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En 1 minuto, 44 segundos y 65 centésimas, Elvin Josué Canales (Honduras Distrito Central, 2001) fue eliminado en la ronda de repesca de los 800 metros en los pasados Juegos Olímpicos de París 2024. Y con el mismo tiempo, este domingo le quitó a Mariano García el récord de España de la distancia en la pista cubierta en el CMCM Mitin de Luxemburgo –cuatro vueltas en lugar de dos, peraltes y más giros, y por tanto tiempos más lentos– y se convirtió en el primer atleta español que baja de 1:45 en la disciplina del invierno atlético.
“A la mayoría de los atletas no les gustó la repesca, pero a mi me encantó porque con la primera carrera me habría ido con mal sabor de boca. No la leí bien. Fue lenta. Estaba mal situado desde el principio y a una carrera en 1:46 todo el mundo corre al final. Estaba como pez fuera del agua, me pudieron los nervios y el estadio. En cambio en la repesca hice mi segunda mejor marca de entonces y el sabor era diferente“, rememora al teléfono Josué Canales, como le gusta ser llamado, sobre su primera experiencia olímpica, un aprendizaje a marchas forzadas para un atleta que llegó a la élite casi de sopetón.
Canales vivía en la indefinición. Llegado con tres años con su familia a Girona, representó a Honduras hasta 2020, pero como español iba ganando campeonatos nacionales en categorías inferiores. Sin embargo, su permiso para competir por España no llegó hasta la última semana de junio, la que cambió su vida. El 23 de junio sorprendió a todos corriendo en 1:44.49 en el Mitin de Guadalajara, y logró la mínima olímpica, y una semana después, plácet mediante de World Athletics, solo le superó Mohamed Attaoui y se ganó una plaza olímpica en el Campeonato de España de La Nucía. “Fue de película”, rememora.
El atleta había rematado su conversión de velocista en ochocentista con Carles Castillejo, que le recortó la zancada para hacerle más eficaz al correr, en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), donde está interno. En 2019 llegó a ser campeón de España sub-20 de la vuelta a la pista, donde tiene una mejor marca de 47,68s. “Yo de pequeño corría 600 y batí el récord de España sub-16 con 1:20. Entonces sí tenía un perfil más por arriba que un velocista. También tenía un buen 300m, pero creo que tenía mucho más margen de mejora en los 800m”, analiza.
Esa velocidad se nota en su cambio y en sus vueltas finales, pero los 800m también tienen sus secretos. “No siempre he sido el más rápido en la última vuelta. Muchas veces llegaba fundido a los últimos 100m, y he cambiado para que pasáramos un poco más lento. Ahora llevo mucha más fuerza y he aprendido a temporizar mejor“, cree.
El aprendizaje llega en cada carrera. El pasado 10 de enero, en Sabadell, pusieron las luces ‘wavelight’ a ritmo de récord nacional, pero la liebre alcanzó solo dos vueltas. “Y luego, del 600 al 650 apreté demasiado para no perder las luces y lo noté en los últimos 50 metros”, recuerda sobre su carrera en 1:45.83. “Pero sabía que con diez días más estaría mejor. En Luxemburgo me puse detrás de la liebre, hice un poco más la goma y aunque estaba tercero porque se coló el belga De Smet, me notaba suelto. El paso fue un poco más lento, en 51,8 en vez del 51s esperado, pero la liebre llegó hasta el 500m, y cuando vi que el belga flojeaba, ataqué, pero me guardé algo para apretar en la última curva y la última recta. Tenía el récord en la cabeza”, insiste.
Canales sabía de lo que era capaz tras un invierno con dos largas concentraciones en la altitud, mucho más que el mes escaso de años anteriores. En octubre se subió con su compañero Adam Maijó a Pas de la Casa (Andorra) y tras bajarse 20 días a Sant Cugat, regresó otros 45 días a Sierra Nevada con Javier Mirón y Mohamed Attaoui, rivales en la pista y por los récords y aliados tirando de la bicicleta. “Con Attaoui intentaba coordinar entrenamientos. Yo soy más explosivo, más velocista, y él es mejor por arriba, pero me ha ayudado tener a un tío de 1:42 apretándote. Si lo aguantas, te hace mejorar. Y me mantenía con los pies en el suelo. Pensaba ‘tengo que seguir trabajando para no conformarme con 1:44 al aire libre‘”.
Los dos entrenamientos claves de Canales
La altitud y el trabajo de fuerza con Adrián Revilla han sido las dos principales novedades en su entrenamiento del año, con semanas de carga entre los 100 y los 110 kilómetros. El pasado invierno, tras sufrir una pubalgia, apenas pudo tener constancia hasta enero, así que en su temporada de pista cubierta se estancó en carreras en 1:48.
Este invierno, dos entrenamientos le señalaron el camino hacia el récord. Dos veces que bajó de Sierra Nevada a la pista de Granada. El 31 de diciembre, un 2x2x400m con descansos de dos minutos. El cronómetro marcó 52,2s; 52,2; 51,8 y 52,8.
Otro fue un 2x3x300m progresivos con recuperaciones de 2, 4 y 8 minutos respectivamente. En la primera serie marcó 41,0; 41,1 y 36,8. En la segunda, 37,8; 38,4 y 37,6 segundos.
“Y ahí ya sabía que estaba muy bien, y le dije a Carles que estaba para hacer 1:45 en cubierta”, explica Canales, cuyos entrenamientos suelen ser más de VO2 más, umbral y fuerza.
Canales, que estudia Comercio Internacional a distancia, tiene ahora la mejor marca mundial del año, algo anecdótico a estas alturas, pero el registro resulta tan notable que solo cinco atletas europeos han corrido más rápido en la pista cubierta –Wilson Kipketer, Elliot Giles, Yuriy Borzakovski, Jamie Webb y Adam Kszczot, nada menos–. Y con ella, o una mejor, pues aún competirá en el Mitin de Boston de su marca, New Balance, el 2 de febrero, y en alguno más porque ahora todos se le rifan, espera correr en el Europeo de Apeldoorn entre el 6 y el 9 de marzo y el Mundial de Nanjing entre el 21 y el 23 de marzo.
“Con marcas peores que la mía se han ganado Mundiales. La magia de los 800m es esa, que es la prueba más abierta”, dice Canales, que espera estar aún más en forma para marzo, como era el plan. “Mi mentalidad es la misma. Sigo siendo el mismo chico que se planta en la carrera y no le tiene miedo a nadie, y si tiene que ganar al campeón del mundo. le gana. Nunca he tenido miedo de pillar el gran pajarón o quedarme clavado por arriesgar“, proclama como lema.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner’s World, Men’s Health y Women’s Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).
