Donald Trump ha prometido en campaña una política exterior en la línea de su lema ‘America First’ (‘América primero’) y de las posiciones de sus bases del movimiento MAGA (‘Make America Great Again’, ‘Hacer a EE.UU. grande otra vez’). Es decir, acabar con la implicación de EE.UU. en guerras y conflictos de todo el mundo que sangran los bolsillos de los contribuyentes estadounidenses, llegar a acuerdos beneficiosos con potencias rivales y exigir a los socios occidentales tradicionales que paguen más por su defensa.Los nombramientos de los principales cargos que liderarán su política exterior, sin embargo, apuntan a una vía más intermedia, a medio camino entre el aislacionismo MAGA y los halcones que han dominado de forma tradicional al Partido Republicano.Para su segundo mandato, Trump ha elegido al senador Marco Rubio como secretario de Estado y al diputado Mike Waltz como asesor de seguridad nacional, los dos puestos de mayor peso en las relaciones internacionales, junto al secretario de Defensa, que todavía está por asignar. El presidente-electo confirmó ayer por la tarde el nombramiento de Walz en un mensaje en su red social, mientras que el de Rubio se daba por hecho por varios medios estadounidenses.Noticia Relacionada estandar Si Inquietud en el Pentágono ante una purga de Trump de cargos del Ejército David Alandete | Corresponsal en WashingtonRubio y Waltz comparten origen -ambos son de Florida-, pertenencia a la ortodoxia republicana en política exterior y una adaptación en los últimos años a la visión de Trump en esta materia.Rubio, de origen cubano, apunta a convertirse en el hispano con el cargo de más alto rango en la historia del Gobierno de EE.UU. Solo Mike Gonzales, fiscal general en el Gobierno de George W. Bush, ha llegado a un nivel similar. Además de jefe de la diplomacia, el secretario de Estado es el cuarto en la línea de sucesión del presidente de EE.UU. (el fiscal general es el séptimo).Los nombramientos de Rubio y Waltz muestran la intención de Trump de acentuar las líneas centrales en política exterior de su primer mandato: la prioridad es más frenar la expansión de China como rival global y menos fortalecer los lazos con los socios tradicionales en Europa.Rubio es uno de los senadores con más peso en política exterior en el Partido Republicano. Durante su carrera legislativa, se ha destacado por favorecer posturas de puño de hierro frente a China, Irán o los regímenes autoritarios de Hispanoamérica, como Cuba y Venezuela.Halcones republicanosFrente al gigante asiático, ha sido muy beligerante. Ha defendido políticas industriales para contener la pujanza de China, ha impulsado legislación económica para castigar los abusos a la minoría uigur -adoptadas por el actual presidente, el demócrata Joe Biden- y ha sido sancionado por el propio régimen de Pekín.Waltz, un ex ‘boina verde’ (miembro de las fuerzas especiales del ejército) con mucha experiencia de combate, también ha sido una de las voces más críticas con China en su paso por el Congreso. Este mismo mes firmó una tribuna en ‘The Economist’ en la que criticaba que China había sido la «ganadora» de la política exterior de Biden y que es necesario acabar con los conflictos en Ucrania y Oriente Medio para que EE.UU. se centre en su gran competidor global.Walz tiene pedigrí ‘neocon’, formado entre los halcones republicanos de este siglo, que implicaron a EE.UU. en guerras de todo el mundo, una ideología que ahora combate el movimiento MAGA de Trump. Fue director político de dos secretarios de Defensa de Bush -Donald Rumsfeld y Robert Gates- y asesor de contraterrorismo del vicepresidente Dick Cheney. Pero tanto él como Rubio se han amoldado en parte al credo de ‘América primero’. En especial, en lo que tiene que ver con la guerra de Ucrania, donde EE.UU. se ha gastado decenas de miles de millones de dólares.«No estoy del lado de Rusia, pero por desgracia la realidad es que la forma en la que la guerra en Ucrania va a acabar es con un acuerdo negociado», ha dicho Rubio, la misma postura que ha defendido Trump, que apunta a forzar al Gobierno de Kiev a que renuncie a parte de su soberanía territorial.En esa línea, ambos han mostrado que la nueva Administración Trump va a tensar la cuerda con sus socios europeos. «Europa debe tomar el liderazgo en Europa . Alemania, Francia y Reino Unido son más que capaces de gestionar su relación con la potencia nuclear beligerante del Este», dijo Rubio en relación a Rusia. Walz ha criticado que los estadounidenses tengan que «rascarse el bolsillo» porque los «políticos europeos no son capaces de hacer que su gente se los rasque. Es un buen negocio para ellos y un mal negocio para el pueblo de EE.UU.», ha dicho el próximo asesor de seguridad nacional sobre una cuestión que cogerá fuerza desde que Trump jure su cargo: exigir a los socios de la OTAN que cumplan con las exigencias de presupuesto en defensa.Más nombramientosTrump concretó ayer más nombramientos importantes para su Gobierno. Anunció que su embajador en Israel será Mike Huckabee, ex gobernador de Arkansas y que sigue una línea dura de apoyo al Gobierno de Benjamin Netanyahu.En el plano doméstico, todo apunta a que su secretaria de seguridad nacional será Kristi Noem, actual gobernadora de Dakota del Sur, y que estuvo entre las candidatas a ser vicepresidenta. Noem será fundamental en una de las grandes prioridades para Trump, la inmigración -sellar la frontera y deportar a millones de inmigrantes indocumentados-, además del control de toda la seguridad en la primera potencia mundial, desde el terrorismo a los ciberataques.
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