Por Tim Stelloh —NBC News
Los esfuerzos de Erik y Lyle Menéndez para reducir sus condenas de cadena perpetua sin libertad condicional siguen en el limbo después de la destitución a principios de este mes del fiscal principal del condado de Los Ángeles, quien recomendó una nueva sentencia que podría allanar el camino para la liberación de los hermanos.
Pero este lunes podría haber un avance cuando los hermanos comparezcan para una consulta sobre su estado para determinar si la audiencia del 11 de diciembre, donde se determinaría la sentencia, debe seguir en pie, informó a nuestra cadena hermana, NBC News, un abogado d elos hermanos.
El abogado defensor Mark Geragos informó a NBC Los Angeles que Erik y Lyle comparecerán de forma remota desde la prisión de San Diego donde están presos.
Los hermanos han cumplido 35 años de prisión por el asesinato a tiros de sus padres, José y Kitty Menéndez, en la casa de la familia en Beverly Hills el 20 de agosto de 1989.
El mes pasado, el fiscal de distrito saliente del condado de Los Ángeles, George Gascón, dijo que apoyaba la reducción de sus sentencias a entre 50 años y cadena perpetua, una reducción que los haría elegibles para la libertad condicional de inmediato.
Quedaría en manos de un juez rechazar o apoyar la decisión de Gascón.
La recomendación se produjo después de que una unidad especializada dentro de la oficina de Gascón, cuyo objetivo es implementar leyes de sentencia orientadas a la reformación, revisara el caso de los hermanos.
Gascón reconoció que, si bien sus crímenes fueron terribles y premeditados, los hermanos han sido prisioneros modelo. Han pagado su deuda con la sociedad, afirmó, y ya no representan un riesgo para la seguridad pública.
La decisión de Gascón fue aplaudida por muchos miembros de la familia Menéndez, quienes han abogado por la liberación de los hombres y han señalado el horrible abuso que los hermanos dijeron haber sufrido a manos de su padre.
Los partidarios de los hermanos han descrito los asesinatos como un acto desesperado de autodefensa, un argumento que hace eco de la defensa presentada por el equipo legal de los hermanos durante sus dos juicios por asesinato en la década de 1990.
Los fiscales dijeron que las acusaciones de abuso eran un intento falso de encubrir lo que las autoridades describieron como el verdadero motivo de los hermanos: asegurar su acceso al patrimonio multimillonario de su familia.
El primer juicio terminó con jurados indecisos después de que no lograran emitir un veredicto unánime. Los hermanos fueron condenados por asesinato en primer grado durante su segundo juicio.
Gascón ha reconocido que su recomendación sigue polarizando dentro de su propia oficina, con algunos fiscales creyendo en las acusaciones de abuso y otros argumentando que los hermanos deberían permanecer tras las rejas por el resto de sus vidas.
El fiscal de distrito entrante, Nathan Hochman, quien asumirá el cargo el 2 de diciembre, ha dicho que necesita revisar los hechos, la ley y las pruebas del caso antes de tomar una decisión. Varias fuentes han dicho que había una “buena posibilidad” de que intentara retrasar la audiencia del 11 de diciembre.
Los hermanos también buscaron su libertad a través de una solicitud de clemencia del gobernador de California, Gavin Newsom, y una petición que busca impugnar sus condenas.
Esa petición, presentada en mayo de 2023, incluye lo que Geragos ha descrito como evidencia de que José Menéndez estaba abusando de Erik Menéndez en los meses antes de que los hermanos mataran a sus padres.
Ambos esfuerzos siguen en curso.