se le presentan a una persona con cierta discapacidad -como puede ocurrir con el estudio- y cómo agigantarse en lo referente a su fe, algo que expresa ella misma a ABC: «Que todo el mundo sepa que si se quiere, se puede; y que nunca es tarde para tomar la decisión que uno desea».
Aunque su padre practica otra religión, tanto él como su madre le han dado libertad con respecto a este tema y decidieron que, una vez Fátima fuese adulta, ella misma eligiese la religión que quería seguir en su vida.
Acompañamiento
Carmen Cuenca, su catequista, corrobora esta relación de Fátima con su familia y el apoyo que ellos le han brindado: «Un momento muy emotivo fue cuando, delante del Santísimo y sabiendo que el sacramento más importante que iba a recibir era el de la Eucaristía, me dijo que sentía fuertemente a Jesús en su corazón. Sentía verdadera paz y felicidad, y sabía que, aunque ella jamás se ha sentido sola, porque ha tenido una familia maravillosa que la ha cuidado y dado mucho cariño, a partir de ahora tenía una vida plena, y quería estar cerca de Dios».
El punto de inflexión que llevó a Fátima Al-Bawab a decidir emprender su camino en la fe cristiana fue su peregrinación a Lourdes hace año y medio. «Gracias a la diócesis de Jaén, a su Hospitalidad de Lourdes y a la presidenta de dicha Hospitalidad, que fue quien me brindó la oportunidad, pude peregrinar a Lourdes y ser plenamente consciente de lo que significa ser cristiano: dar sin esperar nada a cambio. Estar allí me inundó de paz y en aquellos días supe que necesitaba sentirme más cerca de Dios», explica ahora a ABC.
Tras esto, decidió no solo bautizarse, sino también recibir la comunión y confirmarse, por lo que estaba «llena de alegría», tal y como refiere su catequista. El rito se llevó a cabo en la iglesia egabrense de San Francisco y San Rodrigo, en el que también estuvo presente el párroco, Mario González: «Es una satisfacción muy grande poder ver cómo, a través de la pobre labor que vamos haciendo, la gente se va sintiendo consolada y acompañada».
Fátima asegura que su recién iniciada historia con la iglesia aún no ha terminado. En el futuro no descarta prestar algún servicio a la comunidad cristiana si el tiempo se lo permite.